XI

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JAMES

   Despierto recordando la noche anterior, fue increíble, nunca había sentido algo así con ninguna otra mujer, definitivamente ella es la indicada. La veo dormir acurrucada en mi pecho, respirando serenamente, me levanto muy despacio para no despertarla y me doy una ducha.
Salgo del baño ya peinado, con los dientes limpios, vestido con una camisa color negra y unos vaqueros azules con zapatillas de igual color, me acerco lentamente a Kate y la muevo para que despierte.

—¡Boo! —le digo sonriendo y ella ríe.

—Hacía mucho que no dormía tan bien —confiesa frotándose los ojos tiernamente.

—La magia James, bebé —contesto guiñando un ojo y se sonroja al instante.

—¿A dónde vas así? —pregunta notando mi ropa.

—Voy a comprar unas cosas, tú no salgas bajo ninguna circunstancia —respondo seriamente para que sepa que hablo muy enserio, ya ha sucedido suficientes cosas por mi culpa.

—Por supuesto que no me quedaré aquí, quiero salir, iré contigo, por favor —pide haciendo un puchero muy tierno, ¿cómo decirle que no?

—De acuerdo, vendrás. Pero no te separes de mí en ningún momento, ¿entendido? —digo y deposito un beso en su frente.

—Sí, señor —dice saludando como militar, yo sólo ruedo los ojos y salgo para que se aliste.

Le había hecho el desayuno pero ya se enfrió por completo, no entiendo cómo puede tardar tanto. Me encuentro sentado en el sillón cambiando de canal en la televisión, cuando oigo que la puerta de la habitación se abre y me paro para esperar a que baje.

—Pareces la pantera rosa en versión mujer —bromeo, está toda de rosa, excepto por los jeans azules.

—Qué gracioso, entonces tú eres el oso hormiguero de la pantera rosa, señor jeans y zapatillas azules —dice señalando las prendas que llevo puestas.

—Buen punto. —Chasqueo la lengua— ¿Vamos? Tienes el desayuno sobre la encimera de la cocina, si aún lo quieres te espero a que lo termines, sólo que se ha enfriado con todo lo que te has tardado —reprocho cruzándome de brazos apoyado sobre la puerta.

—¿Son wafles con chocolate caliente?, bueno...  ¿frío? —pregunta con ojos brillosos, parece una niña pequeña. Asiento, me saca la lengua y comienza a ingerir, me sorprende la velocidad en la que se termina todo.

—¡Listo, vamos! —grita abriendo la puerta y cerrándola en mi rostro.

—No sé si lo recuerdas, pero el auto es mío, por lo tanto el que conduce soy yo; y si me das un portazo en la cara me vas a desfigurar —digo reprobatoriamente mientras abro el garaje y ella se limita a rodar los ojos.

KATE

   Estoy probándome un vestido muy lindo en uno de los cuantos lugares de los que he entrado, es hermoso y me queda a la perfección; si tengo suerte le insistiré a James para llevarme a algún lugar fuera y usarlo, pero será una sorpresa. Pago y salgo, James camina detrás mío repleto de bolsas y cajas de zapatos.

—¿Me puedes explicar con qué has pagado todo ésto? —pregunta muy agitado y algo molesto.

—Mi madre me dejó mucho dinero en una cuenta que mi padre desconoce, vivo de eso pero luego de gastarme casi todo en esto comenzaré a buscar un trabajo —respondo restándole importancia mientras veo unos jeans con descuento.

—Por supuesto que no, yo trabajaré —reprocha James más molesto de lo que ya estaba.

—¿De profesor de violín? No tendrás lo suficiente para los dos, además no tienes más alumnos además de mí y ni siquiera me estás dando clases —digo reprobatoriamente.

—Tengo la empresa que heredé de mi padre, él era Logan Houghton, ¿no te suena? —comenta y abro los ojos como platos.

—"El hombre multimillonario", ¿es?, bueno... ¿era tu padre? —pregunté sorprendida.

—Sí, era él pero dejé la empresa a cargo de un primo muy cercano a mí, puedo ponerlo en otro puesto e ir al mío como jefe —contesta como si nada.

—De acuerdo, pero necesitarás una secretaria —informo algo molesta, el hecho de que otra mujer esté tan cerca suyo todo el día me enfurece.

—Sí, ya buscaré a alguien. —Le resta importancia y yo recuerdo que tomé un curso de secretariado con diploma.

—Yo puedo ser tu secretaria, legalmente puedo serlo —dije y él asiente con una gran sonrisa.

Llegamos a su casa la cual insiste en que llame 《nuestra》y comienzo a ordenar todo lo que he comprado, él sólo coloca el par de zapatos que se compró y sale de la habitación. Finalizo con una sonrisa en mi rostro, he escondido el vestido muy bien para que no lo vea.

—Mañana iré a preparar todo para volver a la empresa —comenta James mientras comía una porción de pizza que yo había preparado— Por cierto, está deliciosa —continúa cerrando los ojos degustando su comida.

—De acuerdo y gracias, la he hecho con mucho amor especialmente para ti —contesto riendo.

—¿Especialmente? ¿Acaso la has envenenado? —pregunta con cara de horror pero luego rueda los ojos y sigue comiendo— No importa, está demasiado rica como para dejar de comer, al menos moriré feliz. —Levanta el pulgar de manera aprobatoria y termina de comer, yo no paro de reír ante tal ocurrencia.

Nos fuimos a dormir ya agotados para levantarnos mañana muy temprano, voy a trabajar para mi novio, que extraño suena. -Mi novio, todo mío- pienso y sonrío como tonta.

—¿Pensando en mí de nuevo? —pregunta James con el ego por las nubes.

—Sí pero en cómo te quedaría de lindo uno de mis vestidos —contesto y él pone cara de horror.

Reímos unos minutos y nos dirigimos al cuarto. Al acostarnos comienzo a cerrar los ojos, siento los cálidos brazos de James que me rodean y me duermo de inmediato.

Mi Profesor de ViolínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora