La casita de Natsu (42)

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Receso en la escuela preparatoria.

Lucy, estaba a punto de comer, apenas sacaba su almuerzo del pañuelo; pensando en la delicia que había preparado por la mañana junto a Dimaria, su tía política. Unos sándwiches de jamón y queso, pequeños trozos de pollo frito y bolas de arroz rellenas.

— ¡Buen provecho! —Dijo, a punto de morder el onigiri.
— ¡Lu-chan! —Levy entró, agitada. — ¡Ven rápido! ¡Natsu se está peleando en el patio de atrás! ¡Vamos!
— ¡¿Eh?! ¡Ya voy!

Bien. Otro día sin almorzar tranquila.

Las dos chicas, corrieron rumbo al patio trasero, donde varias personas estaban mirando lo que pasaba. Natsu, tenía en el suelo, a un alumno de tercer año; quien le lanzó un puño de tierra a los ojos, logrando quitárselo de encima. Se pusieron a rodar, propinándose puñetazos y cabezazos; hasta arañazos, como si fueran un par de chicas, en una pelea de gatas, por algún sujeto que hubiera jugado con las dos.

— ¡Repite lo que dijiste, bastardo! —Gritó Natsu, completamente emperrado; más que cuando te agarras el pene con el cierre.
— ¡Dije que eres un lolicon! —Soltó el alumno mayor, tirando manotazos como una nenita mimada. — ¡Estás saliendo con una niña de trece años! ¡Eso es de lolicon!... Por cierto, tu novia tiene unas tamañas tetas... ¿Qué come? Y se parece muchísimo a Miyamoto-san, que ya no viene a la escuela... ¿Será que se esconde de ti, por ser un lolicon, que usa a una niña pequeña para desquitar tus bajos deseos? ¡Ella debe estar aterrada de ti y por eso no viene! O al final es verdad que la internaron en el manicomio... ¡Ja, debe estar lo...!

El puñetazo que Natsu le metió, directamente en la cara, lo hizo sangrar por la nariz. Probablemente se la haya roto. El sujeto no pudo continuar. El golpe lo aturdió y dejó fuera de combate. Natsu se levantó y miró a los compañeros, que estuvieron entretenidos, observando la pelea.

— A cualquiera que diga algo de Yume o de la chica que se parece a ella, lo voy a dejar peor que a éste —advirtió, yéndose por la izquierda, antes de que un profesor apareciera.
— Parece que terminó —dijo Levy.
— Menos mal —suspiró Lucy, caminando lejos de ahí, junto a su amiga—. Ya pasaron dos semanas. Los rumores iban a llegar tarde o temprano, alguien debe haberse metido en la oficina de los profesores y se habrán enterado a medias, cuando las cosas van de boca en boca, se distorsionan. Esperemos que esto calme las habladurías. No convivimos mucho con Yume-san, pero es feo escuchar lo que dicen, en especial cuando sabemos las verdaderas circunstancias...

Unas cuantas lágrimas, estuvieron a punto de salir, de los ojos de Lucy. Ella era así de sensible y empática. Le dolía el dolor de los demás.

— Lu-chan...
— ¿Ah? —Se secó los ojos, sonriendo. — No es nada, ya sabes como soy, en fin, vayamos a comer antes de que termine la hora del almuerzo.

***

Como todas las mañanas, Jerall limpiaba la casa, mientras hablaba con Don Papi por teléfono, dándole el reporte diario de los acontecimientos del día anterior. Que si la nena estaba bien, si era obediente, si sacaba buenas calificaciones en la escuela.

— Ella está muy bien —dijo Jerall—, se ha vuelto mucho más sensible. Le he estado poniendo tortas y burritos para que lleve a la escuela. Hoy me pidió que le hiciera una canasta completa, porque quiere compartirlas con Wendy y Acnologia.
— Mi nena es un ángel —Don Papi suspiró—. Que compartida y generosa es, se va a ir al cielo con todo y zapatos.
— Sí, sí —Jerall rodó los ojos, aun pensaba que había algo sospechoso en su pedido, pero prefirió no decir nada sobre ello—. ¿Cómo está Yume?

Hubo un silencio de dos minutos.

— Sólo nos dejan verla los domingos —habló el padre—. Ella se ve cansada y tiene unas ojeras enormes, pero dice que se siente mejor, menos pesada que antes. Las doctoras de la clínica, nos avisaron, que los primeros meses siempre son los peores. Le dan un estimado de ocho meses a un año y medio, para que pueda salir curada. Aunque todo depende de su voluntad.
— Ya veo. Es más complicado de lo que parece. Pero no tienes nada de qué preocuparte, tío, tomen el tiempo que necesiten. Yo estoy cuidando de Ume, no le pasará nada, ustedes piensen en Yume.

***

— Sándwich mexicano, lleve su sándwich mexicano —decía Ume, moviendo las tortas envueltas en aluminio—. Wendy, baila con más energía, atrae a los clientes con tu lindura.
— Es difícil —contestó Wendy—. Muy difícil. Él me ve.
— Ignórame —Acnologia, contaba el dinero que ya habían ganado con las tortas—. No me interesan las lolis. Lolis de piernas bonitas.

<< ¡Qué miedo! >> Pensó Wendy, poniéndose a bailar con más entusiasmo, por obedecer a Ume y no decepcionarla. El primo Jerall, había hecho veinte tortas de milanesa, pierna y jamón. Acompañadas de aguacate, lechuga, tomate y chile jalapeño en rajas, de los que se venden en vinagre y que, de alguna manera, son menos picantes que uno fresco.

— ¿Cuánto hemos ganado, Acno? —Preguntó Ume.
— Tres mil yenes —respondió—. ¿Qué se supone que haremos? ¿Tenemos que venderlas todas? Quiero comer, huelen bien.
— Bien, con tres mil basta, pueden comerse el resto —ella tomó una, de milanesa. Le dio la primera mordida y le supo a gloria. Nada más y nada menos que gloria. El primo Jerall, el querido primo, era el ama de casa perfecta; la mejor cocinera del mundo.

***

— Ay, Natsu...
— No me digas nada, por favor.

Mavis terminó de curarlo, luego de arrastrarlo a la enfermería. Esos raspones, cortaditas y golpes en la cara, no debían pasarse por alto. Como profesora, al saber que un alumno se peleaba, debía regañarlo y reportar la situación al director. Pero, como cuñada, no podía dejar de lado a su hermano político. Y amante, claro.

— ¿Por qué te peleaste? —Quiso saber.
— Hablaron mal de Yume.
— Bien, lo dejaré pasar. Sólo por hoy. Si vas a pelear, citalos después de la salida, cuando ya no haya problema.
— ¿Cómo va tu matrimonio, Mavis?
— Frío, ñoño y sin sexo. Como siempre.

La honestidad bruta de Mavis, lo incomodaba. << Tengo que ser amable con ella >> Natsu suspiró, dándole un abrazo corto a Mavis. Porque si pasaba más tiempo tocándola, ella pensaría mal y lo violaría. Nada de sexo en la escuela. No quería chismes. No quería que su traición llegara a oídos de Zeref. Ya en cualquier otra parte, la que fuera, pues simplemente lo haría; mientras nadie lo supiera. Contaba como trabajo.

— ¿Cómo va tu noviazgo con Ume?
— Dijo que nos diéramos un tiempo.
— Auch...
— Está sensible. Es la primera vez que la veo así. Me agrada, eso me demuestra, que debajo de todo el sarcasmo, hostilidad, inexpresividad y su amistad con Acnologia, ella sigue siendo humana. Es lo mejor que me ha podido pasar. Darme cuenta de ello. Confirmar que no estoy con un extraterrestre bonito.

***
Ume es un extraterrestre bonito (?) 
¿Qué hará Ume con el dinero? ¿Mavis abusará de Natsu nuevamente? ¿Por qué Acnologia acosa pasivamente a Wendy? :v todo eso y mucho más en nuestro próximo capítulo. ¡Gracias por leer! ¡No olviden dar estrellita y comentar! 

Tú y yo (Natsu Dragneel harem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora