La agonía del tiempo

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JONGIN

Yo estaba apoyado sobre las rejas de mi celda, mirando con nerviosismo los pasillos y esperando a que alguien me trajera noticias de LuHan. Ya había pasado un día entero y nosotros no podíamos enterarnos de nada. Como sólo me quedaba esperar, terminé por comerme las uñas para no volverme loco.

—¿Quieres calmarte? —preguntó ChanYeol detrás mío. Tenía la suerte de seguir compartiendo habitación con él—. Pareces demente y te van a mirar raro.

—¿Crees que me importa eso? —ataqué, dándome media vuelta para encararlo.

—Era una broma, hombre. Cálmate. —Con su respuesta, yo sólo pude levantar una ceja debido a la incredulidad.

—¿Tú? ¿Haciendo bromas? ¿Desde cuándo?

—Desde que yo quiero, joder. —Me cortó con su típico aire molesto. Ese sí era el ChanYeol que yo conocía. Aunque debía admitirlo, estaba más blando que antes. Ahora conocía su lado humano y podía ignorar su aire asesino—. Si tanto quieres saber, llama a KyungSoo por el celular de YiFan y ya está.

—¡Claro que no puedo hacer eso! —respondí molesto—. Ellos dijeron que YiFan no sabía nada acerca del escape de LuHan. Tal vez se metan en problemas si meto la pata...

—Maldito YiFan —murmuró ChanYeol al tiempo que cerraba los ojos debido a la rabia—. De todas maneras ya puedes hacerlo. Si se entera que los demás han contratado a alguien para sacar a LuHan, ya no podrá hacer nada para evitarlo. Ya está hecho.

Se encogió de hombros como si fuera la conclusión más obvia de todas.

—¿Y ya? ¿Me arriesgo a cagarla incluso cuando hay posibilidades de que LuHan no lo haya logrado?

ChanYeol me mantuvo la mirada con confianza—. Sí.

Bufé. Hice cara de que él estaba loco. Miré para todas partes pensando que aquello era realmente estúpido.

A los cinco segundos me lancé a la puerta para hacer exactamente lo que el alto me había dicho. A la mierda todo, debía arriesgarme para saber que el plan había salido bien. Necesitaba saber lo que estaba pasando en ese mismo instante.

Caminé rápidamente hacia los baños, sin correr porque estaba prohibido, y en medio del camino, para asegurarme de que ningún guardia me estaba prestando demasiada atención, pude ver que ChanYeol había decidido seguirme. Tenía expresión irritada, como si ir detrás mio para evitar que yo metiera la pata a cada rato fuera su trabajo de tiempo completo.

Una vez en los baños, tuve que esperar a que el cubículo indicado estuviera disponible. Durante la incómoda espera junto a ChanYeol, cruzamos miradas nerviosas sin llegar a dirigirnos la palabra. Cuando por fin salió un anciano del baño, suspiré aliviado y me lancé directo para encerrarme lo más pronto posible. Supe que el alto no entraría conmigo porque no estaba dispuesto a tragarse ese horrible olor. Además, necesitaba asegurarse de que todo estaba en orden.

Entonces corrí una delgada baldosa de la pared para sacar un celular de allí. De hecho, ese teléfono no era mío. Era de todos los reclusos que supieran que esa cosa estaba detrás de la pared. Algo así como un servicio comunitario, por lo que recé para que la batería estuviera cargada.

Fui directamente a las llamadas y timbré al número de YiFan, el cual ya me sabía de memoria. La llamada fue a buzón de voz, pero no quería esperar otro tiempo para saber la verdad, así que seguí llamado con la esperanza de que me contestara de una vez por todas.

¿Hola? —preguntó una voz al otro lado. Mi corazón se aceleró por la emoción. Tuve que contenerme para no causar demasiado ruido y terminar llamando la atención.

Margen Penitenciario de TonaláDonde viven las historias. Descúbrelo ahora