Mi Profesor de Violín

XIX

JAMES

   No puede ser, creí que me escucharía, que cambiaría de opinión, pero no fue así. No me daré por vencido, la amo y tendrá que entenderlo. Decido llamar a Joe, y a los tres tonos contesta.

—Hola, amigo —saluda somnoliento.

—Déjate de dormir, tengo un plan pero requiere de mucha ayuda, ¿podrás? —pregunto rogando que acepte.

—Claro, dime...

   Comienzo a contarle todo el plan y él acepta asegurando que le encantará.

KATE

—Joe, ya basta —le reprocho.

Ha estado insistiendo con que me duche y cambie de ropa, dice que debería verme más «presentable».

—No, tú te darás una buena ducha y te pondrás esta ropa limpia que te he traído; espero haber escogido bien, ya sabes, soy hombre y no sé mucho de estas cosas —insiste rascándose la nuca.

—De acuerdo —suspiro resignada.

Tomo la ropa que consistía en una camisa a rayas rosa con unos leggins negros; el maquillaje; el shampoo; la crema enjuague, y me metí a la ducha.
Tardé lo necesario, después de todo comenzaba a necesitarla. Dediqué tiempo a cada parte de mi cuerpo y me detuve unos minutos de más en mi vientre. Les hablé a mis bebés mientras lo acariciaba, ya se estaban comenzando a notar los primeros kilos de más, pero los amo porque son producto de lo más hermoso que pueda existir.
Termino de ducharme, me visto con sumo cuidado, me maquillo lo necesario con tonos suaves y salgo del baño. Cuando estoy a punto de acostarme de nuevo, Joe me toma del brazo.

—¿Qué haces? Ya me he duchado y maquillado, ¿qué más quieres? —le pregunto frustrada.

—Quédate un tiempo levantada, sólo unos minutos, hazme caso —responde suplicando, esto es extraño.

—De acuerdo pero si es alguna de tus tonterías te mato —lo amenazo y él levanta las manos en señal de rendición.

El teléfono de Joe suena, mira la pantalla y se pone tenso, ¿qué estará tramando? Hace un gesto con la mano para que espere y sale de la habitación dejándome con mucha curiosidad. No pasa ni un minuto que entra sonriendo pero nervioso a la vez.

—Bueno, creo que deberías darle una oportunidad a James —dice nervioso.

—Otra vez con eso, ya te he dicho que no —niego y me cruzo de brazos.

—Que pena, luego de lo que acaba de hacer para ti...

—¿Qué ha hecho? ¿Dónde está? —pregunto totalmente intrigada.

—Descúbrelo tú misma. —Señala la calle con los ojos.

Se comienza a escuchar música y Joe me guía hasta la ventana, por suerte estaba cerca del suelo así que veo perfectamente unos altavoces y a James con traje sosteniendo un micrófono.

—¿Qué...? —No logro terminar la frase, jamás me esperaba algo así: James dándome una «serenata moderna». Una lágrima corre por mi mejilla, no puedo rechazarlo luego de ésto.

La canción termina y un camión se mueve, dejando ver un corazón enorme hecho de pétalos de rosa roja en la mitad de la calle. Dentro tenía escrito: "Kate + James = Amor eterno" en pétalos blancos. Quedé sin palabras, no puedo creerlo.

—¿Cortaste la calle para todo ésto? —pregunto emocionada, me doy una cachetada mental por lo que dije, tantas cosas por decir y se me ocurre justo eso.

—Te amo Kate, si debo cortar una ciudad entera lo haría sólo por ti. Por favor, dame otra oportunidad —grita James nervioso.

—¿Y qué esperas para venir y besarme? —respondo con un hilo de voz, es tan dulce.

Él sonríe y no tarda en entrar para subir. En menos de dos minutos abre la puerta de golpe, me toma de la cintura y me besa con pasión pero ternura. Nuestros labios danzan a un ritmo que sólo nosotros conocemos, nada más existe alrededor. Nos separamos por falta de aire, él me mira a los ojos fijamente, sus ojos brillan como nunca antes.

—Te amo, Kate; los amo, son todo para mí —confiesa y acaricia mi mejilla.

—Al diablo con todo, James, yo también te amo. Ahora llévame en tu unicornio rosa por el arcoíris mágico que lleva hacia el país de chocolate —digo y él suelta una sonora carcajada.

—Espera, lo he dejado en el estacionamiento —contesta siguiendo el juego.

—Joe... ¿estás llorando? —pregunto en tono burlón. No me lo puedo creer, el duro Joe llorando por una escena romántica.

—¿Qué? ¿Yo? ¿Llorando? ¡Por supuesto que no! Es que me rasqué un ojo y me he hecho daño con la uña.

—Si, claro —contesto con sarcasmo.

—Vamos señor lagrimitas, ayúdame con las cosas, me matarán si no saco todo rápido. —James lo empuja a la salida— Ya vuelvo, cariño. —Dicho esto cierra la puerta tras ellos.

Me siento en la cama. ¿Qué ha pasado? No puedo creerlo, aún pienso que ésto es sólo un sueño, y de ser así, no quiero despertar nunca. Todavía no entiendo cómo hice para resistir este tiempo sin él, lo amo, es el padre de mis bebés y quiero que sea el único hombre en mi vida.

DESCONOCIDO

Me acaban de mostrar una foto de Kate y casi me muero al verla. Ella, la que fue el amor de mi vida en algún momento, no sé si seré capaz; seré un asesino pero a ella la amé de verdad. Ni siquiera siento celos por su novio y sus bebés, yo fui quien terminó con ella. Me gustaba otra persona y le dejé bien en claro que quería que fuese feliz con un hombre que la merezca.

—¿Y bien? —Su voz me sacó de mis pensamientos, no lo haré, necesito advertirles lo que traman.

—Lo haré —confirmo con voz segura.

—Espero que no haya errores, no quiero que esa mocosa siga con vida. En cuanto a James, has que sufra más; coméntale el porqué de ésta decisión y dile quiénes te enviaron... Quiero que se arrepienta de todo —habló ella con malicia. No entiendo su venganza, después de todo ella fue quien lo cambió y se acuesta con todo aquel que camine.

Comienzo a alistar todo mi equipo para no levantar sospechas, estoy intentando idear un plan para advertirles, no están a salvo.
Temo el no encontrarla allí y que me sea mucho más difícil salvarlos de lo que se avecina; estoy seguro de que si yo no acabo con ellos, alguien más lo hará. Debo lograr ser escuchado por ellos y que huyan cuanto antes; mientras, debo pensar una muy buena mentira creíble para mis "jefes".