Los Caballeros Del Zodiaco TLC: Encontrando El Camino

Capitulo 45

Izta parecía más que entusiasmada ayudando con los preparativos de la boda de Albafica y Agasha. No iba a ser una ceremonia tan grande como las bodas anteriores, sobre todo por qué Albafica seguía siendo peligroso.

Así que solo un puñado de personas estaban invitadas al evento. Aún así Izta cosía el vestido de Agasha animosamente.

Calvera entró en la Casa de Capricornio con los mellizos que ya correteaban por todos lados.

-Te está quedando hermoso- Alabó Calvera en cuanto vió el vestido. - Aunque pensé que iba a ser muy pesado para tí.

-Desde que no puedo bajar a Rodorio por mi enorme barriga, necesito algo con que entretenerme y creo que me está quedando bien.

- Está perfecto - Respondió Calvera mientras partía una manzana a la mitad y la ofrecía a sus hijos.- ¿Has pensado en nombres para el bebé?

-En algunos, quiero que tengan
nombre con un significado poderoso y ya si decide ir a nuestra tierra que se le otorgue un nombre en náhuatl.

-Me parece una buena idea.- Respondió Calvera.

-No puedo creer que ya en una semana se casa Albafica y Agasha, fueron las primeras personas con las que me relacione cuando llegue aquí, parece que fue hace tanto.

- Y mira cómo ha terminado todo- respondió.

Izta se rió ante ese comentario y siguió dando puntadas. Cuando sintió una patadita, ella sonrió y se acarició el abultado vientre con cariño, pensando que pronto tendría a su bebé en brazos.

Agasha y Serinsa arribaron en aquel momento, volvían del pueblo con los últimos preparativos.

-Buenos días- Saludaron ambas.

-Es precioso - Exclamó Agasha cuando vio el vestido.

-Me alegro de que te guste- Respondió Izta con una sonrisa.

El vestido era corte griego, vaporoso y largo, sin mangas, Izta le había añadido cuentas doradas en la costura del tirante y que se complementaria con el cinturón de oro que Agasha había heredado de su madre.

-Ya está listo- Anunció Izta, mientras cortaba el hilo de la bastilla.- Anda midetelo, si hay que hacer algún ajuste es ahora o nunca.

Agasha tomó con reverencia el vestido y fue a vestirse.

Izta volvió a sentir una patadita y volvió a sonreír, el bebé también parecía muy entusiasta.

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-Parezco ballena- Murmuró Izta mientras se miraba en el espejo antes de salir en dirección al salón del Patriarca dónde se celebraría la boda.

- Te ves hermosa- Le susurró su marido al oído haciendo que inevitablemente sonriera.

Y es que Izta llevaba un vestido rosa palo, ligero y que enmarcaba su vientre. El largo cabello lo llevaba suelto, sujeto hacia atrás con una diadema.

-Vamos pues- Dijo mientras se aseguraba de tener todo en orden, besó la mejilla de su esposo.

El Cid siempre le iba a parecer guapísimo con su armadura dorada y de su brazo se dirigieron al sitio de la boda.

Izta miró orgullosa como Agasha ataviada con su bello vestido de novia entraba del brazo de su padre a la Sala del Patriarca, y es que la muchacha iba peinada con el lacio cabello suelto, sujetos solo por una cinta dorada.