En cualquier otra circunstancia a Izta le hubiera dado por admirar el nuevo paisaje que se mostraba ante sus ojos. Aquellas escaleras talladas en piedra, los enormes templos y el vasto panorama la hubieran instado a memorizarlo y explorarlo.
Pero en estos momentos corría para salvar una vida, no la suya, sino la del joven caballero dorado de Piscis. Shion aún lo llevaba en brazos, siendo detenido de tanto en tanto por la joven para asegurarse de que aun seguía respirando.
Habían cruzado ya la mitad de las casas y algunos de los caballeros les seguían curiosos. Atravesaron el resto de las casas, ahora sí, siendo seguidos por toda una comitiva.
Entraron en los aposentos privados de Albafica, lo colocaron en la cama mientras le despojaban con cuidado de la armadura dorada. La joven comenzó a limpiar las heridas, mientras Shion sentía que necesitaba aire.
-Sal de aquí - le ordenó Izta - el veneno comienza a afectarte.
-¿Qué hay de ti?- preguntó preocupado.
-Podré resistirlo. - dijo ella con determinación.
Shion salió de los privados del Piscis para encontrarse con varios de sus compañeros con interrogantes en sus caras.
Todos comenzaron a lanzar preguntas al mismo tiempo. Shion sintió que se mareaba aún mas.
-¿Que sucede aquí? - interrogó una voz autoritaria, todos los santos presentes se arrodillaron frente al Patriarca y a su Diosa.
-Señor,- comenzó Shion,- el juez del inframundo Minos de Grifo ha sido derrotado, casi le ha costado la vida al Caballero de Piscis pero una mujer nos ha ayudado y ahora ella intenta salvarle.
-Pero, ¿Y el veneno de Albafica?- preguntó preocupado el patriarca.
-Parece que no le afecta, señor.- contestó Shion.
Atenea miró preocupada hacia el interior de la doceava casa.
-Yo me encargaré señorita.- dijo el patriarca internandose en la cámara de Piscis .
Ahí dentro una joven de piel clara, aunque tostada por el sol, y cabellos negros peinados en una estilizada ccorona trenzada y sujetos con un liston, sostenía la mano del santo de la aquella casa y le susurraba palabras de aliento.
-¿Puedo preguntarle su nombre y sus asuntos aquí, señorita? - Interrogó el patriarca.
Ella volvió su rostro para mirarle con unos trémulos ojos negros. El imponente porte y su particular atuendo la cohibieron pero aún así le respondió con firmeza al hombre.
-Mi nombre es Iztaccíhuatl, - comenzó- soy una curandera errante, vine hasta Grecia a buscar respuestas. Me dijeron que fuera a un lugar llamado Santuario. Que ahí podía hallar lo que buscaba. Hoy arribe aquí y presencié parte de la batalla de este caballero. No podía dejarle morir, no cuando protegió aún a costa de su vida la villa- dijo refiriéndose a Rodorio.
-¿Como podemos fiarnos de ti muchacha? Estamos a unos pasos de una guerra santa.
-¿Guerra santa? - preguntó de vuelta ella sorprendida- Le aseguró señor que no tenía conocimiento de tal cosa. Sólo venía buscando respuestas a lo que alguna gente llama "cosmo".
El patriarca no pudo ver mentira en la mirada oscura de la joven.
El santo de Piscis comenzó a toser llamando la atención de ambos, ella lo sentó en la cama. Él abrió los ojos y comenzó a aspirar aire desesperadamente. Izta le sonrió y Albafica pasó su vista interrogante de la chica hasta el patriarca.
ESTÁS LEYENDO
Los Caballeros Del Zodiaco TLC: Encontrando El Camino
FanfictionFic de TLC. Una misteriosa joven emprende el camino para encontrar algo sobre su pasado. Llega a Grecia y se ve envuelta en una Guerra Santa. Tal vez en sus manos esté el salvar a más de un caballero dorado. OC y posible Ooc.