Tú y yo (Natsu Dragneel harem)

Capítulo 4: Misión (Parte 1)

— ¡Meredy, despierta! ¡Meredy!

Habíamos tenido una batalla.

Hace tres días, nos enteramos de que un demonio de Zeref, estaba libre en un poblado de la frontera sur de Fiore. En un principio, Jerall quiso enfrentarle solo, pero yo no estaba segura de ello. Nos habíamos enfrentado a gremios oscuros, pero ninguno de ellos, poseía un demonio como miembro.

Él no quiso escucharme. Durante la noche, mientras yo dormía, se fue para pelear contra el ente.

Desperté por la mañana, al notar que Jerall no estaba conmigo, fui a buscarle. Siguiendo la destrucción y los restos de magia que pude sentir, llegué hasta él. Estaba muy herido, pero no lo suficiente para que no pudiera levantarse y permanecer consciente. Me dijo que el demonio entró en el bosque, que necesitábamos ayuda.

Fue así que llegamos a Fairy Tail.

Nos debían un favor, Erza no dudó ni un segundo en ayudar; al igual que Gray y Juvia. El maestro no parecía muy convencido, pero Jerall logró que cambiara de opinión. La seguridad de las personas, es algo que tanto ellos, como nosotros, procuramos.

Tras curar a Jerall, regresamos al pueblo en la frontera.

Encontramos a una chica escondida, entre algunos escombros, nos informó que el demonio estaba por el bosque y salió de noche, destruyendo algunas casas y al amanecer, antes de ser tocado por el sol, volvía a su escondite.

El bosque, frondoso, tenebroso y oscuro; era una guarida perfecta. No nos sorprendió que se metiera ahí.

Ideamos un plan de ataque, tomamos posiciones y esperamos por poco tiempo. El demonio no tardó en aparecer. Era grande, monstruoso, con dientes afilados y púas por todo el cuerpo. Daba bastante miedo.

Los primeros en atacar, fueron Jerall y el maestro Makarov. Lo inmovilizaron, para darle tiempo a Gray de usar su magia de Devil Slayer, sin embargo, el demonio logró liberarse y rápidamente comenzó a atacarnos. Sus púas salieron disparadas de su cuerpo, golpeando a varios de nosotros.

— ¡Jerall! —grité, corriendo en dirección a él.
— ¡No te acerques! ¡No!

Me detuve antes de llegar, escuché un fuerte ruido a mis espaldas y una sombra enorme, apareció detrás de mí. ¡Era ese demonio! No supe cómo reaccionar, si mi magia sería lo suficientemente rápida, o si ya todo estaba perdido para mí.

—¡Maguilty Sodom! 

Mi magia golpea al monstruo, pero no logra hacerle daño. Él no se ve afectado en lo más mínimo. Entré en pánico, cayendo de rodillas al no saber qué hacer. Todos golpearon al demonio, sin que este dejara de verme con rabia. Es obvio que quiere hacerme daño sólo a mí.

Levantó su mano, preparado para darme un golpe fatal. Traté de moverme sin resultado, estaba demasiado asustada para reaccionar y hacer caso a mi instinto de supervivencia. Me preparé mentalmente para que me terminara, porque... Tal vez podría llegar al mismo lugar donde está Ul...

Cierro los ojos, una corriente de aire es la señal.

El golpe fue doloroso, mi cabeza golpeó con algo, pero sentí que mi caída fue amortiguada. ¿Acaso he muerto?...

(Créditos a Dani, por darme la idea para este capítulo.)