''Erza se levantó de la cama, completamente desnuda. Estirándose perezosamente, tomó un suéter de la mesita de noche; colocándoselo por encima. Le quedaba perfecto. A pesar de los tirones, que la noche anterior, había sufrido a manos de Natsu; quien dormía profundamente en el lado derecho del colchón.
Erza, se colocó sobre la cama, gateando en dirección a su novio; riéndose en voz baja. Últimamente, disfrutaba bastante, de asustarlo para hacer que se despertara. Natsu siempre pegaba un brinco, gritaba y luego se enojaba con ella; aplicándole la ley del hielo. Lejos de molestarse, Erza se reía y lo provocaba todavía más, hasta que Natsu se veía obligado a hablarle; ella se le tiraba encima y empezaba la diversión para los adultos...
— ¡Natsu! ¡Se quema la casa! —Gritó Erza. — ¡¿Ah?! —Chilló Natsu, abriendo los ojos. Movió rápidamente los globos oculares, en todas las direcciones posibles, buscando el fuego. Al no encontrar nada, cayó en cuenta, que Erza mentía. — ¡Erza!
En su campo de visión, apareció la pelirroja:
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Buenos días —dijo ella, sonriendo de manera coqueta. — Te voy a matar —respondió él, tirándole la almohada en la cara. Erza no se dejó, regresándole el golpe directo en la panza, sacándole el aire. De nuevo, no midió su fuerza, al jugar con Natsu. — E-Erza... — ¡Lo siento! —Aguantó la risa, sobándole el vientre. — Bueno, ¿quieres desayunar? ¿Qué te preparo? ¿Unos huevos con tocino?
Natsu asintió con la cabeza, Erza sonrió y le dio un beso en la frente, yéndose de la habitación; tarareando ''Un lugar que sea verde'', la canción de la pequeña tienda de los horrores. << Creo que tengo un vestido parecido al de ella en el armario >> pensó, decidiendo que lo usaría más seguido; a fin de darle un toque más hogareño a su estilo. Más maternal. ¿Cómo no hacerlo? Si era el primer mes, ¿cierto?
— Crece saludable —susurró, tocándose el vientre suavemente.''
Natsu, visiblemente tocado, permanecía en silencio. Anna no paraba de engullir palomitas y refresco. Pasó los alimentos, preparada para explicarle todo al muchacho.
— Poco después, de que saliste del hospital, Erza y tú comenzaron una relación de noviazgo; ella se confesó. Tuvieron una bonita convivencia durante la preparatoria, ella fue a la universidad y tú trabajaste, luego de un tiempo acordaron irse a vivir juntos y ya ves... Esperan al primero... — ¿Sabes? —Natsu se reía, nervioso. Muy nervioso. — Siempre hacía chistes, con Gray y Gajeel, sobre que Erza cuando se reprodujera con alguien, le comería la cabeza cuando terminaran... O que mataría al tipo después de la noche de bodas... ¿Cómo pude sobrevivir? — Misterios de la vida —respondió—. Aunque, supongo que al día siguiente, olvidaste como caminar.
***
— Nadie muere por una apendicitis —dijo Don Papi, al teléfono. — Es que se le reventó —explicó Jerall—. No se trata de que tengan que sacarlo y ya. El órgano reventó y las bacterias se esparcieron. No han salido a darnos noticias.
Jerall dio un vistazo rápido a la sala, en una banca al lado de la máquina expendedora, estaban Ume y Wendy; abrazadas entre sí.
— ¿Cómo lo está tomando Ume? —Preguntó el padre. — Bastante bien —contestó el primo—. No ha llorado. Dijo que no reaccionaría, hasta que hubiera una buena o mala noticia. Me preocupa ése comportamiento tan frío. Pero, tío, ¿vas a decírselo a Yume?
Don Papi guardó silencio.
— ¿Tío? — No lo sé. No sé si sea correcto. Está pasando por un momento sensible, ni siquiera ha llegado a la mitad de la terapia, ¿no le haría daño saber algo tan grave? Pero, si no se lo digo, será peor si ocurre algo malo... ¿Tú crees que debería hacerlo? ¿Es buena idea?
***
Tardé en subir capítulo, básicamente, porque sigo enferma... La fiebre es mala, niños, traten de evitar enfermarse de eso. Mis oídos duelen. Ah, pues, ¿qué les digo? Natsu sigue con una pata en la tumba y Anna sigue disfrutando de las palomitas. Los demás están preocupados y veremos si Yume entera de lo que pasa con él. ¡Nos vemos en el próximo episodio! ¡Gracias por leernos!
