XXI

71 1 0
                                    

DESCONOCIDO

   Me dirijo a mi departamento a toda prisa, debo tomar mi equipo. Al llegar tomo todo lo que necesito, me ducho y salgo camino al hospital.

—Disculpe, señorita —llamo a la secretaria intentando captar su atención, ella levanta su mirada y sonríe.

—Sí, señor, dígame, ¿en qué puedo ayudarlo? —pregunta de modo cortés.

—Estoy buscando a la señorita Kate Raison, ¿me puede decir en qué habitación está? —Espero a que se fije en su computadora.

—Le han dado el alta ayer mismo.

—¿Sabe dónde puedo encontrarla? Soy un amigo de la infancia, me he enterado de lo que sucedió, no he podido venir antes y desconozco su dirección.

—Lo siento, lo único que puedo darle es su teléfono, son órdenes del hospital —responde y asiento conforme.

Salgo del hospital y decido llamarla, a los tres tonos contesta.

—¿Hola, Kate Raison? —pregunto.

—Sí. ¿Quién habla?

—Soy Matt McColin.

—Ah, hola Matt. ¿Por qué me llamas? Ha pasado tanto tiempo...

—Bueno, es una larga historia. Llamaba para preguntarte dónde vives, sé que ahora tienes una familia... ¡Felicidades! Necesito hablar con ustedes personalmente, es algo muy importante que no debe ser oído por teléfono.

—De acuerdo, anota... —Me pasa la dirección y cuelgo.

Conduzco por casi toda la ciudad hasta dar con ese departamento; no puedo creer que tenga tanto dinero, de ser otra persona ya estaría planeando un robo o algo parecido, pero no pienso hacer nada en contra de Kate. Subo por el ascensor hasta su piso y toco la puerta reiteradas veces, estoy nervioso.

—Hola, ¿qué desea? —pregunta un hombre alto, esbelto, con ojos azules, es bastante guapo. Si que ha conseguido un buen partido, a diferencia de mí que a pesar de ser esbelto, soy más bajo, mis ojos son marrones y tengo una cara normal, además de ser prácticamente pobre.

—Mi nombre es Matt McColin, hablé hace un momento por teléfono con Kate, su mujer. Le comenté que debía hablar con ustedes sobre un asunto importante —contesto y escucho la voz de Kate a sus espaldas pidiendo que me dejase entrar.

A duras penas me permite ingresar, no deja de mirarme con odio; está celoso. En cambio yo me mantengo inmutable, no vengo aquí por ella y no me afecta para nada su unión.

—Y bien, Matt, ¿qué sucede? —pregunta Kate invitándome a sentar en el sillón. Comienzo a contarles todo y ella solloza mientras él se tensa.

—¿Puedo hablar contigo en privado? —pregunta él y asiento. Una vez en la habitación habla— Escucha, quiero que me digas absolutamente todo lo que sabes, puedo ayudarte con esto y agradezco mucho la información, pero hay algo inquietante, ¿qué fue lo que sucedió entre tú y Kate?

—Fuimos novios hace muchos años, ella era el amor de mi vida. Luego me enamoré de otra mujer y se lo comenté, terminamos pero le prometí que la dejaría ser feliz, no pienso quitársela... —recuerdo que no sé su nombre.

—James Houghton —responde y abro los ojos— Sí, yo soy el hijo del "hombre multimillonario" —dice como si leyera mi mente, ahora veo el porqué de tanto lujo.

—Un placer conocerlo. Como le decía James, no pienso quitarle a Kate, estoy muy feliz por ustedes y felicidades por la futura llegada de sus hijos. Sólo he venido a darles la información y ya me retiro, no quiero levantar sospechas. —Estoy dispuesto a retirarme, saludo a Kate pero James me detiene justo en la puerta.

—¿Tienes algún número a donde pueda llamarte? Quiero que ambos estemos al tanto de todo, puedo conseguir lo que quiera, tú dime si necesitas algo —dice y un alivio me inunda, será todo mucho más fácil con él.

—Conseguiré un nuevo teléfono y le mandaré un mensaje a Kate para que agenden mi número, luego de eso puedes mandarme el tuyo —contesto y me retiro.

Mi Profesor de ViolínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora