Edu

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Andrea: Y bien que?

-Justin: Que te ha dicho?

-AndreA: Que está bien -se levantó y se dirigió a la puerta-

-Justin: ¡Eh! Eh! -Me levanté y la paré- Ahora mismo me cuentas que te a dicho, porque no vas a dejarme aquí sin decir las cosas.

-Andrea: Pero me dijo eso.

-Justin: Te crees que soy tonto? -La miré- Y no, no contestes. Pero en serio... necesito saber por qué esa conversación...

Andrea: No! -Me interrumpió- Tú lo que necesitas saber es por qué nombré a su ex.

-Justin: Bueno, pues sí, necesito saberlo..

Andrea: Justin, debes aprender a aguantar tus estúpidos celos, porque así no conseguirás que ella vuelva a ser tuya.

-Justin: Como?

-Andrea: Verás, no puedes ir a España, así sin más y cabrearte con ella solo porque habla con su ex, porque sí, solo han hablado, no pasó nada. Lo que tienes que hacer es demostrarle que ella es lo que más quieres, porque eso es así no?

-Justin: Bromeas? Claro que es así!

-AndreA: Entonces, demuéstraselo -abrió la puerta y se fue-

-Narras tú-

No... no, como era? No, el funcionamiento de una central nuclear no era así. A ver... tenía varias fases, pero eran tres? cuatro? Bah, que más da. Entrego el examen.

Me levanté y entregué el examen sin la última actividad hecha, pero es que no lograba acordarme. Por más que lo intentaba, Justin salía en la primera y demás fases, en todas las actividades. Es más, se me olvidó revisar el examen, tal vez haya escrito su nombre y no me haya dado cuenta. Pero eso no es ahora algo que me importe.

La cuestión que rondaba ahora por mi cabeza era, que él vendría a España en unas semanas, y que yo iba a verle. Bueno, supuestamente a mis amigas y mi padre pero creo que es bastante obvio que a él también. Tenía que afirmarlo porque negarlo, no servía de mucho cuando todos lo sabían ya.

El examen era a últimahora, así que en cuanto acabé, regresé a casa. Mi madre no estaba y su marido tampoco. Así que me hice una ensalada y comí viendo la tele. Recuerdo, que cuando era pequeña, ella siempre me regañaba por comer sentaba en el sofá, seguiría con esas manías? Había pasado mucho tiempo sin mi madre, muchos años sin ese apoyo femenino que a cualquier niña le hace falta, y ahora que la tenía... la quería?

Resignada, de mi estúpido día, subí a dormir la siesta, que más se puede hacer cuando no tienes ningún amigo con el que salir? Lo había perdido todo cuando me fui. Y no me arrepiento de ello.

Pero no, no podía dormir. De nuevo, como el resto de los segundos pasados a lo largo de los días, en mi cabeza retumbaba el nombre de "Justin".

Me levanté y decidí sacar mi pasaje hacia Barcelona. No saqué la entrada, sabía que estaban agotadas, además... mi padre trabaja allí, supongo que algo de enchufe tendría.

Imprimí mi billete hacia Barcelona para el día 5 de abril y me acosté, escuchando "My World 2.0"

~Una semana después.

-Elena: Que?! No puedes hacerme esto! -le replicó al profesor-

-Profesor: Tienes un dos en el examen! No puedo aprobarte.

-Elena: Me quedaré sin el concierto de Justin... -me miró- Lo siento tía... si quieres les hablo a mis amigas sobre ti y vas con ellas.

-Yo: No te preocupes... voy sola -esbocé media sonrisa-

Ella me miró con gran tristeza y luego devolvió su mirada a su examen suspenso.

En verdad, lo preferí así, si iba con unas auténticas beliebers empezarían a gritar si me veían hablar con Justin. Bueno no... Que no! Que no voy a hablar con ese...

Cogí mis libros, en dos días iría a Barcelona, así que hoy quería hacer la maleta, o al menos planear la ropa que me llevaría. Estaba nerviosa y no sabía por qué. Y tenía tantas dudas sobre que llevarme. Y si me llevo esta camiseta? No demasiado ancha. Y esta falda? Demasiado larga... No sabía ya que llevarme, quería algo importante, no quería pasar desapercibido, pero claro... no quería tampoco llamar la atención. Como una belieber? De lila? No! Tampoco quería ser una más, además... si voy de morada Justin pensará que iría a verle a él, y no es así.

Al final cogí unos pantalones de pitillos cualquiera y una camiseta bonita, bah.

Guardé las cosas en la maleta, que no era muy grande cuando el sonido del móvil hizo estremecerme sin saber por qué.

-Conversación telefónica-

-Paolo: Sandra?

-Yo: Paolo?

-Paolo: Sandra tienes que venir al hospital.

-Yo: Que a pasado? Lea pasado algo a mi madre?

-Paolo: No, tranquila, solo que tu madre está de parto.

-Yo: Oh... En serio? Y como está? Lo a tenido ya?

-Paolo: Aún no, prevén que será un parto algo largo, pero todo está bien, ven pronto. Hasta luego.

-Yo: Hasta pronto -colgué-

-Fin de la conversación-

Cogí rápidamente mis llaves y las guardé junto con mi móvil en un pequeño bolso y salí a pedir un taxi que me llevara al hospital.

Ya en el hospital me encontré con Paolo, el cual esperaba también en el pasillo.

-Paolo: Sandra, queda ya poco -sonrió- Estoy deseando tenerlo entre mis brazos.

Yo me limité a sonreírle.

-Paolo: Por cierto... ya tienes pensando el nombre?

Es verdad, se me había olvidado pensar en el nombre y mi madre me pidió a mi que lo eligiera. Era niño, por lo tanto tenía que buscarle un nombre de niño... Era difícil, no es que hubiera muchos nombres que en ese momento me llamaran la atención, y además no es que en ese momento tuviera la mente despejada como para ponerle un nombre a un hermanito.

-Yo: Edu, me gusta Edu.

-Paolo:Edu? -Me miró y sonrió- Está bien, Eduardo entonces.

-Yo: No! -reí- Edu, Eduardo es de abuelos.

-Paolo: Pero en el libro de familia será Eduardo -rió- Aunque nosotros le llamamos Edu.

Reímos y nos abrazamos. Creo que fue el primer abrazo que me había dado el marido de mi madre pero se lo agradecí, lo necesitaba y él creo que también lo necesitaba.

Él tuvo que entrar para seguir con el parto, y a las horas, un par de ellas pude calcular, salió bastante feliz.

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Un cambio de 360°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora