Capítulo 37

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》Él se acerca lentamente y pone sus manos en mi cintura, me besa suavemente y siento como se deshace de la toalla.

Estoy desnuda frente a él.
Creí que entraría en pánico, que tal vez me pondría nerviosa pero no fue así.
Tristán me abraza intentando no tocarme con sus ardientes manos.
Se separa y me mira.
Me volteo buscando ropa en mi placard mientras él toma asiento en la silla de mi escritorio.

—Verte desnuda tendría que ser la octava maravilla— Susurra tras de mi.
Me apresuro a ponerme una remera vieja que me cubra.
Tomé coraje y hablé.

—Encontraron a tu mesera asesinada.— Dije rápidamente.

—¿Qué? — Su cara cambia drásticamente.

—¿Gigi? ¿Así se llamaba? Encontraron su cuerpo en el bosque.— Cuento, él no luce nervioso ni afectado. Solo tal vez un poco sorprendido. —¿Cuando la viste por última vez?— Pregunté.

—No lo sé, creo que no volvió después de que te encontró conmigo. Supuse que estaba haciendo drama— Dice  intento ver en sus ojos si mentía pero sólo encontré el azul brillante que me aterraba. —¿Crees que yo lo hice?— Parece ofendido.

—No dije eso, solo... ¿Crees que fue un ángel? Estoy cansada de tener miedo.

—Tal vez, No se. Los humanos también asesinan y hacen cosas terriblemente malas— Suspira.
y camina hacia mi.
—¿Quieres que me quedé está noche?— Pregunta, asentí mirándolo a los ojos.
Él sonríe y me besa.
—No miento cuando digo que te protegeré.— Dice.
Lo abrazo y adoro la sensación de su enorme cuerpo junto al mío.
Me inclino en puntas de pie y lo beso.
El olor a menta de su boca era algo irresistible.
Caigo de espaldas sobre la cama, Tristán sobre mi.
Intento no tocar su piel con mis manos, no quiero lastimarlo pero necesito tenerlo más cerca.
Sus labios saben tan bien, él me besa de una forma que me encanta.

—Estoy loco por ti Cassiell.—Dice y vuelve a besarme, Quito su remera y beso su pecho.

—Estoy enamorada de ti Tristán.— Susurro.

—Y yo de ti. — Responde sobre mi, Desprendo su pantalón lentamente, Se separa un poco y me mira a los ojos.
—¿Estás... segura?— Pregunta serio.

 segura?— Pregunta serio

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—Estoy segura... de ti— Digo sonriendo y vuelvo a besarlo. Se deshace de mi remera besando mi cuello bajando hasta mi pecho.
Sin querer abrazo su espalda haciéndolo retroceder un poco.

—Lo siento.—  Digo con vergüenza.

—No. Yo lo siento. —Se separa y vuelve a prender su pantalón. Se levanta de la cama y busca su remera. 
—Debo irme.— Agrega.

—¿Qué?¿Lo dices en serio? Lo lamento no quise lastimarte— Digo confundida.

—No. No es por eso... Yo debo irme Cass, no... No puedo hacerlo, no contigo. — Me mira pidiéndome perdón con sus ojos.

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