Sentí mi celular vibrar dentro del bolsillo de mi pantalón. Me separé un poco de Justin, era mi madre, debe estar como loca. Iban a ser las ocho de la noche y yo no le había avisado que llegaría más tarde por el estúpido castigo de limpiar la biblioteca. Estaba furiosa, traté de calmarla y le expliqué lo de la biblioteca de manera que se tranquilizó un poco. Justin me miraba sonriente, que vergüenza, había escuchado toda mi conversación.
—¿Quieres que te lleve? —ofreció Justin— Tu mamá debe estar preocupada.
—No te molestes, puedo regresar sola —sonreí de manera nerviosa. Él siempre hallaba la manera de ponerme nerviosa.
—Ya no insistas, vamos, afuera está oscuro
—Está bien, gracias Justin —le dije mientras ambos nos dirigíamos hasta la salida y Justin gentilmente me abría la puerta y me dejaba pasar primero. Mientras caminábamos iba pensando en lo que Justin me había dicho hace un momento, estaba feliz debido a que él confió en mí para contarme eso. Llegamos al estacionamiento en silencio, ninguno de los dos decía nada pero no era un silencio incómodo, todo lo contrario, lo disfrutaba. Últimamente disfruto todo el tiempo que paso con Justin.
Justin sacó unas llaves de su bolsillo mientras se dirigía a una moto estacionada... ¿Nos iríamos en moto? Nunca en mi vida me he montado en una y creo que me da miedo subirme a una moto.
—Nunca me he subido a una moto —le confesé al ver como él se subía y con una mirada me hacía una seña para que yo me montara también.
—Es como volar sin despegarse del suelo —dijo mientras reía— ¿No quieres subir?
—Está... bien —dije tratando de dejar mis miedos atrás.
Me subí lentamente, la verdad, quería hacerlo pero a la vez me daba miedo.
Delicadamente tomó mis brazos y los acomodó rodeando su torso. Tenía razón, era como volar sin despegarse del suelo y eso que la moto ni siquiera arrancaba.
—Todo estará bien ______, confía en mí.
Susurró lentamente mientras encendía el motor de la moto y ese típico sonido que hacen las motos antes de partir se escuchó como eco en todo el estacionamiento. Se sentía una sensación tan relajante sentir como mi cabello jugaba con el viento. Me sentía segura y protegida cerca de Justin.
Hoy pasaron tantas cosas... experimenté algunas sensaciones que nunca en mi corta vida había sentido antes. Pasaron cosas buenas y malas, pero aun así, el día había sido maravilloso. Pero por ahora, no quería pensar en nada, absolutamente nada, sólo quería disfrutar del momento.
Mi cabeza iba recostada en la espalda de Justin casi llegando a su cuello. El viento atraía el aroma de Justin más rápido a mis pulmones. Justin conducía de manera rápida, digo, se sentía como si fuera muy rápido pero mirando el kilometraje de la moto no era tan rápido. Me sentía tan cómoda estando así de cerca con él. Sentí como la moto se detuvo en frente de mi casa haciéndome despertar o más bien, reaccionar de aquel mundo en el cual estuve durante todo el viaje. Justin me ayudó a bajarme como todo un caballero. Arregló mi cabello un poco debido a que el viento lo había dejado todo fuera de lugar.
—Gracias —murmuré nerviosa.
—No fue nada —me respondió mirándome a los ojos— Yo soy el que tiene que agradecerte a ti —besó mi mejilla lentamente. Sentí como me iba de nuevo a otra galaxia y volvía inmediatamente. Mi corazón latía tan rápido que pareciera como si quisiese salir de mi pecho.
—¿Por qué? —le pregunté curiosa cuando ya había reaccionado.
—No te lo puedo decir.
—Aún me ocultas demasiadas cosas Justin —le reclamé— ¿Por qué no me dices todo de una vez? Odio tener esas dudas.
Era cierto, no soporto tener una duda en la mente, esa duda podría pasarse horas, días y quizás semanas en mi mente sin dejarme dormir.
Observé a Justin como se subía a su moto de nuevo, la encendió haciéndola resonar casi en todo el pasaje.
—Porque no te quiero perder —alcancé a oír mientras veía como él se volvía cada vez más pequeño a manera que se alejaba a gran velocidad en su moto.