capitulo 42

379 31 9
                                    

El Cid levantó a su esposa a media noche.

—Izta, Manigoldo está solicitando que vayas con él, creo que algo paso con Guioca.

Rápidamente se espabiló y se puso de prisa un sencillo vestido azul, el Cid la acompañó hasta la casa de Cáncer y ella se apresuró a entrar, los gritos de Guioca no se hicieron esperar.

— Guioca, linda ¿Que sucede?— Cuestionó al verla retorciéndose de dolor.

—Se quejó entre sueños — respondió Manigoldo— Me levanté cuando sentí que algo mojaba la cama.

—Se le ha roto la fuente — Confirmó Izta.— Linda tu bebé ya viene.

—Aun faltaba un poco— Exclamó asustada.

—No te preocupes, con el favor de los dioses todo saldrá bien. De aquí en adelante me encargó yo— Le dijo a Manigoldo.

—De ninguna manera voy a dejarla sola.— Se negó el dorado.

Izta suspiró y decidió acceder, estaba demasiado cansada para discutir. Comenzó a preparar todo para la que sería una noche larga.

*****************************************
Izta se secaba el sudor de la frente con el dorso del brazo derecho, sentía de pronto mucho calor.

Manigoldo sudaba y estaba segura de que era por el dolor de la mano que Guioca apretaba enérgicamente.

—Éstas loco si crees que vas a tocarme luego de esto— Decía furiosamente la mujer en italiano.— Te juró que en cuanto pueda ponerme en pie te mato.

Izta hacia todo su esfuerzo por no reír ante la mirada suplicante de Manigoldo que imploraba ayuda.

Ella simplemente se encogía de hombros.

—Te dije que te fueras mientras tuvieses una oportunidad.

—Te tomaré la palabra— Dijo e hizo amago de levantarse.

— De ninguna manera— Se negó Guioca afianzando su agarre. —De aquí no te mueves, contemplaras mi sufrimiento.

Se vio interrumpida por una nueva contracción.

—Vamos linda— Dijo Izta poniéndose sería,— hazlo como te indiqué.

—Manigoldo— Dijo ella apenas el dolor pasó—Estoy asustada.

—Aquí estoy — Dijo y hábilmente se pasó por detras de ella, de manera que la espalda de Guioca quedó apostada al firme pecho de Manigoldo y la tomó de las manos—Todo saldrá bien.

Y Guioca le creyó.

***************************************

El Cid recordó una imagen similar con los dorados esperando en la sala de la casa de Cáncer. Inevitablemente pensó si algún día su sala también estaría así de concurrida por un evento semejante.

Le pareció un bello sueño, hasta que escuchó a la muchacha italiana gritar otra vez. Las dudas comenzaban a hacer ecos en su mente, sobre todo por el sufrimiento que Izta iba a tener, luego se escuchó un gritó desgarrador, seguido de un llanto enérgico inundó la cuarta casa.

—Es un niño— Anuncio Izta saliendo unos minutos después con una bella y cansada sonrisa.

Todos celebraron mientras Manigoldo salía de la habitación lleno de orgullo.

Izta ignoró mientras algunos Caballeros se pasaban monedas con razón de las apuestas del sexo del bebé. Ella sólo quería ver el rostro de su marido.

Los Caballeros Del Zodiaco TLC: Encontrando El CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora