Epilogo: El Casamiento.

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Alexander se acomodaba frente al espejo. Tenía colocado un traje negro clásico, con una corbata violeta, como Magnus le había pedido.
Suspiro con nervios, y maldijo por lo bajo. Su corazón iba rápido. Aún no sabía si estaba listo para lo que pasaría, sólo sabía que estaba totalmente enamorado de Magnus.
La puerta rechinó detrás suyo e Izzy apareció, con su enorme panza de embarazada; le quedaban dos meses y ya su hijo nacería. Con un brillo en los ojos le sonrió y cerró la puerta tras suyo.
-Estás divino, hermano...- dijo con orgullo. Estaba emocionada. Movió las pestañas para no llorar.
-No llores, ¿vale?
-Es que creciste tan rápido.- dijo secándose las lágrimas que bajaban por sus mejillas. -Ay, Alec.... después de tanto, al fin pueden ser felices.
-Lo se, aún me parece qué pasó todo muy rápido. Hace menos de 3 meses Magnus me propuso matrimonio.
Ella sonrió.
-Recuerdo que Jace arruinó todo.- lanzó una carcajada.
-Rompió toda la mesa y los postres allí...
-Y el mensaje que Magnus había preparado para ti.
Ambos rieron al recordar aquel momento. Entonces alguien tocó la puerta.
-¡Pase!- dijo Izzy... allí estaba Clary. Tenía un vestido hermoso, con lentejuelas y del mismo color que Izzy, para ser las damas de honor. El color lo había elegido Alexander, un rosado claro.
-¡Ay Alec!- gritó cerrando la puerta y corriendo hasta el chico. Le dio un abrazo tierno y emocionada.
-¿Van a llorar todas?- preguntó él sonriendo.
-Lo siento, lo siento... - se separó pestañeando rápido para que las lágrimas no cayeran.
Ambos chicas lo miraban con sonrisas de oreja a oreja y Alec no sabía qué decir.
-Debes prepararte para encontrarte con Magnus en el principio del pasillo.- comentó la pelirroja.
-¿Aún estás seguro que quieres entrar con él?- pregunto su hermana, aún no estaba convencida en cómo Alec había preparado la boda. Pero era de él y de Magnus, no?
-Tranquila, Izzy. Está todo preparado... ahora, ¿me falta algo?- dijo dando vueltitas y las chicas rieron.
La puerta se abrió y Maryse apareció.
-Hijo querido...- dijo con una sonrisa. Las cosas con su madre habían mejorado, de hecho ella era la encargada de cuidar a los niños.
-¿Qué has hecho con los niños?- pregunto su hijo preocupado.
-Todo está bien, cariño. Pero dijeron que te apures porque parece que Magnus ya está listo.

Mientras tanto, Magnus miraba su traje una y otra y otra vez. Su saco era de un violeta oscuro, con pantalones negros y camisa negra. Las puntas de su cabello se las había pintado de violeta para combinar y sentía sudor por todo el cuerpo.
-¿Ya empezaste a sudar amigo?- dijo Jace con cara de pocos amigos. Había demasiado olor en aquel cuarto.
-Deberías usar tus poderes y poner algún aromatizante en la habitación.- comentó Simon. Magnus no acotó a eso, simplemente siguió mirándose al espejo. Acomodó su saco, sus zapatos, su cabello.
-¿Un trago?
El Brujo miró al rubio que tenía en frente y aceptó el vaso con gusto. Se tomó el whisky de una y suspiró. Llevaba miles de años viniendo, ¿por qué esto se le hacía tan difícil? Nunca se había casado, y jamás había pensado en hacerlo. Pero aún recordaba escuchar a Alec en la cama diciendo cómo sería su boda soñada. No podía obviar el hecho de que siempre sonreía cuando hablaba de ello. Y cuando Magnus le pregunto a sus hijos que pensaban, Janet dijo que sería el acontecimiento más hermoso de todos. Hasta lo habían ayudado cuando le pidió matrimonio. Janet había cumplido sus 9 hacia unos días y los niños eran revoltosos. Esperaba que pudieran comportarse bien para esta ocasión.
Alguien tocó la puerta y gritó "es hora".
Magnus se miró con los chicos junto a él y salieron de la habitación. Tuvieron que caminar por cierto pasillo muy angosto y Magnus comenzaba a volverse loco. Estaba nervioso, ¿que rayos debía hacer? "Compórtate como siempre" le había dicho su prometido. Suspiró y al fin salió por una puerta. Frente a él la maravilla más hermosa: Alexander Lightwood. Estaba excelentemente vestido, tan hermoso. Con su cabello bien peinado y sus ojos observándolo directamente. En ese momento, todos sus nervios se fueron y hasta olvido el salón lleno de personas. La persona más hermosa y que más amaba estaba frente a él. Sonrió. Su prometido sonrió también. Y ambos se acercaron para agarrarse las manos. Las manos de su acompañante estaba heladas, pero aún así caminaron hacia el altar. No era una típica boda de cazadores de sombras porque Magnus no podía tener runas, pero, era una ceremonia especial, habían decidido hacerla porque querían mostrar el amor que se tenían.
Janet, Zoey y Will estaban en el altar con los anillos y habían llevado las florecitas, estaban de blanco los tres, con hermosa elegancia, esperando a sus padres.
Los besaron en cuanto estuvieron junto a ellos.
Ambos tenían algo especial para cada uno, y cuando llego el momento lo dieron a luz.
-Bueno, mi querido Magnus.- dijo Alexander mirándolo con ojos cristalizados. - No quiero abrumar con palabras, y tu y yo sabemos cuánto nos ha costado llegar aquí, con esta familia hermosa y tantos problemas que no van a dejar de venir. Pero elijo pasar mi corta vida contigo, y quiero obsequiarte este collar con nuestras iniciales...- dijo sacando de la cajita un collar hermoso.- y con los nombres de nuestros hijos.
Magnus estaba a punto de llorar, pero era un brujo fuerte, ¿no es así? Dejo que su novio le pusiera el colgante y sacó su obsequio. Era una espada serafín nueva, con runas y con los nombres de sus hijos marcados en la punta.
-Yo sé que tengo una vida eterna, pero esta parte de mi vida siempre será la mejor. Y quien sabe qué pasará después, solo sé que te amo hoy. Y quiero pasar todo el tiempo posible a tu lado, con problemas. Te amo, Alexander.
-Te amo, Magnus.
Y entonces vinieron los anillos que Will les dio. Se los pusieron con tanto orgullo, con tanto amor. Alzaron a sus hijos y Janet se puso en el medio de ellos, cerraron su pacto de amor con un beso y todos celebraron. Sus amigos, con sonrisas enormes y felicitaciones llegaron. Su familia estaba completa y aunque vinieran a destruirlos, estaban unidos. Siempre juntos, creciendo.
La fiesta continuó. Izzy bailó hasta no dar más, Jace se rio de todo y compartió el hermoso momento con su parabatai. Maryse cada día más enamorada de sus nietos. ¿Cómo no agradecer por aquel momento? Magnus y Alec habían luchado, y lo habían logrado.
-Jane.- llamó una vocecita. Camila estaba frente a la rubia niña. -Eres muy bonita.
Un sonrojo provino de la otra niña.
-¿Bailamos?- pregunto la rubia tímida. Su amiguita sonrió y le tomó la mano.
Zoey bailaba enloquecida, una pequeña inquieta. Pero Will jugaba con sus ladrillos, los desaparecía y los hacía aparecer. Nunca se aburriría de hacerlo.
-¿Como está mi esposo?- pregunto Magnus agarrándolo de la cintura. Alex río.
-Te amo Magnus Bane-Lightwood.
-Y yo a ti, Alexander Lightwood-Bane.

Forever.[malec] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora