— Creo que en el fondo de mi corazón sabía que estabas viva —tumbadas sobre la cama de la habitación que he ocupado desde mi niñez, mi madre acaricia mi pelo como si el tiempo no hubiese pasado —. Estaba convencida de que algún día aparecerías en la puerta de casa.
El sol hace ya un rato que comenzó a esconderse tras las montañas dejando el cuarto en penumbra. Me reacomodo bajo la manta que nos rodea y me aproximo más a mi madre, cuyos ojos todavía están enrojecidos. Ha sido un reencuentro cargado de sentimientos y emociones que hemos dejado atrás para descansar en la seguridad de nuestro hogar.
— ¿Cómo estabas tan segura? —pregunto curiosa.
Mi madre deja escapar una pequeña sonrisa que infunde vida a su rostro. Tengo la impresión de que hace mucho que no se permite la simpleza de tal gesto y eso solo causa un profundo dolor en mi corazón, culpa y arrepentimiento.
— Me gusta creer que estás ligada a la naturaleza... todos lo estamos
El vaivén agradable de sus dedos sobre mi cabello me hace cerrar los ojos dejándome llevar por el cansancio del día.
— ¿Qué quieres decir?
— ¿Nunca te has preguntado de dónde procedemos? ¿Quiénes eran nuestros antepasados y el origen de las raíces de nuestra familia?
Niego sobre la almohada.
— "Tayen" ... En la cultura cherokee significa "luna nueva"
El interés me hace abrir los ojos y prestarle toda mi atención
— ¿Cherokee?
—¿De dónde crees que hemos obtenido está piel ligeramente morena y el cabello negro? —ríe señalándose primero a ella y después a mí—. Has estado más de un año y medio en un bosque lleno de lobos y aun así has sobrevivido. Ellos no te han matado por una razón.
— ¿Por mi apellido? —pregunto poco convencida.
Niega.
— Por esto —coloca su mano sobre la parte izquierda de mi pecho —. Tu corazón.
— ¿Desde cuándo te has vuelto tan filosófica? —pregunto realmente sorprendida.
A Melania Tayen siempre le gustaron las cosas simples y ahora está hablando sobre naturaleza, una tribu nativo americana y cosas extrañas.
— Te sorprendería saber cómo cambia la mentalidad de una persona cuando piensa que ha perdido a la persona que más quiere — su rostro muestra tristeza de nuevo y las lágrimas amenazan con desbordarse.
Abrazo a mi madre bajo la manta intentando contener las mías.
— Ahora estoy en casa —susurro.
Los minutos pasan y, poco a poco, la respiración de mi madre se vuelve más profunda y lenta. La sigo abrazando durante un rato hasta que no puedo soportarlo más y, con cuidado de no despertarla, salgo de la cama.
Estoy muy enfadada ahora mismo.
Esta era una de las cosas que más echaba de menos y que me moría por recuperar. La suavidad, la comodidad y laxitud de mi colchón. Cuantas veces habré maldecido el duro suelo de las cuevas incluso teniendo una pila de cálidas pieles bajo mi cuerpo, y ahora que por fin puedo dormir sobre una cama de verdad... estoy más incómoda que nunca.
Agotada me apoyo contra una de las paredes de mi habitación y me deslizo lentamente hasta el suelo. A través de la ventana soy capaz de ver la luna que poco a poco intenta alcanzar el punto más alto en el cielo. En algún momento sin que me dé cuenta, mis ojos se cierran y me dejo llevar.
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Señora de los lobos © #1
WerewolfMi insensatez e imprudencia casi me cuestan la vida en territorio dominado por lobos. ¿Quién pensaría que hay algo de compasión en su naturaleza animal? ¿O es que acaso hay mucho más oculto tras sus garras y fauces? Ahora estamos enlazados de una fo...