Pokemon Mundo Misterioso FA III: La Resurrecion de la Oscuridad

Capítulo 8: De Vuelta a Isla Lavandia

Pokemon Mundo Misterioso FA III: La Resurrección de la Oscuridad

Capítulo 8: De Vuelta a Isla Lavandia

Polaris y Elysium volvían de una misión luego de que la nave Galeón haya sido derribada, la nave ya había sido restaurada en un 80% y tardarían mas en repararla pero ya podría volar.

La Emperatriz los esperaba en el puente de la nave sentada y sin hablar, miraba sus manos entrelazadas pensativa y ni Elysium, ni Polaris se atrevían a perturbarla, un sonido mecánico se escucho por toda la nave y luego vino un súbito terremoto, una vibración bajo sus pies, el cielo se hacia mas cercano y sabían ellos que estaban en el aire, volando.

Las pantallas se encendieron, las Elgyem tomaron sus posiciones y la nave giro y acelero.

—¿Que quieren? —preguntó la Lucario Acorazada.

Elysium suspiro y soltó una sonrisa.

—Que bien, creí que te habías muerto allí sentada.

—Ja ja ja, muy graciosa, mi nave esta en pésimas condiciones, debemos de volver a Steellian para repararla y ¿a ustedes donde quieren que los deje?

—Supongo que solo hay alguien a quien podemos acudir —dijo Polaris —. ¿Puedes hacer dos paradas?

—Si, creo que si ¿puedo saber a quien tienen en mente?

—Vamos a Isla Lavandia.

—Nightrider.

—El mismo.

—¿Polaris estas seguro de ir allí? No lo hemos visitado desde que nos separamos hace diez años.

—Tienes razón Ely, pero aun somos amigos.

—Ya veremos, jamas rompí ese trato, siempre puede solo servir a mis ordenes —dijo la Espeon con una risa burlona.

—Emperatriz Europa ¿puede llevarnos primero al Bosque Arkano?

—Desde luego ¡Fijen curso al Bosque Arkano!

La nave puso rumbo a toda velocidad y desapareció en el cielo.

...

Mientras, en el monasterio de bosque, el Equipo Hada de Acero llegaba derrotado, hace ya una semana que estaban buscando pistas, pero lo único que hacían era pelear y pelear con ocultistas.

—¡Jeeez! ¡Estoy cansada! —dijo Victoria sentándose de un salto en una silla baja.

Rosario apareció con una bandeja de la especialidad del monasterio, paletas heladas, hechas del jugo de bayas ligeramente fermentado y congelado con algún movimiento tipo hielo y con un palito de madera para sostenerse.

—¿Tuvieron suerte? —pregunto la Lilligant.

Cada uno tomo una paleta y se la metió a la boca.

—Noh... Sohlo hay ghirathinisthas por thodos ladhos —dijo Marco con la boca llena y sin valor para ver a Rosario a la cara, buscar era uno de los trabajos de un Equipo de Rescate o de Exploración, pero ellos eran Aventureros y buscar e investigar no era su fuerte, no eran detectives.

—Que mal, extraño a mi hermano —dijo la tipo planta mirando al suelo con nostalgia, Marco mordisqueo y se trago el helado y escupió la paleta.

—Lo encontraremos, no importa que.

—Gracias Marco, muchas gracias chicos —sonrio la sacerdotisa Lilligant.

Marco le correspondió con una sonrisa y Victoria casi escupe su helado, sus ojos se posaron en la pareja frente a ella <<como pude ser tan tonta>> pensó de inmediato, era obvio y pasaba frente a sus ojos, una rival mas, alguien que le quitaba la atención de ella y mantenía por el suelo sus esperanzas de algún día confesar su secreto.