JONGIN
No entendía cómo carajos ChanYeol era capaz de mantenerse de pie. Los golpes que habíamos estado acumulando me estaban dejando agotado, volviéndome más pesimista que antes. Llegué a pensar que incluso KyungSoo se había cansado de esperarme y que, por más que me esforzara en salir de Tonalá, no encontraría nada al otro lado de las rejas.
En las noches, cuando todo estaba oscuro, volvía a sentir que ni siquiera adentro podría estar bien. Es decir, ¿cuál era el sentido? Estaba solo y no tenía esperanzas. Hasta los golpes que nos daban para sacarnos información nos los estaban dando por separado, así que no podía buscar fuerzas en alguien más. Todo debía cargarlo yo, lo cual me angustiaba más y más, porque el sentimiento de no poder luchar solo contra la mierda del mundo se iba intensificando. Los esfuerzos de ChanYeol por tranquilizarme cuando no podía controlar las lágrimas ya casi no me funcionaban, así que prefería callarme el dolor todo el tiempo.
Aún así, él siempre intentaba estar cerca, cuidando que no me pasaran más cosas malas de las que ya me pasaban.
Por ejemplo, como todos los reclusos supieron que nosotros estuvimos involucrados con el escape de tres chicos y debido a eso la seguridad aumentó, las quejas habían comenzado a llegar. Nos amenazaban con golpes por haber causado tanto revuelto y romper la cotidianidad de la cárcel, y yo no tenía fuerzas para defenderme. Aunque jamás llegaron a tocarme porque ChanYeol siempre intervenía, o los demás reclusos notaban que ya estaba lo suficientemente dañado como para siquiera intentar desquitarme.
Un día, cuando un grupo de cinco tipos gigantes me acorraló en el patio, en medio de un intento mío por sentirme tranquilo de nuevo, el que me salvó la vida fue el director Byung Hun. Era una de las personas que menos se me antojaba ver, pero en ese momento fue mi único salvador.
Me sorprendió verlo adentro de la cárcel y no resguardado detrás de su escritorio. Pensé que me llevaría personalmente a una nueva sesión de tortura, pero cuando ya llevábamos tiempo caminando, me di cuenta de que efectivamente nos dirigíamos hacia su oficina. Como siempre, guardé silencio, además porque no tenía energías siquiera para hablar.
A continuación me hizo una seña para que tomara asiento frente a él y obedecí. No es que tuviera otra opción, porque si pedía retirarme, las puertas serían cerradas en mi nariz y los ojos de los guardias estarían atentos sobre mí. Aparte, el genio del director estaba algo ligero y prefería mantenerlo de esa manera.
Esperé que sacaran un arma y que me metieran una bala entre los ojos, que con una pesada porra me reventaran la cabeza o que me dejaran sin comer en aislamiento por cinco días, así que me sorprendí cuando vi a Lee sonriendo en frente mío.
—Al parecer estos castigos te están funcionando. Ya no andas por ahí buscándote problemas. —Parecía realmente satisfecho con mi comportamiento. Mi respuesta fue mirarlo a los ojos, como si de esa manera pudiera recordarle que sus maltratos me impedían demasiado—. Sé muy bien que esta no es parte del reglamento aquí en Tonalá. Me refiero a los castigos. Pero yo también soy funcionario en la cárcel de máxima seguridad así que he hecho que este caso sea especial. De todas maneras, me gustaría dejar de hacerlo. Creo que por el momento estás libre de esos maltratos por, al menos, colaborar con tu comportamiento.
A pesar de sentirme aliviado con sus palabras, no pude evitar quedarme para preguntar:
—¿Qué hay de ChanYeol?
—Él, en cambio, sí ha estado haciendo cosas que no debe. —Sus palabras me sorprendieron bastante—. No te puedo decir qué, porque eso interferiría con nuestra investigación. Eso es todo por ahora, JongIn. Puedes irte a descansar.
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Margen Penitenciario de Tonalá
Fanfiction《 Te voy a sacar de éste horrible lugar. 》 Eso fue lo que ChanYeol le había prometido a BaekHyun, y a pesar de que las cosas se pusieron complicadas en el proceso, al final cumplió con su palabra. Ahora uno estaba adentro y otro estaba fuera. Debían...