Especial: La búsqueda (Parte 5, Final)

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Esa chica la llamó ''mamá''.

La escuchó claramente, no había duda, ella la llamó ''mamá'' y parecía muy segura de sus palabras.

La reina se levantó, yendo en dirección a los extraños, no sin antes advertir a los guardias y ninjas que la cuidaban, que no hicieran ningún movimiento. Natsu tomó a Happy y dio dos pasos atrás, alejándose de las mujeres.

— ¿Eres tú? ¿De verdad? —Preguntó la adulta.
— Mamá, Ayami Miyamoto, su majestad... ¿Por qué estaría mintiéndote? Dame un motivo para hacerlo. Mírame, dime si soy tu hija, o si no lo soy.

Las manos de Ayami, pasaron por la cara de Yume, levantándola para verla mejor. El cabello negro, la forma de la cara, el color de piel y... ¿Qué le había pasado a su ojo? No, no importaba en ese momento, aunque no estuviera ahí, no existía forma en que se equivocara. Era su hija. Su pequeña Yume, había regresado a casa.

— ¡Claro que lo eres! —Dijo, abrazándola con fuerza. Esa sensación, de paz interior y el aroma natural de su hija, a flores de cerezo, sólo confirmaron sus palabras. — Volviste, de verdad, de verdad volviste... Mi hija...

Yume correspondió al abrazo, aplicando la misma fuerza que su madre, sin querer soltarla nunca. El miedo que estuvo en su mente, debido a lo que podría pasar si se enteraba de su magia, apareció de repente. Sus brazos cayeron, pero su madre no la dejó ir.

— Mamá, tengo que confesarte algo...
— ¿Confesar? ¿Qué es?
— Algo que no te va a gustar, por favor, no me odies por lo que sabrás ahora.
— ¿Cómo podría odiar a mi propia hija? No importa lo que sea, yo no te odiaré, nunca.

Las palabras de ella, la tranquilizaban bastante, pero no disipaban el miedo completamente. ¿Cómo debía empezar con la explicación?: ''Mamá, soy una maga, que controla la oscuridad. Puedo crear objetos oscuros y si yo quisiera, podría envolver al mundo en una noche eterna... ¡Ah! ¡Pero no te preocupes! ¡Eso requiere mucho poder y concentración! Y años de práctica...''

Eso no sonaba nada bien.

Un ardor en la garganta, un dolor en el estómago. Las manos de Yume, temblaron como si fueran gelatina. Tenía que hacerlo de una vez, o nunca lo haría.

— ¡Soy una maga! —Dijo, con una voz clara y fuerte, que fue escuchada por todos. — ¡Tengo magia, desde que recuerdo, por eso me fui! ¡Tenía tanto miedo de que me rechazaras, que preferí irme antes de que eso sucediera! Mira...

Yume extendió su mano, donde apareció una pequeña esfera negra, que reflejaba la luz del sol. Le dio diferentes formas, todas inofensivas, entre ellas, una flor de cerezo; que se veía graciosa por el color. La reina no se movía. Miraba tranquilamente, sin comentar nada sobre lo que sucedía. Los criados, observaban estupefactos, al borde del pánico; sin creer que, la princesa de Kalm, siempre hubiera tenido magia.

— Viví con otra maga —siguió hablando—. La quise tanto, tanto como te quiero a ti. Tuvimos muchas aventuras y gracias a ella, aprendí a usar mi magia correctamente. Me enseñó que no hay nada malo en ella. Pero ella me abandonó. Estuve pasando hambre, porque dejé todo, con tal de encontrarla... Ocurrió una desgracia, donde perdí mi ojo, pero gracias a ello pude conocer a Natsu y Happy. Ellos me dieron el valor de venir hasta acá. Y me acompañaron. Me han protegido... ¡Los magos no son malos, mamá! ¡No todos lo son! ¡No tenemos motivos para odiarlos o rechazarlos! ¡Si sigues haciendo eso, entonces, me rechazas a mí! ¡Porque soy una maga y no quiero dejar ese lado de mi persona! ¡No me negaré a mí misma!

Tú y yo (Natsu Dragneel harem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora