KATE
—Cariño, estoy muy nerviosa por la boda, ¿y si algo sale mal? —le confieso a James.
—Tranquila, todo estará bien —intenta calmarme y le regalo una sonrisa.
Desde que James dijo que nos casaremos en una semana estoy como loca, no tengo nada comprado. Según él, ya está todo listo, solamente falta lo que yo usaré y ese es el gran problema. ¡No he visto vestidos; zapatos; peinados; nada!
Tocan la puerta dando a saber que Joe y Matt han llegado. James les ha pedido que sean sus padrinos de boda, en cambio, yo no tengo a nadie.—Hola chicos, pasen. —Me aparto para que ingresen y les señalo el sillón— Tomen asiento, James fue al baño, ya viene —anuncio y obedecen.
—Kate, hay algo que debo decirles, es muy importante —comenta Matt y yo asiento confundida.
James aparece en la habitación, saluda con un apretón de manos amistoso a ambos y hablan de cosas triviales, yo sólo me limito a oír.
—Oye Matt, ¿qué debías decirnos?
—Oh sí, casi lo olvido, he podido mentirles a Verónica y a tu padre, se lo han creído todo. Para ellos, ustedes ya están viendo todo desde abajo.
—¡Qué bueno! Aún así, la boda será a las afueras de la ciudad, para evitar cualquier tipo de peligro —contesta James y comienzan a hablar de cosas sobre la boda.
Me quedo pensando, debería buscar cuanto antes todo, sólo quedan cuatro días y aún no tengo nada. No puedo salir sola tampoco, James no me lo permite y estoy de acuerdo, no quiero nada malo para mis bebés. Pero, ¿cómo haré entonces? Él no debe ver el vestido, en realidad no creo en supersticiones, pero me parece lindo darle una sorpresa. Necesito un milagro.
—Chicos, debo presentarles a alguien especial, he vuelto con mi ex novia Lindsay... —hace una pausa y me observa con cautela; Lindsay fue la mujer por la cual él terminó con nuestra relación, al ver que no me afecta prosigue— Me gustaría que la conozcan. Si no les importa, la invite a venir, ya está llegando —confiesa apenado al no preguntar antes.
—Claro, no hay problema —respondo con una sonrisa en el rostro.
Lindsay puede ser mi dama de honor, además ella podría acompañarme a ver y comprar las cosas, James contrató un chofer por seguridad y me viene genial.
Tocan la puerta y Matt sale corriendo a abrir, tras él aparece Lindsay. Es una mujer alta, delgada, pelirroja y de ojos verdes, bastante atractiva. Me tenso un poco cuando James la saluda pero intento controlarme.—Hola Lindsay, ¿me recuerdas? —pregunto y ella asiente. Se nota que está un poco incómoda.
—Cariño, quédate con Kate, los chicos y yo vamos a arreglar unas cosas de padrinos... —Matt la besa y se marcha a nuestra habitación junto a James y Joe.
—Lindsay, sé que es pronto pero... ¿me acompañas a hacer las compras para la boda? Es que nos casamos en cuatro días y falta todo lo que me pondré. James no me deja salir sola, tenemos chofer pero tampoco confía del todo en él... ¿Y bien? —pregunto con tono de súplica, y ella parece dudarlo unos minutos. Sé que es extraño pedirle así de la nada que me acompañe y que sea la dama de honor a la mujer que me quitó a mi ex, pero eso no me importa, no le guardo rencor. Tendré una familia con James, así que debería hasta agradecerle por ponerse en el camino de Matt.
—De acuerdo, seré sincera contigo. No me agrada mucho la idea de que hayas estado con Matt, pero veo que todo ha cambiado, tienes un hombre a tu lado y esperas un bebé... —contesta mucho más tranquila.
—Por supuesto, espero que lleguemos a ser buenas amigas, pero hay un problema con lo que has dicho... —Ella me mira sin comprender— Que no espero un solo bebé, espero trillizos —Suelta un chillido agudo de la emoción y yo río ante su inesperada reacción.
Les avisamos a los chicos que nos iremos de compras, bajamos y nos dirigimos con el chofer al centro comercial.
Me la pasé mirando miles de vestidos hasta dar con el indicado, un vestido blanco largo de seda, en la parte de arriba estaba decorado con encaje del mismo color al igual que las mangas de encaje, adaptándose perfectamente a mis ahora voluptuosas curvas de embarazada.—Listo, ahora vamos por los zapatos —dice Lindsay con la intención de salir de la tienda pero la detengo.
—Pero falta el de dama de honor para ti...
Ella abre los ojos como platos y salta emocionada.
—Gracias Kate, siempre he querido ser dama de honor en una boda —confiesa al borde de las lágrimas.
Luego de horas, ya compramos todo lo necesario y pedimos turno a una estilista para que me peine y maquille el día de la boda.
Volvemos al departamento ya de noche, apuesto a que me espera un sermón acerca de la seguridad por parte de James.
Entramos, corro a dejar las cosas en la habitación y vuelvo a la sala, todos se van dejándome con un futuro marido totalmente molesto por la hora en la que hemos llegado.—Te evito el sermón cariño, lo siento mucho, no volverá a ocurrir, estoy muy apenada y consciente de mi error. ¿Quieres una recompensa esta noche? —Jugueteo con su camisa seductoramente y él asiente sonriendo.
4 días después
—
Dios mío, creo que moriré... —Miro a Lindsay totalmente nerviosa, quiero que me trague la tierra.
—Tranquila, respira hondo, todo va a salir bien.
Hago lo que me dice y logro tranquilizarme un poco.
Es hora, Lindsay se va en su auto y yo me subo a la limusina, tardamos veinte minutos en llegar, sin duda los minutos más largos de toda mi vida.
Llegamos y se escucha la marcha nupcial, quiero volverme a mi departamento y no salir nunca. Comienzo a caminar lentamente, los nervios aumentan con cada paso, llego y el sacerdote comienza a hablar.(***)
Todo sale bien y llega la hora del sí, acepto.
—Señor James Houghton, ¿acepta como esposa a la señorita Kate Raison, para amarla y respetarla tanto en la salud como en la enfermedad, en la riqueza como en la pobreza, hasta que la muerte los separe? —Se dirige a James, éste me mira y vuelve a mirar al sacerdote.
—Sí, acepto —afirma James y una enorme sonrisa se instala en mi rostro.
—Señorita Kate Raison, ¿acepta como esposo al señor James Houghton, para amarlo y respetarlo tanto en la salud como en la enfermedad, en la riqueza como en la pobreza, hasta que la muerte los separe? —Ésta vez se dirige a mí.
—Sí, acepto —confirmo decidida.
—Lo que se une en el cielo no se puede separar en la tierra. Con el poder que me confiere el señor, yo los declaro, marido y mujer. Puede besar a la novia —anuncia y James se lanza a mis labios.
Finalizamos el beso y nos vamos a nuestro departamento, no habrá luna de miel, no podemos arriesgarnos. Además, no tenemos familia, nadie nos molestará.
Llegamos al departamento y vamos a nuestra habitación.—Muy bien esposa mía, ¿qué le parece si hacemos nuestro primer deber marital? —pregunta James subiendo y bajando las cejas mientras desata su corbata de manera seductora.
—Me parece perfecto esposo mío. —Dicho ésto nos besamos con pasión, abriendo camino a una noche especial, llena de amor y deseo.
Esa misma noche pude darme cuenta que aunque no haya pasado por muchas cosas buenas en mi corta vida, no necesito nada más para ser feliz.
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Mi Profesor de Violín
Teen FictionNinguno de los dos se esperaba lo que sucedería a continuación, pero deberán luchar para conseguir lo que deseen, eso es seguro. ¡No te pierdas esta atrapante historia! ⚠NO ES EL TÍPICO CLICHÉ CURSI. •Libro #1 Obra registrada, cualquier copia o ada...