Capitulo 29

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Izta sentía que iba a vomitar de los nervios y es que se casaba al día siguiente y en su mente sólo podía ver las cosas que podían salir mal. Que él se arrepintiera, que a ella se le rompiera el vestido, que se desatará otra guerra, y otra infinidad de situaciones similares. Calvera, Agasha, Serinsa y Gioca la miraban caminar de un lado a otro en la casa privada del templo de Escorpio.

Se habían reunido ahí para celebrar una especie de despedida de soltera, mientras los varones hacían lo mismo en el templo de Cáncer.

-Vamos mujer- dijo finalmente Calvera al desesperarse por el ir y venir de su amiga - Todo saldrá bien, Agasha y su padre ya se encargaron de los arreglos florales, Sasha y Manigoldo del resto, ya acabamos el vestido y yo personalmente me encargue de arreglar tu futura casa. Lo único que debe preocuparte es la noche de bodas.

Calvera se arrepintió de decir aquello, pues Izta se detuvo en un respingo, su rostro pasó del blanco de muerte al rojo de vergüenza.

-Y si no doy el ancho- soltó, mientras se llevaba las manos a la cabeza.

-Créeme quien tiene que dar el "ancho" es él - bromeo la pelinegra mayor, solo Gioca se rió.

-Ese también sería un problema- argumentó ella ofuscada,- no se prácticamente nada.

-Mientes, Tozi nos dio la misma plática a ambas.

-Una cosa es saber la teoría y otra muy distinta es llevarlo a cabo.

-Solo tiene que relajarse maestra- interrumpió la italiana.

Izta puso cara de espanto y cuestionó a su alumna.

-¿Manigoldo y tu....?- Gioca respondió encogiendo los hombros con desinterés, escandalizando a la futura novia- Pero no están casados.

-No soy muy creyente de eso del matrimonio- respondió Gioca - Además, pronto regresaré a la Isla de la Reina Muerte y quería aprovechar.

-Iré a hablar seriamente con ese cangrejo endemoniado- anunció Izta, con intensión de bajar a la cuarta casa. 

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Mientras tanto en dicha casa, los caballeros presentes, sin contar a Shion qué, por su puesto como patriarca, que había referido encontrarse demasiado cansado para una pequeña parranda. Se encontraban entonces siete caballeros bebiendo licor, no habían podido hacer ni una conversación en razón y quedaban en silencio a cada dos por tres.

- No te preocupes- Dijo Kardia dirigiendose al Cid - mañana todo saldrá bien.

-Sí - secundó Manigoldo- la chiquilla no muerde, creo.

-No estoy nervioso- declaró el de Capricornio, pero sin poder evitarlo, aplicó demasiada fuerza en el vaso del que bebía y esté se estrelló en fragmentos de cristal - quizá un poco ansioso - confesó mientras limpiaba el pequeño desastre.

Los caballeros rieron.

- Izta es tranquila, no creo que de problemas- comentó Albafica.

-¿Qué no te acuerdas cuando nos tenía amarrados en la cama para que no fuéramos a pelear? - Le recordó Manigoldo y los hombres que estuvieron bajo el cuidado de la curandera sintieron un escalofrío.

-Bueno si hay que temer de ella en ciertos aspectos- concedió el caballero de Piscis.

-Y es temeraria- Agregó Dokho - Todavía me acuerdo de ella agrediendo a Sylphid de Bacilisco.

El Cid prefería no recordar aquello, esa vez había sentido un verdadero pavor.

- O la manera, que según dicen, se enfrento a los cuatro dioses del sueño- Añadió Teneo.

Los Caballeros Del Zodiaco TLC: Encontrando El CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora