Todo era precioso, Barcelona desde las alturas junto con a luz de la luna, puede llegar a ser verdaderamente hermoso.
-Yo: Es precioso, verdad? –miré a mis lados- Andrea? –me alarmé- Andrea! Dónde estás? Si es una broma, no tiene gracia.
Andrea había desaparecido.
-Yo: Andrea! Ya basta. Sal de donde estés.
Miré por todas partes, pero se había ido. Pensé en irme yo también.
Me acerqué hasta la puerta e intenté abrirla, pero estaba cerrada.
-Yo: Andrea! Abre la puerta! –me comencé a desesperar- No me gusta nada este juego!
Me di la vuelta e intenté calmarme, pero me resultaba imposible.
-Yo: Por favor. Déjate de bromas!
Pero era imposible, probablemente ella ya se habría ido. Genial, para colmo me había dejado el móvil en la habitación.
Tras varios golpes en la puerta, nadie me oía, decidí sentarme a esperar. Alguien algún día se daría cuenta de que falto.
Me senté en uno de los bordillos del edificio, mirando la ciudad. Este viaje no había salido como yo lo esperaba, y este día tampoco.
-xXx: Bonita ciudad. Verdad?
Un susurró, se acercó a mi oído suavemente.
Su susurro.
Noté como se sentaba tras de mí, también en el bordillo y pasaba sus piernas por mi alrededor. Como sus brazos acariciaban los míos, hasta llegar a mis manos y entrelazar nuestros dedos. No, no se había olvidado de mí. Sin poder evitarlo, comencé a llorar, lenta y tranquilamente. Solo de la emoción.
Aún no me había girado para mirarle, no sabía como mirarle, estaba tan nerviosa e indecisa. Aunque lo que tenía claro en ese momento, aquello era mágico.
-Yo: Dónde estabas? –Pregunté sin mirarle-
-Justin: Guardando el mejor momento de la noche, para compartirlo contigo –susurró en mi oído-
-Yo: Y este es el mejor momento?
-Justin: Sí, creo que sí. Estoy sentando, en un lugar realmente precioso. Con vistas alucinantes. A la luz de la luna, abrazado a la persona que amo. Mientras espero a que sean las 1:23 de la noche para que una lluvia de estrellas caiga.
-Yo: Cómo que lluvia de estrellas?
-Justin: Espera cinco minutos, mi amor.
Justin puso su cabeza sobre mi hombro, mientras sus manos me acariciaban las mías. Podría haber momento más mágico que ese?
Cerré mis ojos, y lo viví. Quería pensar que esto era la realidad, pero era tan difícil de creer que lo estuviera viviendo.
-Justin: Ya empieza.
Abrí mis ojos, aquello era hermoso. Estaba en lo alto de un edificio, viendo con el amor de mi vida, cientos de estrellas fugaces a la luz de la luna. En la preciosa ciudad de Barcelona.
-Justin: Entiendes ahora por qué quería verte precisamente aquí, y en este momento?
-Yo: Sí –sonreí mientras miraba el cielo-
Él me ayudó a levantarme y caminar hasta una parte más segura de la terraza.
Levanté mi mirada, y lo vi, vi sus ojos de nuevo, los cuales estaban clavados en los míos.
-Justin: Tanto tiempo deseando verte. Esto no puede ser verdad –sonrió-
-Yo: Yo creo que estoy viviendo un sueño –reí-
-Justin: Tú eres mi sueño –acercó su frente a la mía-
No dijimos nada más. Nos fuimos acercando el uno al otro. Buscando como saciar nuestras ansias por unirnos de nuevo. Tanto tiempo sin verle, y ahora le tenía aquí. De la forma más mágica que jamás pudiera haber soñado.
Justin pasó su brazo por mi cintura, mientras que la otra mano me acariciaba la cara.
Yo entrelacé mis brazos alrededor de su cuello y me acerqué a él.
Nos miramos a los ojos por última vez en ese instante, nuestras miradas se desplazaron hasta nuestros labios. Él mojó sus labios y los abrió lentamente, hasta acercarlos a los míos y cerrar nuestras distancias con un beso apasionado.
Pidiendo por favor que el tiempo se detuviera. Se pudo observar numerosas sensaciones, tanto suyas como mías, vividas en ese momento.
Al separarnos, nos miramos a los ojos y nos sonreimos.
Alzamos nuestras miradas hacia el cielo y pudimos observar la última estrella fugaz.
-Yo: Espero que se cumpla.
-Justin: El que?
-Yo: Mi deseo. Cuando veo una estrella fugaz, siempre le pido un deseo.
-Justin: Ah, pero yo ya tengo a mi lado lo que más amo. Qué más puedo pedir? Además, me aprovecharé de tu deseo.
-Yo: Qué? –reí-
-Justin: Sé que pediste estar siempre a mi lado.
-Yo: Si lo dices no se cumple –le miré mal-
-Justin: Ves? –rió- Acerté. Pero tranquila, si se cumplirá.
-Yo: Cómo estás tan seguro?
-Justin: No lo sé. Lo que importa, es que por primera vez, estoy seguro de algo. No sé como ni por qué. Pero estoy seguro de que te amo y estaremos juntos, por siempre.
-Yo: Idiota –reí entre lágrimas- Me haces llorar.
-Justin: Que bonito piropo –rió- Me lo tomaré como un “Yo también te quiero”.
-Yo: Yo también te quiero –sonreí-
Me volvió a besar, como solo él sabía hacer.
-Justin: Volvamos anda –sonrió- si no van a pensar de verdad que te han secuestrado.
-Yo: Sí –le miré mal- Menuda encerrona que me habéis hecho.
-Justin: Se que te encantó.
-Yo: No lo niego–reí-
Justin sonrió y me cogió de la mano. Justos volvimos a mi habitación, donde Andrea estaba con su portátil.
-Andrea: Oh, haveis vuelto?
Miré a Justin y él me sonrió.
-Justin: Solo si ella quiere –me miró sonriente-
-Yo: Si idiora mio-le abracé-
-Justin: Bueno, y cuando vas a hablar con E para decirle que estás conmigo?
-Yo: Esto... Justin, todo lo que te ha dicho Andrea de que es mi novio, es mentira –reí-
-Justin: Qué?
-Yo: Sí, Edu solo es mi hermano pequeño.
-Justin: Andrea, cariño yo... TE MATO! –Gritó y comenzó a correr detrás de ella-.
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Sienti haver estado desaparecida:$ mientras lo escrivia y me he puesto a llorar jo:( quiero un novio asii!
