Capítulo 19

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Llegué al pequeño y único centro comercial que había en mi triste pueblo.
Fui a la tienda de ropa interior. 
Me sentí estúpida por dejar que me afecte lo dicho por alguien tan cruel como Samanta pero tenía razón usaba ropa interior de niña y dejaria de hacerlo.
Parecía una estúpides pero iba a hacer algo por mi misma.
Juliet era quien se encargaba de buscar lo que necesitaba o llevarme de compras y ahora estaba aqui sola enfrentando todos mis temores y siendo alguien normal.

Compré varias cosas que seguramente no usaría y seguí caminando mirando vidrieras.
Si dejar de mirar hacia todas las direcciones, me sentía un poco paranoica esta tarde y creía que algo me observaba.

En la tienda de recuerdo había muchos cds y vinilos los que  realmente me encantaban.
Ya nadie los usaba pero yo tenía un ordenador donde podía oir cds y me gustaban más que buscar música en linea o crear una playlist.
Y los vinilos simplemente amaba  tenerlos
Entré y saludé al chico que atendía. Me sonrió simpático mientras siguió ordenando un par de playeras con logotipos de bandas de los 80/90.

Estaba muy concertada buscando cuando un flash me sorprendió.

Tristán me acababa de tomar una foto con su móvil.

—¿Qué haces?— Pregunté mal humorada. Intenta sacarme otra foto pero me escondo tras un vinilo

—La odiosa Cassiell está de compras. — Comenta sonriente. Su estúpida y sensual sonrisa.

—¿Qué quieres ahora Tristán?— Dije seria.

—Estoy comprando cariño ¿O a caso crees que te estoy siguiendo? — Se ríe — Serias muy afortunada si así fuera. — Agrega. 

—Ok. Como sea. — Tomé los cuatro cds que me habían gustado y voy a pagarlos.

—¿No que eramos amigos?— Pregunta llegando hasta mi con un cds que parecía haber tomado al
azar.
Antes que pueda pagarlos saca dinero y deja sobre el estante

—Conserva el cambio. — Le dice al chico y me mira satisfecho.

—No necesito tu dinero Black. — Digo y saco mi pequeña billetera. El pobre chico no sabia que hacer. Cobrarme a mi o al enorme muchacho.

—Te lo cobraré con sexo— Dice. Lo miro enojada. —Es broma Cassiell, quiero que me ayudes en historia y esta es mi forma de mostrar mi bandera blanca— Dice.  Tomo mis cosas.

—Gracias que tengan un lindo día — Dice  el chico simpático cuando nos marchamos.

—¿A dónde vamos ahora?— Pregunta.

—Yo a mi casa no se tú, seguramente a hacer que alguna amiguita olvide su sosten  en tu carro. —Después que lo dije noté que había parecido una escena de celos.

—¡Que linda eres cuando estás celosa! Pero no te sientas mal puedes dejar tu tierna ropa interior en mi auto cuando gustes.— Pone su sonrisa de lado. Satisfecho se ser un idiota.

—¿Podemos dejar ese tema de lado?—

—Tu empezaste con la pequeña escenita.— Camina a mi lado cuando voy saliendo. —Son apenas las cinco de la tarde no te castigarán si vamos por una cerveza helada. — Propone.

—¿¡Son las cinco y ya beberás!? Acepta que tienes un problema con el alcohol. — Llegamos al estacionamiento.

—Mi único problema con el alcohol es no tener en mis manos una cerveza en este momento. —Me dice.  Se veía  jodidamente lindo con la luz del sol dandole de lleno en su pelo oscuro.

—Me rindo eres imposible, te veo el lunes en clases . — Digo y salgo en dirección opuesta a la de él.
Medio minuto después para su moto junto a mi.

—Voy para mi casa, seria un pésimo amigo si te dejo volver sola. Sube—  ordena  tendiendome su casco. Niego lentamente y me subo tras él poniéndome la protección en mi cabeza. Debía parecerme a la hormiga atómica.
Me di cuenta lo facil era rendirme ante las ordenes de este adonis.
Mis hormonas me traicionan.
—¡Sujétate Cassiell!— Dice y me tomo de él para no caerme.
No iba a demasiada velocidad ya que seguramente notaba que iba aterrada aferrnadome a él como si mi vida dependiera de eso y literal.
O tal vez era el hecho que disfrutaba de mi sufrimiento y quería hacer el viaje aun mas largo.
Llegamos a mi casa y me bajo acomodando mi falda del uniforme.
Me quito el casco y se lo entrego.

—Gracias por traerme y por los cds — Digo siendo amable.
Él para la motocicleta.
¿Se quedaría?

—Crei que era el único que seguia oyendo cds. Deberías hacerme una mezcla con tu música. Quisiera saber que es lo que le gusta a la tierna Cassy Biell.—  Dice Tristán.

—Dices algo lindo y lo arruinas con esa bocota que tienes—

—¿No me invitarás a pasar?— Pregunta sin vergüenza.

—No tengo cervezas, — Digo de ante mano.

—Creo que podría aceptar hasta una gaseosa. — Juliet sale y se sorprende al vernos.

—Cassy amor llegaste — Me dice sonriente —Hola. — Mira a Tristán simpática.

—Hola Jul, este es Tristán un amigo del colegio.— Los presento.

—Buenas tardes, es un placer.— Tristán estira su mano pero ella le niega.

—Es un gusto Tristán, te daría la mano pero acabo de terminar de regar unas flores de Cassy y te ensuciaría— Se disculpa. —Cariño entra que estas muy desabrigada y ya esta anocheciendo— Me dice.

—¿Quieres quedarte?— Pregunto mirando al chico. Este niega lentamente.

—Recordé que debo pasar por casa para llevar unas cosas al bar asi que mejor me voy antes que se haga mas tarde pero te veo mañana, fue un placer— Mira a Juliet y se pone su casco y sale de prisa por el camino de tierra.

—No sabia que eras amiga de ese chico— comenta cuando voy subiendo las escaleras.

—Lo dices como si fuera algo malo— Miro a Juliet.

—Solo tengo miedo por ti, eres inocente y conozco esa clase de chicos Cassy, se lo que busca. —

—Osea que dices que solo quiere llevarme a la cama y que probablemente no quiera ser amigo de alguien como yo — Digo ya de mala gana.

—No he dicho eso, solo tengo miedo que te lastime.— me mira con ojos tristes.

—Esta bien. Gracias por preocuparte.— Digo y sigo subiendo hasta mi habitación.

Después de una ducha caliente estoy escuchando los cds que compré o mejor dicho que me regaló Tristán.
Tenía un obsequio de un amigo, me sentí increíblemente bien conmigo misma.

𝔄𝔤𝔲𝔞 𝔭𝔞𝔯𝔞 𝔇𝔢𝔪𝔬𝔫𝔦𝔬𝔰 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora