Capítulo 8

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Es un nuevo día y debo afrontar el colegio, apenas pongo un pie en aquel lugar la consejera me recibe.

—Cassy ¿Podemos hablar en mi oficina?. —Pregunta fingiendo simpatía.

-—Debo ir a clases. —digo tratando de escabullirme.

—No te preocupes, te daré un permiso- Me da una falsa sonrisa Y espera que la siga.

Ya en su oficina ella toma asiento y acomoda un retrato que estaba chueco.

—¿Cómo te estás sintiendo últimamente Cassy? —Pregunta.
Ella iba a mandarme nuevamente al instituto mental, sé que no me quiere aquí.

—Bien- Tengo que hacer un mejor esfuerzo si quiero que me crea.
—Estoy empezando a adaptarme nuevamente.
Ella asiente escuchándome

—Me han dicho que has tenido varios roces con tus compañeros.

—Si. No les agrado demasiado a los alumnos. Debería esforzarme por encajar.

—¿Qué puedes decirme de la pelea con Nickol?

—Ni siquiera fue una pelea. Sólo me enojé por las cosas que dijo de mi y reaccioné mal, la insulte, pero solo fue eso. No hubo gritos ni golpes, Nada.

—¿Has hecho algún amigo?. Es importante saber que puedes socializar e integrarte con los demás.

—Si. Hice un amigo.

—¡Oh eso es genial! ¿Puedes decirme quien es? —
¿Porqué mentí? ¿Ahora que le diría.?

—Tristán Black.
Ella pareció sorprendida.

—Tristán parece un buen chico, sus calificaciones son perfectas y sus antiguos maestros dieron excelentes recomendaciones de él, además parece integrarse fácilmente en cualquier grupo, te hará bien su compañía así se te hará mas fácil integrarte.

—Él ha sido muy amigable conmigo.- Miento

—Eso es excelente. En pocos días se dictaran los grupos de estudios y si comienzas a socializar será mas facil para tí pasar tiempo con tus compañeros.

—Si, me estoy esforzando. —Sonrió.

—Muy bien. Puedes irte a clases. —Dice mientras firma un permiso.

Salgo de su oficina algo aturdida y me dirijo a clases.
Antes de entrar al salon de clases ya siento mi nuca picar, los pequeños pinchazos me ponen nerviosa. Sé que es mi intuición avisándome que el peligro esta cerca.
Thomas no estaba aquí.
Me desanime un poco tenía esperanza de verlo.
Samanta tampoco está pero para mi desgracia Tristán se esta encuentra en su asiento con su típica cara de aburrido jugando con un bolígrafo negro.
Tomo asiento despues de entregarle el permiso al profesor.
5 minutos después la punta del lápiz pincha mi espalda.
Tomé una respiración profunda y lo ignoré.

Dos clases despues, estoy en el comedor tratando de almorzar la comida sin sabor ni consistencia que sirven aquí. Necesitaban contratar una buena cocinara de menos de 85 años pueda distinguir entre sal y azúcar.
Tiré el plato lejos de mi. La comida de aquí apestaba, mi estómago rugía de hambre.
Llevé la charola hasta el cesto de basura y tiré los alimentos en esta, con enojo deje la charola en la pila para lavar y me marché.
Los adolescentes con hambre somos peligrosos.
Caminé desanimada hasta mi casillero, creí tener algo que entretenga mi estómago tres horas más hasta que pueda ir hasta mi hogar donde Eva hacia manjares.
Cierro enojada la puerta del casillero, sin encontrar nada para comer.

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