Capítulo 14

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—¿Dormiste bien cariño? Te ves cansada. —John me mira preocupado.
Miré mis ojeras en el espejo retrovisor mientras conducía hacia el colegio.
Me veía fatal.

—Tuve terrores nocturnos otra vez— Suspiré —Pero estoy bien. Encerio seguramente solo estaba un poco nerviosa eso es todo.

—¿Necesitas que vayamos a ver a tu doctor? Me llamó tu psicóloga, esperaba que me contarás porque no has ido.

—Lo olvidé. He estado con cosas del colegio, lo siento. Hoy no puedo ir, debo terminar un trabajo para mañana. Es muy importante—Digo.

—Está bien. Llamaré a tu doctora y le explicaré.

—John ¿Siempre hubo tantas muertes por aquí?— Pregunté. Él frunció el ceño y lo pensó.

—Los accidentes ocurren en todas partes Cassy, solo que aquí somos pocos y nos conocemos desde siempre lo que lo hace terriblemente mas doloroso. —Me dice
Después de una sonrisa llena de confianza me deja en la puerta del colegio.

Supe que el hombre del lago era un pescador joven que calló del bote inconsciente y lo devoró un caimán.
Terrorífica forma de morir.
Por alguna razón, aquella historia no me convencía.

En la primer hora de clases estoy intentando ignorar a Tristán quien hacía ruidos con su condenada lapicera.

Click- Click - Click - Click

Miro a Samanta sentada en el pupitre junto a Thomas.
Él esta ahí sin notarme ni una sola vez, con toda su atención en la perfecta Samanta.
¿Porqué los chicos son tan idiotas?
Odiaba a Thomas por hacerme pensar que estaba a mi lado, sé que fui tonta pero realmente pensé que podríamos volver a tener la misma relación de años atrás, por mucho que no quisiera aceptarlo imaginé que todo volvería a la normalidad con su ayuda.

¡Maldito niño tonto!

—No todos somos tan idiotas como el patético niño D'ilaurentti.  —Escucho a Tristán decir en voz baja. Me volteo y lo observo un segundo. —Pareces que romperás en llanto al verlo con la barbie sin corazón— Agrega sin borrar su sonrisa.

—Eres horrible. - Respondí y me volví. Puse toda mi atención en la profesora e ignoré a lo tortolitos y al idiota tras de mi.

—¡Cassy! —Llama Thomas llegando a mi cuado voy por algo con azúcar a la cafeteria. Fingí no oírlo y seguí caminando. —¡Cassiell Biell!— Me grita. Todos voltean a vernos, Tal vez estoy color tomate.

—¿Qué quieres Thomas?— Dije ya molesta.

—¿Porqué estas enojada conmigo?—-Pregunta con su  típica cara de niño bueno sonriente y despreocupado.

—  No estoy enojada contigo— Respondí rápidamente.

—¿Es por lo de anoche? Mi madre me dijo que fuiste a verme. —¡Si, gracias por guardar el secreto señora!

— Si, fui a verte, porque me preocupé por ti, eso no quiere decir que ahora esté enojada contigo. Solo alejate de mi, no quiero problemas con Samanta ella ama hacer de mi vida una porquería.—Comencé a marcharme pero él sostiene mi mano obligándome a mirarlo.
Una oleada de enojo, vergüenza y tal vez emoción me atravesó.
Él miró nuestras manos unidas.
Me zafé.

—Tu me dejaste plantado, Yo debería estar enojado contigo.

—Claro por eso corriste con Sammi, si que eres rápido. —Una sonrisa atravesó su cara. Era de esas sonrisas de triunfo. Yo acababa de hacerle una mini escena de celos.

—Solo fui con Samanta porque no se sentía bien. Con eso de que perdió Nicky esta sensible y solo llora. Si te llama llorando para que vayas a verla ¿Tu le habrías dicho que no? —  Preguntó.

𝔄𝔤𝔲𝔞 𝔭𝔞𝔯𝔞 𝔇𝔢𝔪𝔬𝔫𝔦𝔬𝔰 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora