KYUNGSOO
Pensar que JongIn no estaba conmigo en ese auto repleto de idiotas con suerte me hacía querer aventarme mientras andábamos a toda velocidad. Es decir, todo lo que había intentado para sacar al moreno de ese lugar había sido una mierda completa. No habían servido un carajo todas las metidas de pata que hice por tanto tiempo. Incluso, cuando llegué a Tonalá pensé que eso me ayudaría a entender el lugar y así por fin cumplir la promesa que le había hecho a JongIn. Dejé a LuHan vivo pensando que hasta me había hecho un favor. Pero al final todo había salido mal y él seguía adentro, seguramente recibiendo más mierda opresiva por parte de los oficiales al intentar investigar nuestro escape.
Mi mente estaba atrapada en ese pensamiento pesimista que me decía que todos mis esfuerzos habían sido en vano. Podíamos estar conduciendo a través del mismísimo infierno y yo no me daría cuenta, incluso cuando mi mirada estaba perdida en algún punto lejano que me mostraba el paisaje junto a mi ventana.
Me sentía tan abandonado... y no era yo quien había sido dejado atrás. También me sentía solo, inútil, con las constantes ganas de lanzarme por la calle para correr en dirección contraria, volver a Tonalá diciendo que JongIn era un santo moreno y que quien debía estar en prisión por siempre era yo. Es decir, él había cometido sus errores en el pasado y estando en Tonalá no había redimido aquellos pecados, pero no se comparaba en nada a todas las estupideces que yo hice.
Sorprendentemente, una de las cosas de las que más me arrepentía era haber matado un bebé. No lo hice yo directamente, pero sí di la orden para que Huang lo hiciera. Pensaba que BaekHyun se rendiría ante la amenaza, mas no que lucharía poniendo en riesgo su vida y la del feto. Me asqueaba pensar en la situación, pero ya había pasado tanto tiempo que no servía de nada ponerse a arrepentirse a estas alturas de la vida.
Miré a mi lado al chico que en algún momento había sido mi víctima y que ahora era mi compañero de viaje. Sonaba ridículo, pero así se sentía. Él estaba durmiendo tranquilo en su puesto, poniéndose una mano en el estómago, casi sonriendo al sentirse satisfecho con la comida que se había embutido en nuestra última parada. Me dio envidia verlo tan tranquilo, pero no me arrepentía de haber intentado volver con JongIn en lugar de calmar el hambre de mi cuerpo.
—¿Cuánto falta? —pregunté, notando que habíamos estado todo el día andando como locos. El sol ya se estaba poniendo en el oeste y mi trasero estaba gritando por un poco de descanso.
—Ya estamos llegando. De hecho, en unos minutos podremos ver el muelle —respondió YiFan.
Fruncí el ceño porque a nuestro alrededor solo habían árboles. Era imposible que al otro lado de uno de esos espesos caminos estuviera el mar esperando por nosotros.
Yo había ayudado al grupo a organizar todos los pasos que se requerían para salir de Tonalá: ideé el túnel, averigüé los horarios de los policías para saber cuándo estaban atentos a las cámaras, patrones de vigilancia, direcciones de cámaras de seguridad, un medio de transporte disponible a la salida después de salir, las puertas subterráneas que habían, mapas del subsuelo de la cárcel...
En fin, yo sabía cómo salir de Tonalá. ¿Pero luego? Eso sí estaba en manos de YiFan. El destino de nosotros para poder desaparecer del radar de la policía era algo de lo que yo no estaba a cargo y confiar en alguien tan estúpido como YiFan me tenía algo inquieto.
Efectivamente encontramos el mar a nuestra derecha a los pocos minutos. Las luces de una pequeña ciudad se difuminaban en el agua y se esparcían en ondas debido al viento marino que rondaba por el lugar. El olor a sal no tardó en llegar a nosotros e incluso BaekHyun abrió los ojos para ver de dónde provenía el ambiente tropical.
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Margen Penitenciario de Tonalá
Fanfiction《 Te voy a sacar de éste horrible lugar. 》 Eso fue lo que ChanYeol le había prometido a BaekHyun, y a pesar de que las cosas se pusieron complicadas en el proceso, al final cumplió con su palabra. Ahora uno estaba adentro y otro estaba fuera. Debían...