-Bob: Sí? –Rió- ven guapo, enséñame que sabes hacer.
Me levanté furioso y le agarré del cuello.
-Ella: Basta! Déjale en paz Bieber!
Miré sorprendido a Sandra, ella me pidió que dejara en paz a su amigo, lo defendió a él.
Me quedé impactado, sorprendido, mirándola con una triste mirada.
Pero en ese momento pude ver el puño de ese, que se iba acercando a mí con velocidad, conseguí esquivarlo, aunque caí al suelo y con la mala suerte de caer sobre el tobillo izquierdo, dejando caer todo mi peso sobre mi doblado hueso.
-Justin: Ah! –Grité con toda mi fuerza mientras mis lágrimas salían-
-Bob: Ya no chuleas tanto? –rió-
Intenté levantarme para pegarle, pero a medida que hacía un movimiento de cintura para abajo, un dolor interno hacia que mi tobillo me doliera mas.
Mierda, me lo había torcido.
Después de mucho esfuerzo para intentar levantarme, abandoné, dejé de intentarlo.
La miré, esperando alguna respuesta en su cara, pero ella acariciaba a su amigo y a sus pequeños rasguños que conseguí hacerle en el cuello.
Ellos se fueron, dejándome completamente solo, tirado en el suelo.
Al momento vinieron dos hombres a ayudarme, me llevaron a mi habitación y me tumbaron en la cama.
-Señor: Hola señorito Bieber, cómo te encuentras? Acabo de llamar a un doctor, llegará en unos minutos.
-Justin: Gracias.
A los pocos minutos llegó el doctor. Me hizo unas pruebas y me comunicó lo inevitable. Me había torcido el tobillo.
Al menos no estaría un mes con muletas, solo tendría que estar una semana.
Esa noche fue horrible, en todos los sentidos.
Ella me vio sufrir y le dio igual, era ahora cuando me di cuenta de que la perdí para siempre.
*Narras tu*
-Yo: No tenias que pelearte con él –miré al suelo-
-Bob: No queria, pero es que le odio cielo, no le soporto.
-Yo: Ya pero... creo que se hizo daño –le miré triste-
-Bob: Bueno, tienes razón, mañana iré a disculparme.
-Yo: Gracias –sonreí-
-Bob: Y tú? Qué harás? Le perdonarás?
-Yo: Sí, creo que terminaré perdonándolo, pero nunca volveremos, ahora... creo que le trataré como al principio.
-Bob: Cómo al principio?
-Yo: Sí, odiándonos, pero bueno, no quiero hablar más de eso.
-Bob: Si, yo me tengo que ir –me dio dos besos- hasta mañana amor.
Esa noche, dudé si ir o no a la habitación de Bieber, para ver que tal estaba, me encontraba allí, en su puerta, pero no, no llamé.
Me fui a mi habitación.
A la mañana siguiente fui a clase, allí se encontraban mis amigas y Bieber.
Estas estaban sentadas juntas, así que me tuve que sentar con Bieber.
Él llevaba unas muletas.
-Yo: Justin, luego tenemos que hablar –susurré-
Justin me miró sorprendido.
-Justin: Claro –sonrió-
Seguimos con las clase, noté a Justin nervioso, pero a la vez contento... si se pensaba que era para volver... estaba muy equivocado.
Al acabar las clases, salí al pasillo, él ya estaba allí esperándome.
-Justin: Dime –sonrió-
-Yo: No, aquí no, vamos.
Le llevé conmigo a mi habitación, quería hablar con él en un sitio donde no nos observaran la multitud de gente cotilla.
-Justin: Pensava que no querrías solucionar las cosas conmigo.
-Yo: Y no quieroa, pero bueno... supongo que esto que ha pasado entre nosotros, a sido un error no?
A Justin se le cambió la cara rápidamente, noté como su mirada se convertía entre tristeza y seriedad, mientras que yo sentía unas ganas de besarle inmensas.
-Justin: Eso... querías decirme? Porque podías habértelo ahorrado.
-Yo: No, quería decirte, que quiero que seamos como antes.
-Justin: Cómo antes?
-Yo: Sí, que olvidemos esta mierda que nos pasó, que no debió ocurrir, y llevémonos mal, pero llevémonos, que es lo importante.
-Justin: Podemos llevarnos bien, es mejor no crees?
-Yo: No Bieber, tú y yo sabemos, que nosotros no podemos llevarnos bien –sonreí-
-Justin: Vale...
-Yo: Pues eso Bieber, que cuidado que hacemos por las noches –sonreí- deja de tomar drogas.
-Justin: Perdóneme puta, no sabía que por las noches me observaras –sonrió-
-Yo: Tus ganas –reí mientras le echaba de mi habitación-
*Narra Justin*
Y ya está? Y otra vez mal? Sería difícil tratarla como una guarra, zorra, puta o cualquier otro apelativo, pero si ella quería eso, eso tendría.
Pasaron los días, me iba recuperando de mi tobillo, aunque aún no estaba del todo curado.
Estaba en mi habitación, cuando entonces ella entró.
-Ella: Bieber, que mi padre me obligó a venir, para ver que tal estabas –se sentó en mi cama-
-Justin: Bien, hasta que llegaste –sonreí-
-Ella: Tan amable como siempre –dijo mientras me pellizcaba la mejilla-
-Justin: Tan guarra como siempre –sonreí-
Ella se levantó y comenzó a cotillear mi habitación.
-Ella: Qué es esto? –Cogió una de mis libretas-
En esa libreta, tenía compuestas algunas canciones, no quería que las leyera.
Así que me levanté de mi cama con las muletas y me acerqué a ella.
-Justin: Dámelo puta –dije enfadado-
-Ella: No quiero –sonrió mientras leía-
-Justin: Dámelo!
Di un paso hacia ella, pero tropecé con una de mis muletas y caí al suelo.
-Ella: Estás bien? –Preguntó asustada-
Sí? Quieres leer mi libreta? Te vas a enterar ahora...
-Justin: Oh no Dios! Me duele, mi tobillo, me duele el tobillo –gritaba-
Ella se sentó a mi lado asustada mientras tocaba mi tobillo.
-Ella: Llamo a alguien? A un doctor? –Estaba muy preocupada-
Me acerqué a ella y me tumbé encima de ella.
Me sujeté con mis manos que estaban alrededor de su cabeza, impidiendo que ella se moviera.
-Justin: Quién es ahora el tonto? –Reí mientras me acerqué a ella para besarla-
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