JAMES
La señorita Raison terminó de tocar; lo hizo de maravilla pero no puedo decírselo, no quiero elevar su ego, si quiero que sea buena en esto deberá esforzarse mucho más. Me quedo pensando varios minutos, no sé qué decirle, la verdad es que no esperaba que fuese tan buena. Luego de sopesar bien la respuesta, hablé.
—Muy bien, señorita Raison, lo hizo bastante bien, deberá practicar más pero aún así le daré mi libro; creo que está preparada para un nivel superior, espero no me equivoque.
—Muchas gracias, señor Houghton, verá que no lo decepcionaré.
Comienzo a fijarme mejor en ella, es hermosa y parece muy tímida por la manera en la que se ruboriza por cualquier cosa.
—Te gusta, admítelo —dice una voz en mi cabeza.
—Cállate consciencia. No es así. Ella no me gusta, es mi alumna y además es seis años menor que yo.
—Oh vamos, como si eso en verdad importase. Además, si no te gusta, ¿por qué la estás mirando como idiota sin decir una palabra?
—¿Qué? —pregunto, pero me doy cuenta de que lo he dicho en voz alta. Genial, ahora pensará que estoy loco, esto no puede estar sucediendo.
—Dis-culp-pe... —intenta disculparse, pero la risa se cuela por sus labios, esos dulces y carnosos labios... ¡Yo no he dicho eso!
—Señorita Raison, le agradecería mucho si deja de reírse de mí en mi rostro. Sé que dije eso, pero es que pensé haber oído que dijo algo —digo de manera cortante. Imagino que debió ser gracioso, pero no puedo dejar mi puesto de profesor duro e imponente.
—Lo siento mucho, señor Houghton, prometo no volver a faltarle el respeto de esa manera —dijo cabizbaja, parecía que iba a llorar.
Le di mi libro, le mostré cuáles eran las dos canciones que debía practicar y me despedí de ella. Cerré mi estudio con llave, subí a mi habitación a darme una ducha y me cambié este traje que no es nada cómodo.
20 minutos después
Me encuentro literalmente tirado en uno de mis sillones mirando películas; tengo hambre, pero la cocina se encuentra demasiado lejos para mis ganas de levantarme en éste momento, así que prefiero quedarme con hambre.
Termino de ver una de mis películas cómicas favoritas y decido que es hora de hacer un esfuerzo y levantarme. Bajo un pie del sillón y voy dando vueltas hasta caer al suelo. Sí, esas son las ganas que tengo de levantarme. Desde que mi hermana y padres fallecieron en un accidente automovilístico hace unos años, y mi prometida rompió mi corazón al irse con mi ex-mejor amigo, no tengo ganas de hacer nada de nada, la vida no tiene sentido para mí, sólo trabajo como profesor y así vivo.Preparo una taza de café, un jugo de naranja y un plato de huevos con tocino. Como tranquilamente y por alguna extraña razón viene a mi mente la señorita Raison. Es hermosa pero no puedo estar con ella, es mi alumna y si sigue rondando mi mente más tiempo tendré que dejar de impartirle clases; aunque no me conviene, es la única alumna que tengo desde hace un mes, a poca gente le gusta el violín y prefieren estudiar en institutos gratuitos.
Me recuesto en mi cama dispuesto a tomar una larga siesta, pero no logro conciliar el sueño. Tras dar vueltas en la cama, su imagen vuelve a mi cabeza, esto empieza a tornarse molesto, no puedo sentir nada hacia ella. Con ese pensamiento quedo profundamente dormido, soñando con un ángel de ojos cafés claro y cabello castaño que cuida de mí.
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Mi Profesor de Violín
Teen FictionNinguno de los dos se esperaba lo que sucedería a continuación, pero deberán luchar para conseguir lo que deseen, eso es seguro. ¡No te pierdas esta atrapante historia! ⚠NO ES EL TÍPICO CLICHÉ CURSI. •Libro #1 Obra registrada, cualquier copia o ada...