Mi Profesor de Violín

XXIII

TREVOR

   He estado observando los movimientos de mi querido amigo Matt, algo aquí no anda bien. Se supone que él nunca defrauda a sus clientes, pero tengo una fuerte sospecha de que lo que él dice, es toda una farsa.

—Hola Trev, estás muy guapo hoy, ¿has comenzado a hacer ejercicio? —Verónica logra captar toda mi atención, es irresistible, un poco pasada de cirugías, pero irresistible de todos modos.

—Pues sí belleza, tú también estás muy hermosa hoy...

 Acerca sus labios a mi oído y respira fuerte, su comportamiento es extraño, jamás pensé que yo podría atraerle.

—Escucha, Matt es muy amigo tuyo, ¿no es así? —pregunta y yo asiento confundido— ¿Acaso no lo has notado extraño últimamente? Espero no nos haya mentido acerca de la muerte de Kate y esos engendros malditos. Si es cierto todo lo que ha dicho, espero con ansias ver a James, me ha dicho que lo ha secuestrado y lo prepara para mí —finaliza con una sonrisa arrogante.

—Tal vez sí ha estado un tanto extraño —hablo pensativo.

—¿Entonces qué te parece si lo sigues? Si descubres algo, vienes y me lo dices todo, te daré una grata recompensa cariño... —Me besa suavemente en los labios y no tardo ni dos minutos en salir corriendo en busca del inútil de Matt.

Decido tomar un atajo poco usual en mí, es uno de esos barrios de ricos, se creen tanto. Paro en seco al ver el auto de mi amigo aparcado en la acera, frente a un gran edificio.
Entro y pregunto en la recepción si conoce a un tal James Houghton, para mi sorpresa él vive aquí junto a Kate -Bastardo mentiroso- pienso.
Vuelvo lo más rápido posible para avisar que nos ha mentido y llamar a todo el equipo. Si Matt no ha podido, nosotros haremos su trabajo, luego nos encargaremos de él.

KATE

   Estoy acostada, hoy no me he despertado muy bien, las náuseas han sido espantosas. Escucho unas ruedas rechinar fuerte afuera -Tal vez haya sido alguien intentando evitar un accidente con su auto- pienso, pero algo rompe el vidrio de mi ventana. ¡Son balas! Muchas más impactan sobre ésta y me hago una bolita en el suelo.

—¡James, ven, auxilio! —grito a todo pulmón y él no tarda en aparecer.

—¡Mierda! —exclama cuando una bala roza su brazo.

Se agacha junto a mí y me abraza intentando protegerme, llama a Matt y hablan unos minutos. James está desesperado, no sabe cómo protegernos, no podemos salir ni pararnos y no sabemos si subirán. Pero de lo que sí estamos seguros, es que ésto es obra de Verónica y mi padre. Por suerte Matt acababa de irse de aquí, por lo que no debe estar muy lejos.

—¡Corran agachados! No asomen sus cabezas bajo ninguna circunstancia. Yo los guiaré, mi amigo ha descubierto todo, deben huir cuanto antes —grita Matt al entrar, James le había dado una llave por si sucedía algo como ésto.

Hacemos caso a Matt, ésta posición me está matando, deberían dejar en paz a las embarazadas. Dios, el dolor que siento es horrible, pero intento seguir, debo proteger a mis bebés.
Bajamos por las escaleras, bueno, James me bajó en sus brazos ya que no puedo correr de esa manera y salimos por una puerta que desconocía. Según Matt, él había entrado por aquí y era totalmente seguro.
Matt conduce durante horas, él nos ha conseguido una cabaña muy lejos de aquí, estoy muy agotada y quiero dormir. El teléfono de James suena y él me mira asustado, pero al ver la pantalla con el nombre de Joseph nos relajamos al instante.

—Hola —saluda James y le hago señas para que lo ponga en altavoz.

—Hola amigo, quería informarte que en éste momento me encuentro de viaje a Londres, me ofrecieron un trabajo muy bueno y no dudé en aceptar, espero que no les moleste. No sé cuándo volveré, créanme que los echaré mucho de menos —nos informa Joseph y por un lado suspiro aliviada, al menos él estará fuera de todo este peligro.

—Felicidades Joe —contesta James y le susurro que no le comente nada sobre lo que está sucediendo, tal vez quiera volver para ayudar y no quiero que salga perjudicado.

—Bueno, debo colgar, una azafata me está regañando. Los llamo luego —se despide y cuelga.

Llegamos al fin a la dichosa cabaña. Es bastante acogedora, en este momento no me interesa la comodidad de todos modos, sólo quiero dormir y que toda esta pesadilla acabe. Comemos los tres, Matt se marcha con una idea para despistarlos y nosotros nos vamos a dormir, apenas apoyo mi cabeza sobre la almohada, me dejo llevar en brazos de Morfeo.