Categoría de presos según observaciones

2K 348 58
                                    

CHANYEOL

El mejor lugar donde puedes estar, si quieres analizar bien a los internos, es el comedor. Con la seguridad más fuerte que antes, no puedes decidir por ti mismo si quieres ir a comer o no. Tienes que hacerlo. Además, tienes que comerte lo que te sirven en el plato. En caso contrario, los guardias lo toman como un comportamiento sospechoso y la cocina es requisada de rincón a rincón para prevenir más muertos entre la carne.

Eso fue mi culpa, incluso si yo no participé directamente en aquel asesinato. Solo di la orden, pero todo se salió de control. Por eso debía sentarme y comerme aquello que servían en mi plato. Debía admitir que ya no sabía tan mal como antes y que seguramente el director había tomado algunas medidas para mejorar nuestros niveles de salubridad, no solo de seguridad.

Con respecto a ese último detalle... Yo no tenía seguridad. Si bien debía mantenerme al margen de los problemas que sucedían en la cárcel para que los demás presos no sintieran la necesidad de meterse conmigo, también debía cuidarme de los policías que me vigilaban de cerca. Sentía que cualquier expresión "errónea" que hiciera sería penalizada por las autoridades.

Comía con desgano, sobre todo porque mi mandíbula dolía cada vez que masticaba. Apenas me habían dado unas horas en enfermería y luego me habían mandado de vuelta a las instalaciones de Tonalá para que me recuperara solo. Mi único consuelo es que seguía conservando todos mis dientes y que mi nariz no había quedado torcida después de la golpiza de JongIn.

Esperaba que toda aquella maniobra hubiera valido la pena y que el moreno estuviera reunido con los demás. Al menos que eso saliera bien.

Otra cosa que podía hacer, además de pasear por los pasillos lentamente como un fantasma, era mirar. Mirar a mi alrededor y aprender. Aprender de mis alrededores y la gente que en ellos había. 

Hacía un par de años estaba en esa cárcel y desde el principio me encargué de prestar atención a lo que me rodeaba sin dejar pasar ningún detalle. Ahora había vuelto a lo mismo, solo que lo hacía con calma porque no pensaba utilizar lo aprendido para mi bien. No, esta vez solo quería mirar con detalle a las personas que vivían encerradas conmigo. Solo eso. Ya estaba cansado de luchar en contra de las adversidades y tener siempre un par de pasos en ventaja. Ahora estaba dispuesto a dejarme llevar por la corriente.

Entonces comencé a entender la estructura del lugar: las alianzas que se creaban en la cárcel solo se definían según los cargos que tuvieran los presos. Sí, los presos tenían cargos aún estando encerrados, pero eso era algo que solo los de adentro sabíamos.

Por ejemplo, estaban los encargados de entrar contrabando de forma ilegal: mandaban a los tipos amenazados al patio en medio de la noche para agarrar mercancía, los prostituían en los vis a vis carnales con el fin de ingresar dinero o drogas y luego comenzaban a mover todo eso dentro de un mercado que movía a los presos. Si necesitabas droga, un cepillo de dientes nuevo o un celular, ellos eran los encargados.

Luego estaban los que contrabandean de una manera más "legal": por medio de los policías. Si necesitaban recibir dinero de su familia, los reclusos conseguían la manera de convencer a los guardias para que les entregasen lo de afuera. Esa gente era muy poca, y usualmente estaban sentados en la periferia del comedor, intentando no involucrarse con los más peligrosos de la cárcel.

Esos son los tipos que trabajaban cumpliendo favores: un favor por otro favor. Y vaya si tenías que estar seguro de poder pagar uno de esos favores. Dentro de ellos estaba Huang. Él podía conseguirte desde un cambio de celda hasta seguridad física, siempre y cuando pudieras devolverle el favor que él te pidiera. La cosa es que nunca sabías qué estaba dispuesto a obligarte a hacer. En mi opinión, era uno de los negocios más sucios pero el más estable dentro de los trabajos que se desarrollaban en prisión.

Margen Penitenciario de TonaláDonde viven las historias. Descúbrelo ahora