XXIX

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LINDSAY

   Han pasado siete meses desde mi boda con Matt, le conté lo del embarazo esa misma noche y lo tomó estupendamente, está muy ilusionado por la llegada del bebé al igual que yo. Sabemos que será un niño y le llamaremos Troy.
En unos minutos comenzarán a llegar las invitadas para mi Baby Shower, ya que Kate me ofreció gustosa su departamento para hacerlo.
Tocan timbre y Kate corre a abrir, entra mi madre, mis primas y un par de amigas, todas corren a abrazarme y me entregan los regalos para el bebé.

—Y bien, ¿cómo se encuentra mi querido nieto? —pregunta mi madre acariciando mi vientre.

—Bien, bastante peleador... —Y como si me hubiese entendido me da una patadita.

—Troy, ya te he dicho que no se le debe pegar a tu madre —dice Kate y todas reímos.

La tarde transcurre entre risas y más risas, mi madre contando alguna anécdota sobre mí de pequeña y de mis tías. Es la hora de abrir los regalos, mi madre trajo un body celeste; mis primas algunos juguetes; mis amigas otros bodies; y Kate un abrigo completo con forma de osito.
Les agradezco a todas y se retiran con los souvenirs de pandas que Kate hizo.

—Muchas gracias Kate —le agradezco mientras le ayudo a recoger todo.

—No hay de qué, Lindsay. Por suerte los hombres se quedaron con mis hijos en tu casa, sino ésto hubiese sido un completo caos —Ambas reímos y terminamos de limpiar todo.

—Llamaré a Matt para avisarle que ha terminado —le aviso y marco su número.

—¿Qué sucede amor? ¿Estás bien? ¿El bebé está bien? Ya voy para allá —contesta Matt desesperado.

—Tranquilo cariño, llamaba para avisarte que pueden venir, el Baby Shower ya ha acabado —le informo y cuelgo.

Kate y yo empezamos a cocinar la cena para nuestros maridos, Joseph y por supuesto, los niños.
Se escuchan risas y sabemos que han llegado ya.

—Mami, ¿qué hay de comer? —le pregunta Will a Kate tirando de su pantalón.

—Comida, cariño —dice y me guiña un ojo.

—Pero, ¿qué comida? —contesta. Kate levanta los hombros como si no supiese que hay de comer y Will se va marcando fuerte los pasitos.

—¡Tía, tía! —Crystal y Josie corren a abrazarme las piernas, yo me agacho y les doy un beso.

—Hola cositas. ¿Cómo la han pasado con los hombres? —les pregunto y se miran.

—Nos aburrimos mucho —dice Crystal.

—Sí, es cierto —Josie se cruza de brazos.

—Bueno, entonces quédense ahora con mamá y la tía, pasaremos un momento de mujeres. ¿No es verdad, Kate? —le pregunto y asiente.

—Así es, y como ya he terminado la cena... ¿Qué les parece si nos hacemos peinados locos y nos maquillamos? —les pregunta Kate a sus hijas.

—¡Sííí! —gritan las dos y me jalan del brazo para ir a su habitación.

Luego de que las niñas nos peinaran y maquillaran, cenamos todos juntos.

—Menos mal que será niño... —comenta Matt mirando cómo hemos quedado Kate y yo.

—Calla, Matt —le reprocho y él sigue su conversación con James y Joe.

Terminamos de cenar y volvimos a nuestra casa, estoy agotada.
Me acuesto al lado de mi esposo, él me estrecha entre sus brazos y así quedo profundamente dormida.
Siento un sacudón y abro un ojo para ver a Matt sonriéndome de oreja a oreja.

—¿Qué quieres, Matt? —le pregunto molesta, no me ha dejado dormir ni diez minutos.

—Es que no quería que te durmieras hasta no decirte que te amo Lindsay... —Me da un beso tierno en los labios.

—Yo también te amo cariño, pero quiero que sepas que te mataré si vuelves a despertarme para eso. —Me acurruco en su pecho y sigo durmiendo.

Mi Profesor de ViolínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora