Mini-serie: La casita de Natsu (21)

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— ¡Natsu-san!

Juvia le saltó encima, aplastándolo contra la arena, dejándolo sin respiración por unos segundos. Ella lo estaba mojando. De lágrimas. ¿Ahora qué le había pasado? ¿Qué había visto? Juvia era muy emocional y dramática, siempre exageraba todo.

— ¿Qué ocurre, Juvia?
— ¡Gray-sama! —Gritó Juvia. — ¡Gray-sama estaba en la playa con una mujer hermosa! ¡Se veía bastante madura! ¡A Gray-sama le gustan las MILF! ¡Por eso rechaza a Juvia todo el tiempo!
— No, Juvia, esa era la hermana mayor de Gray; tiene una bastante grande. No tienes nada de qué preocuparte. Ahora, por favor, quita tu rodilla de mis bolas; me las aplastas.

Ella se levantó, sin pensar demasiado, le dio una sobada rápida a modo de disculpa... Una forma de disculparse, bastante rara y que, por primera vez en mucho tiempo, provocó que Natsu se sonrojara y actuara de una manera tímida. Desafortunadamente, él cerró las piernas y atrapó la mano de Juvia, quien no hizo nada para liberarse de ese agarre.

— Natsu-san...
— Juvia...
— Juvia no sabía, que Natsu-san, tuviera esa clase de sentimientos hacia ella —dijo, enrojeciendo—. Aunque debió sospecharlo, Natsu-san, siempre estaba aconsejando a Juvia y haciéndola sentir mejor. Juvia... Juvia no...
— ¡Espera! ¡Estás...!
— ¡Juvia puede intentarlo! —Aseguró, volviéndose a poner encima de su amigo, a quien creía enamorado.

Juvia se le acercó a la boca, suponiendo, que Natsu era mucho menos frío que Gray. Él no la empujó, ni gritó, ni trató de huir de su amor. Besó a Natsu, metiéndole la lengua adentro, porque Juvia estaba hecha de amor... Y de ganas de sexo. Como cualquier mujer, quiere que la persona que le gusta, le haga mil y un cochinadas en una cama que rechina. Y ya que, aparentemente, era Natsu a la verdadera persona a la que le gustaba, pues entonces no perdía nada con darle sus ganas a él.

Natsu no se quejaba, pero en un principio, no supo dónde poner las manos. Y bueno, sus instintos primitivos, le dijo '' ¡El trasero, el trasero, agárrala de ahí!'' En tiempos pasados, las mujeres de cadera y trasero grandes, eran más atractivas; porque significaba que tendrían buenos hijos. O algo así. En fin, en tiempos actuales, también llamaba muchísimo la atención. Los hombres, solían decir, que preferían unas nalgas medianas, paraditas y suaves; antes que unas chichis aguadas y afectadas por la gravedad. A Natsu le gustaban ambos lugares. No discriminaba.

No había nada de malo, ¿verdad? Poner sus manos encima del trasero de Juvia, apretar un poco, sólo para saber qué era de lo que Gray se perdía. ¡Oh, cielos! ¡Qué cosa tan suave, que cosa tan firme, que cosa tan...! ¡Oh, no! En esa situación, había una cosa mucho más firme, que el trasero de Juvia. Su amigote, que salió de su sueño, para saludarla.

— Oh —dijo Juvia, separándose de su boca—. Juvia nunca ha experimentado tanto poder como éste. Juvia no puede hacerse la tonta.
— A... Ah...
— No digas nada, Natsu-san. Juvia sabe qué hacer. Sólo sigue a Juvia, Natsu-san. Ella te ayudará con tus problemas.

Ume observaba desde lejos. A su lado, Wendy, construía un castillo de arena y tras ella, Acnologia miraba con atención lo que Wendy hacía. Desde que los juntó, sin motivo alguno, él estaba bastante interesado en las cosas de Wendy y en invitarla a todos los lugares posibles.

— Juvia va a violarlo —dijo Acno.
— No si puedo evitarlo —respondió Ume.
— Ume-chan —Wendy le tomó la mano—, Juvia-san está enamorada de otra persona, ella no haría tal cosa. No dejes que Acnologia te haga pensar mal. Ni que te obligue a hacer maldades. Sigamos jugando. Todo estará bien. No pasará nada malo. Estás en un ambiente seguro.

Ume se quedó sentada, pensando en cómo haría, para escaparse de Wendy y sus buenas intenciones. << No la puedo dejar a solas con Acnologia, me preocupa la seguridad de su virginidad >> pensó, suspirando. Esa vez, dejaría pasar las cosas, por el bien de su amiga.

Juvia, como toda una chica traviesa, llevó a Natsu a los vestidores de la playa; donde la gente hacía todas sus cosas. Y no, no hablaba de cambiarse de ropa o tampón. Vio a varias parejas, saliendo de ahí, con una gran sonrisa en la cara. No le sorprendía. Si ella tuviera un novio, que la quisiera tocar sin importar el momento, también habría ido a ese lugar oscuro y solitario. No había demasiadas personas en la playa, todos llevaban sus trajes puestos; nadie los molestaría en un buen rato.

Ella lo sentó en el banquito del vestidor, bajándole el traje de baño, sin recibir ninguna queja por ello. Mentalmente, comparaba las reacciones de Natsu, con las que imaginaba que tendría Gray. Eran muy diferentes. Lo que quería en Gray, lo estaba encontrando en Natsu; una situación bastante triste, porque llevaba años, enamorada del primero. Nunca se dio oportunidad, de ver o salir con otros chicos, pues siempre esperó pacientemente a que Gray notara su existencia y correspondiera a sus sentimientos. Eso nunca pasó.

— Natsu-san, gracias por... Tratar de hacer sentir mejor a Juvia... Pero, ella sabe, que la hermana de Gray-sama, no es realmente su hermana... Nada les impide estar juntos... Nada...

Él no quiso decírselo. No tuvo el corazón para hacerlo. Sabía que Juvia se hubiera puesto muy triste, justo como estaba en ese momento, mirando hacia abajo; con una pequeña sonrisa en la cara.

— ¡Pero está bien! —Dijo de pronto, volviendo a su ánimo habitual, con su gran sonrisa brillante. — Juvia sólo quiere que Gray-sama sea feliz, así que ella también puede ser feliz con otra persona. Se dará la oportunidad de probar cosas nuevas. Así que...

Atrapó el miembro de Natsu, entre sus pechos, dejando un poco del glande sin cubrir. En un par de ocasiones, durante sus ratos de ocio, Juvia acostumbraba mirar una que otra película para adultos; de las que, al lado, tienen una publicidad de ''agranda tu pene en cinco días''. Y entonces, con toda la calma del mundo, comenzó a mover sus pechos de arriba-abajo.

Jadeos, sudor, el peligro latente de ser encontrados; la mezcla perfecta para el desastre. Lo disfrutaba, bastante, Natsu no se quejaba en lo más mínimo; pero tenía miedo de que alguien entrara y lo descubriera.

Cerró los ojos, concentrándose en las sensaciones, dejando de pensar en la persona con la que estaba. Muy en su interior, sabía que Gray quería a Juvia, sólo que era demasiado tsundere para admitirlo. ''El cariño, no te impidió, meterte con la mujer de tu hermano'' le dijo su voz interior, a la que tuvo que darle la razón. Bien jugado, voz, bien jugado.

Una corriente eléctrica, le recorrió todo el cuerpo, sacándole un gemido fuerte y una sacudida en el asiento. Juvia cerró los ojos, en el momento que un chorro de semen, le golpeó en la cara.

***
Tengo algo que decir: ¡Amo la pareja de Natsu x Juvia! <3 ¡Realmente me encanta! :v ¿Qué dijeron? ¿Que iba a hacer que Zeref le entregara las nalgas a Natsu? ¡Ja! ¡Como si Ume lo fuera a dejar! ¡Gracias por leer! ¡Nos vemos en el próximo capítulo!  

Tú y yo (Natsu Dragneel harem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora