Me congelé al instante, tanto así que ni siquiera escuchaba lo que estaba leyendo el profesor. Estaba desconcentrada y sólo pensaba en que no debía mirarlo, ni siquiera de re-ojo, tenía que fingir que no me importa y que me es indiferente.
—El día de hoy les dejaré un trabajo, el trabajo es muy importante, ya que vale por dos notas. Deben hacer un trabajo, una investigación a fondo, sobre un tema que ustedes elijan. Será en parejas y para ahorrarnos tiempo, lo harán con su compañero o compañera de banco —ordena el profesor y sentí un retorcijón en mi estómago. Era obvio que Justin no iba a querer hacer el trabajo, pero es importante, son dos notas y no quiero que mis notas bajen gracias a él.
—¿De qué lo haremos? —escuché de repente de la nada. Me exalté un poco, quizá fue el susto, quizá fue la sorpresa o la emoción de que él iniciara una conversación por primera vez. Sentía como sus ojos miel se concentraban en mí, me sentía nerviosa y a la vez confundida.
—Yo... no lo sé —titubeé. No sé si él estuviese incómodo, pero yo estaba más que eso, querían hundirme en la tierra en el preciso momento en que Justin habló.
—Si quieres lo hago sólo y pongo el nombre de los dos. No puedo, ni quiero volver a repetir este año —contestó botando un suspiro.
—¡No! —exclamé como desesperada. Esas palabras habían salido por si solas de mi boca. Debería pensar antes de abrir la boca, de seguro ahora piensa que soy una histérica desesperada. —Es decir, sería injusto que tú hagas todo el trabajo, yo también debo hacerlo —continué casi en un susurro. Giré mi vista hacía sus hermosos ojos miel. Parecía un chico dulce a simple vista, hace unos pocos segundos sonó tan jodidamente dulce.
—Si quieres hacerlo —bufó cortante. Ese chico que tenía anteriormente, el chico dulce, se había ido, ya estaba de vuelta el Justin frío y cortante. Continuó con su dibujo apartando su mirada instantáneamente de mí. Era un retrato, estaba segura, pero ¿de quién sería el retrato? Justin trazaba líneas, luego borraba algunas y volvía a trazar otras. Se quedaba observándolo sin hacer nada unos segundos para buscarle alguna falla y luego retomaba su lápiz.
—Entonces, ¿de qué lo haremos? —preguntó luego de un rato dejando su dibujo cerrado sobre la mesa.
—No sé, de algún escritor o algo así —propuse tratando de ser tan fría como él lo era conmigo.
—Quizás...
—Pero como no te veo tan entusiasmado, podríamos hacerlo sobre otra cosa, ¿qué propones? —interrumpí fastidiada. Las actitudes cambiantes de Justin me ponían de mal humor. Lo odiaba, odiaba que me volviera loca así de esta manera.
—No hagas eso —bufó molesto.
—¿Qué cosa? —pregunté confundida ante su orden.
—Tratar de parecer fría ¡Sé que tú no eres así! —exclamó enojado. ¿De qué me perdí? ¿Ahora él cree que me conoce? ¡Por favor! No tiene ni una puta idea de si soy fría o no, no me conoce. Además, él no es nadie para venir a ordenarme cosas.
—Tú no me vas a decir que tengo que hacer y que no —pronuncié algo enojada mirando fijamente sus hermosos ojos mieles— Además, tu eres él que aparenta.
—Tú a mí no me conoces —habló aun sosteniendo la mirada conmigo.
—Tú a mí tampoco —dije en el mismo tono que Justin. ¿Estábamos discutiendo? Pero sé que no fue culpa mía, si no la de él, no lo soporto, ya no soporto estar ni un segundo más a su lado— ¿Me puedes decir de una vez sobre qué vamos a ser el trabajo? El profesor está preguntando.
—Hagámoslo sobre las novelas, novelas de amor —propuso de manera fría igual como actúa siempre. ¿Amor? ¿Justin dijo amor? ¿Acaso él cree en el amor?
—Está bien —le respondí cortante ya que no quería seguir intercambiando ni una sola palabra más con él. El profesor se acercó a nuestro banco rompiendo el silencio sumamente incómodo que se había formado.
—¿De qué tema van a realizar su trabajo? —preguntó el profesor con una sonrisa amplia en su rostro.