Capitulo 27

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¿Dónde quedaron esos momentos en los que me decía que me quería cómo a nadie en este mundo? Me gustaría gritarle a la cara todo esto, pero no puedo. No lograría siquiera mirarlo a los ojos, no de nuevo. Quizá he de odiarlo, pero lo quiero, lo quiero demasiado cómo para poder odiarlo. Las lágrimas corrían cómo un río por mi rostro. ¿Ahora cómo mierda puedo hacer para sacar todo esto que me hiciste sentir Justin? 

Siempre que hablan del amor, hablan de felicidad, te meten estupideces acerca de que todo es perfecto, de que no hay nada mejor pero nadie te cuenta lo malo cómo esto ¿no? Nadie te advierte sobre estas mierdas que me ha tocado vivir hoy. 

Recuerdo sus palabras, recuerdo cómo me dolieron y aún continúan doliendo en muy interiormente. No tuve ni siquiera el tiempo para hacerle preguntas, él me dejó allí en medio de la calle. 

Flashback. 

Me encontraba en la plaza de siempre, tenía una gran sonrisa en mi rostro. Aquí había sido en dónde nos habíamos dado nuestro primer beso, dónde había comenzado todo. Tenía el celular en mi mano, no entendía muy bien el mensaje que me había escrito

"Te veo en la plaza de siempre en cuarenta minutos, adiós". 

Ya habían pasado casi diez minutos más y él no se aparecía por ningún lado. ¿No eran cuarenta minutos? Me levanté de la pequeña banquita pensando que quizá no iba a venir, pero su firme brazo me detuvo. Venía con unos grandes lentes negros, los cuáles me impedían ver sus ojos mieles. Le di una sonrisa mientras me lanzaba a sus brazos para abrazarlo... Pero él me alejó inmediatamente. 

—¿¡Qué te pasa!? —dije borrando la sonrisa de mi rostro. 

—Tenemos que hablar —musitó con la voz raspada. 

—Justin, me estás asustando... ¿De qué tenemos que hablar?

—De que estuve contigo sólo para ver que se sentía estar con alguien cómo tu —musitó pegando su mirada al suelo. ¿Esto era una broma, no? Mi mundo se detuvo, todo se paralizó alrededor. Sus palabras retumbaban en mi mente cómo grandes cuchillos enterrándose en mi interior. —Tú no eres nada para mí. Tenía una apuesta, te enamoraste de mí y gracias a eso, gané... Gracias, ______ —agregó haciendo que mi cuerpo temblara— Espero que vuelvas con tu novio, porque él si te ama, no como yo que jugué contigo todo este tiempo —murmuró por último dándose la vuelta para irse dejándome con el corazón hecho trizas. Esto... ¿es un sueño? ¿Es real? Mierda, no, esto era real. Se sentía real, podía sentir el dolor real, el dolor en mi interior. 

Unas lágrimas nuevamente aparecieron en mi rostro. Dios ¿es que acaso no se agotan? Me odio, me odio por ser tan llorona, por ser tan estúpida, por creerle a él, por enserio pensar que alguien como él me querría. 

Ilusa, jodida ilusa.

Fin Flashback.

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