—Hola amor ¿cómo estás? —contestó Erick desde el otro lado del teléfono.
—Hola... bien, ¿y tú? —dije rápidamente.
Erick comenzó a contarme cosas acerca de su viaje y debo admitir que no le estaba prestando toda la atención, sólo respondía de vez en cuando.
(...)
Las doce de la noche y yo seguía dando vueltas en mi cama sin conseguir quedarme dormida. En todos mis pensamientos aparecía Justin y su extraña forma de actuar. Cuando estuve en sus brazos unas ganas inmensas por besarlo se apoderaron de mí, sus labios se veían tan rosados y gruesos, eran tan deseables. Me siento mal, sucia. Es como si estuviera engañando a Erick con la mente, con esta “atracción” por Justin, pero ni siquiera sé si a esto se le puede llamar una atracción. Sólo fue un pensamiento del momento, fue una idea tonta y absurda, no volverá a ocurrir. Esto es confuso, en serio confuso.
Justin es todo lo contrario a mi “prototipo de hombre perfecto” Es decir, me gustan los chicos dulces, románticos y cariñosos. Justin se comporta de una forma extraña y es frío, aunque se comporte así, sé que oculta algo y necesito averiguar que es. Mientras más pensaba, más dudas se venían a mi mente...
El último beso que me di con Erick, ese beso en el aeropuerto, fue... raro. Es decir, no sentí esas cosas en mi estómago que sentía hace unas semanas. Siempre que me llama por celular y me dice cosas hermosas me hace sentir esas cosas en el estómago, pero esta vez no fue así. En cambio, cuando estuve con Justin, sentí algunas cosas que nunca antes había experimentado. Pero ¿qué mierda estoy pensando? Justin no siente nada por mí, nunca lo sentiría. De seguro a él le gustan las chicas fáciles, hermosas y con buenas curvas ¿qué tengo yo de eso? definitivamente no encajo ahí. Además ¿él tenía sentimientos? no me lo imagino tomado de la mano de alguna chica, es frío, es... extraño.
(...)
—Levántate, _____ —exclamó mi madre mientras abría con fuerza la puerta de mi habitación. Me levanté rápido, me duché y me vestí algo casual, (En multimedia, pero sin ese bolso y en ves de las zapatillas unas Vans<3) no tenía ganas de desperdiciar minutos en buscar algo mejor. Mi madre como lo hacía casi siempre, me fue a dejar cerca del colegio. Me despedí de ella con un beso en la mejilla y bajé lentamente del vehículo, aún me dolía un poco el tobillo, aunque ahora si podía mantener el equilibrio y caminar.
Me dirigí lo más rápido que pude, sin hacerme daño en mi tobillo, hacía el casillero. Metí mis libros en él y observé mi horario... Literatura, ¿de nuevo? Agh, ¿quieren cagarme la vida o qué? ¿Por qué me tienen que tocar tantos días la maldita clase de literatura? El único día en que no me cruzaba con Justin en alguna clase era el viernes, maldita sea, apenas era miércoles.
Caminé hacía el salón algo molesta, no quería verlo, sabía que me iba a perder en su rostro nuevamente, es como si me hipnotizara. No levanté mi vista en ningún momento, sólo miraba el suelo, llegué hasta mi respectivo asiento. Levanté levemente la mirada y pude observar que Justin no estaba ahí. «¡Bien!» susurré en mi interior.
Me senté en el asiento de la derecha lentamente, me sentía cansada y no tenía muchas ganas de anotar algo. Saqué mi cuaderno y mi libro sólo para dejarlo encima de mi mesa, ni siquiera los abrí. Levanté la vista de apoco, aunque me arrepentí de haberlo hecho... ahí venía él, con una chaqueta de cuero negra y nos pantalones gastados, se veía tan... ¿Sexy? no sé si esa sería la palabra adecuada. Digamos que se veía bien, sólo eso.
Muchas chicas del salón lo miraban casi suspirándose, como si se les cayera la baba, pero ¿qué mierda? ¿Por qué nunca me percaté de eso? ¿Tenía chicas enamoradas de él? No las culpo, Justin era... Es atractivo.