De vuelta a casa

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BAEKHYUN

La sala estaba en completo silencio a pesar de que estaba repleta de policías. Sentí mis labios palidecer y mi estómago revolcarse por el miedo. Me negaba rotundamente a volver a Tonalá después de todas las porquerías por las que tuve que pasar. No pensaba volver al mismo infierno de antes justo cuando ya me estaba haciendo a la idea de lo que sería mi nueva vida entre las sombras.

Aprovechando que habíamos dejado la puerta abierta detrás mío, me giré sobre mis talones y corrí un par de pasos en dirección a la puerta. Más allá podía ver los campos verdes vacíos y frescos, detrás de un montón de patrullas negras. Aún así, me lancé hacia adelante con la estúpida idea de poder huir mientra rogaba que ChanYeol me estuviera siguiendo de cerca.

Pero claro, justo bajo el umbral, un hombre trajeado se me atravesó en el camino para impedirme el paso. Yo estaba tan mentalizado en salir que empujé su cuerpo pesado con un hombro y seguí con mi camino. Yo fui un idiota al pensar que podría empujar a todos los policías que se metieran en mi camino hasta volver a un lugar seguro. Era de esperarse que alguno reaccionara a tiempo para alcanzarme de la camisa, girarme y soltar un puño sobre mi cara. En este caso, fue el mismo hombre con traje.

Ese ataque despertó rabia en mi interior, seguramente porque mi cabeza no podía sobrellevar el miedo creciente y debía disfrazarlo con ira. Así que cuando noté que mi nariz estaba sangrando por el golpe, me acerqué al idiota y le puse mi rodilla en la entrepierna con fuerza. Él se dobló y yo me sentí satisfecho, pero al rato un par de manos me estaban esposando a mis espaldas.

De nuevo intenté liberarme, sacudiendo mi cuerpo y empujando a todo aquel que estuviera lo suficientemente cerca. Ninguno de mis esfuerzos valieron la pena, porque en cuanto me giré para agarrar a ChanYeol y llevármelo de allí como fuera, él ya estaba esposado y rodeado por muchos guardias con sus armas en alto.

Me dispuse a correr hacia él sin pensar demasiado las cosas, pero una corriente recorrió mi cuerpo de arriba a abajo y yo caí al suelo mareado. Me arrastré un poco en dirección al alto sin llegar a rendirme en ningún momento, pero el pie del hombre trajeado se posó en mi espalda para impedir cualquier movimiento.

 —Tú debes ser BaekHyun. Un gusto conocerte al fin —dijo con voz tranquila.

Me removí otro poco, pero moverme era imposible.

—¡ChanYeol! —grité, porque era lo único que me quedaba por hacer. No esperaba que viniera a salvarme porque los dos estábamos en peligro. Sólo quería que mágicamente él apareciera entre mis brazos antes de perder la esperanza—. ChanYeol...

Solté un sollozo cansado al darme cuenta de que no podría tocarlo por un buen tiempo y que todos mis esfuerzos se habían perdido en un par de segundos.

La corriente que paralizó mis músculos volvió a recorrer mis espalda y yo, lentamente, fui cerrando los ojos, incluso si no quería dormir, porque tenía claro que no volvería a despertar en aquella casa.

***

Mis ojos se abrieron lentamente por la molesta vibración de mi cuerpo. Incluso si quería permanecer quieto, yo seguía sacudiéndome constantemente. Sentí rabia de nuevo y quise recostarme sobre el suelo para acomodarme mejor, pero en cuanto abrí los ojos y supe en dónde estaba, el miedo se disparó y me dejó erguido completamente.

Yo estaba en una espaciosa camioneta, con un par de policías al lado bien atentos a lo que yo estuviera a punto de hacer. En frente, estaban el hombre trajeado y ChanYeol, éste último con sus manos esposadas también. A comparación mía, se veía demasiado tranquilo.

Margen Penitenciario de TonaláDonde viven las historias. Descúbrelo ahora