Los Caballeros Del Zodiaco TLC: Encontrando El Camino

Capitulo 30

Eran las seis de la mañana, Manigoldo ya se encontraba bajando de las celdas, el patriarca lo había liberado antes ya que tenía que estar presentable pues era el padrino y la boda se celebraría al mediodía.

Bajaba lentamente, la cabeza le dolía un poco. A la salida de la octava casa se encontró con el mechón de pólvora que inició sus problemas, no es que sé arrepintiera.

Gioca lo miró con esa mirada anhelante que tanto le gustaba.

-Lamento que se me haya soltado la lengua- se disculpó cuando él estuvo a su lado.

-Tarde o temprano ella se iba a enterar.- respondió Manigoldo restándole importancia.- aunque me ha hecho pensar mucho.

-¿En qué? - cuestionó ella temerosa.

-En qué clase de futuro queremos, Gioca, ¿Estarías dispuesta a casarte conmigo?

La joven italiana se quedó en silencio unos minutos sopesando lo que acaba de escuchar, Manigoldo comenzó a pensar que quizá aquello no había sido buena idea.

-¿Lo haces por lo que dijo la maestra?- interrogó ella entrecerrando los ojos y antes de dejar que el caballero contestará agregó- por qué si es así, no quiero. No tienes que limpiar mi nombre de ninguna manera o hacerlo por que nos descubrieron.

-No es por eso,- contestó él, mientras tomaba un mechón de cabello de Gioca entre sus dedos- Pensé en el matrimonio del cabrito y la chiquilla, y en que yo quiero algo similar, no quiero que tu salgas con otros hombres- Gioca iba a protestar, pero él siguió- y yo no quiero salir con ningúna otra. Si no eres tú, dudo mucho que lo disfrute.

La muchacha dejo escapar un par de lágrimas y él las limpió con sus pulgares, mientras sostenía su cara. La besó en los labios.

-¿Qué dices? ¿Aceptarías a este borracho en tu vida?

Gioca asintió y se dejo abrazar, se sentía realmente feliz.

-Pero Manigoldo, tengo que volver.

-Y no voy a impedirlo, pero iras con un anillo que dirá que eres esposa del Caballero más increíble de todos.

Ella rió y volvió a hundirse en su pecho.

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Izta acababa de salir de bañarse, comenzó a cepillar su cabello con ayuda de sus alumnas, Calvera entró trayendo a dos personas tras de sí.

-Mi señora, Chimalli, me alegra verles- exclamó al ver a la diosa Tozi y a su hermano entrar por la puerta, inmediatamente se puso de pie para recibirlos.

-¿Creíste que me iba a perder el casamiento de mi protegida?- dijo la diosa morena abrazándola.

Su hermano reclamó luego sus brazos. Izta le pidió a sus alumnas que la dejaran a solas con los recién llegados y que se encargarán de sí mismas por el momento.

-Tu hermano y yo queremos hacerte un presente de bodas. Por eso no pudimos acudir antes.

Chimalli le entregó una cajita de oro y piedras preciosas, en su interior de encontraba un hermoso listón blanco, con plumas, flores y serpientes bordadas en vivos colores. También habían horquillas con perlas marinas.

La diosa terminó de cepillar el cabello  de la joven mujer, con cariño comenzó a trenzar y acomodar los mechones, Calvera le ayudaba a colocar las horquillas. El cabello negro de Izta terminó en un hermoso peinado recogido y adornado con el listón y las perlas.

Agasha entró, con su vestido amarillo con flores de colores, llevaba en la mano un bello ramo de rosas de distintas y vivas tonalidades, naranjas, amarillas, rojas y rosa fuerte. Se lo entregó a Izta, quien lo tomó agradecida.