El hijo de los mares || Percy Jackson en Hogwarts

23. Hermione.

Después de la maravillosamente mala respuesta de Percy Jackson, los profesores les mandaron a todos que entrasen al castillo.

Hermione caminaba entre Percy y Ron. Percy miraba nervioso hacia los lados como si esperase que todos los alumnos se fueran a dar la vuelta y a apuntarle con sus varitas. Por otro lado Ron parecía enfadado, casi celoso.

Caminaba silencioso a su lado, con el ceño fruncido y expresión dolida.

A Hermione no le entraba en la cabeza que su novio (aunque fuese desde hace poco) estuviese celoso de cómo ella trataba a un recién llegado, como Percy.

Cada vez que Hermione miraba a Percy sentía un dolor en el pecho, un recuerdo, un vacío. Un vacío que había dejado Harry Potter, su mejor amigo, al desaparecer. 

Se parecían mucho. Percy tenía el pelo moreno como Harry, los ojos verdes, aunque los de Harry eran tirando a esmeralda y los de Percy un tono más marino, Percy era igual de alto que Harry, pero, Percy era músculo, Harry era flacucho.

El profesor Achilles se les acercó con cara de pocos amigos.

-¿Se puede saber cómo se te ocurre? - le gritó a Percy.
-Se iba a morir - se justificó él.

El profesor apretó los puños.

-Quizá gracias a haber mostrado tus poderes muráis todos - exclamó el profesor de nuevo - quizá hallas destruido todo el plan. Todo por lo que tus amigos están luchando al otro lado.

Percy le miró con furia.

-Yo no soy un peón engreído de los dioses - dijo - yo no dejo morir a mis amigos, ni a nadie. Como ya dije una vez a una amiga, ¡Yo no soy Hércules!. Tampoco soy cualquier otro semidiós estupido y creido de la mitología griega o romana. Yo no soy... no soy... como tú.

El profesor apreto la mandíbula con fuerza.

-Puede que mis actos en el pasado no estuviesen bien - admitió - pero por eso estoy aquí. Para limpiar mis estupideces.

Nada más decir esto se marchó.

Hermione miró con asombro a Percy. Este seguía mirando fijamente al profesor mientras se alejaba. Tenía los puños apretados y su mano derecha estaba a escasos centímetros del bolsillo de su bañador. Hermione supuso que ahí era donde estaba su espada.

-Vaya... - dijo Ron - eres la primera persona que veo plantarle cara a un profesor de semejante manera.

Hermione tenía ganas de darle una coyeja pero se contuvo. No era el momento, ni la situación más adecuada.

-¿Estás bien? - le dijo ella a Percy.

Percy tardó un rato en contestar.

-No lo sé - admitió- cuanto más recuerdo más me duele mi vida. He dejado morir a tanta gente... Por eso no pude cuando vi que se estaba ahogando. No podía dejar morir a nadie más. Una amiga - apreto los labios con dolor - se llamaba Zoë, Zoë Belladona.

Llamaba...

-Yo... - continuó Percy - quizá... si hubiese hecho las cosas de otra manera... si no hubiese sido tan testarudo. Ella sabía que moriría en esa misión... lo sabía desde el principio... aún así... participó.

Hermione le puso la mano en el hombro a Percy y Ron le sonrió. Una lagrima recorrió el rostro de Percy y él se apresuró a secársela.

-A lo que voy - dijo - es que, cuanto más recuerdo... más muertes, que yo podría haber evitado... 

Se le quebró la voz.

Hermione sabía lo que Percy sentía. Cada vez que se miraba al espejo pensaba "y si no hubiésemos hecho las cosas así. Quizá ahora todos estarían vivos".

Cuando pensaba eso le venían tantos nombres a la cabeza, Lupin, Tonks, Dumbledore, Sirius, Snape, Ojo Loco, Colin, Fred... Sin embargo, había tantos mortifagos vivos... la peor era Bellatrix Lestrange. Hermione la odiaba tanto.

-Su padre la mató delante mío- murmuró Percy.

Hermione se volvió repentinamente hacia. Su padre la mató.

-¿A qué te refieres? - le dijo.

Percy hizo una mueca.

-Atlas era su padre - dijo - el padre de Zoë. Estábamos luchando contra él, Artemisa estaba sosteniendo el peso del cielo, y, yo... yo pensé que la única solución era sostenerlo yo mismo... - puso cara de amargura y se tocó el mechón de pelo gris - por eso tengo esto. Liberé a Artemisa y... Zoë se encaró con su padre... él... le dio un manotazo y... Zoë voló por las ruinas... - una lagrima le corrió por la mejilla - todo por qué fui un cabezón en rescatar a Annabeth.

Ron rodeó a Percy con su brazo por encima de los hombros.

Era la primera vez que Hermione le veía mostrarse tan comprensivo.

Hermione sonrió.

-Ya está, Percy- dijo ella suavemente- no hables más.