Capitulo 1

2.9K 182 37
                                    

Cuatro años después

Iztaccíhuatl sonrió al sentir la brisa marina en su cara, unos cuantos mechones escaparon de la trenza que formaba una corona oscura alrededor de su cabeza. Había partido de Italia hace unos días y esperaba llegar a Grecia en la mañana, había optado por la vía marítima aunque fuese más tardada, pues en la ciudad donde se había alojado sobraban los rumores de oscuros seres que atacaban a los viajeros.

Un par de amigos italianos le habían hablado de un sitio llamado "Santuario" y que era el hogar de una diosa y valientes guerreros con habilidades extraordinarias.

Tal vez pronto encontraría lo que buscaba. Una amiga de su tierra natal le aseguró que de aquel lugar era el hombre y la niña que había conocido poco después de que ella se fuera.

Sonrió expectante ante la puesta de sol.

Le había mandado una misiva a su hermano al salir de Italia y le mandaría otra en cuanto consiguiera residencia en Grecia.

Observó por última vez el paisaje maritimo antes de intentar recluirse en su camarote. Pero algo llamó su atención. Era un aerolito que pasó volando en el cielo, desapareciendo segundos luego y sorpresivamente el cielo tomó una tonalidad rojiza impropia para un atardecer casi extinto.

Izta buscó la luna en el cielo y efectivamente está tambien se hallaba roja.

-Tengo un mal presentimiento- le dijo al viento y pensó en su hermano. Miró nuevamente a la oscura linea que separaba el mar y el cielo.

-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-

Antes de medio día ya habían soltado el ancla en el puerto más cercano al santuario. Izta bajó con su equipaje de mano y le dio unas monedas a un muchacho para que cuidara sus otras pertenencias.

Caminó al pueblo más cercano, tranquila entre las calles empedradas, admirando las diferencias arquitectónicas con los otros sitios donde había andado.

Vio en una banca a una jovencita y a su padre manipulando flores para hacer hermosos arreglos.

-Buenos días,- Saludó en griego aunque con un acento extraño para ambos lugareños. - Serían tan amables de señalarme algún lugar donde alojarme.

El hombre asintió con una sonrisa y se dirigió a su hija.

-Agasha muéstrale a esta joven el camino hacia la casa de Calista- La muchacha se levantó y comenzó a sacudirse las hojas que tenía en la falda del vestido color malva. El hombre volvió su vista a la mujer. - Calista tiene una casa de señoritas y acoje sólo a mujeres, por lo general esposas o hijas de capitanes navales que se quedan aqui de paso. Le aseguro que estará cómoda ahí.

Izta le sonrió agradecida e hizo una reverencia.

-Se lo agradezco mucho.

Agasha que acababa de terminar de recoger las flores de su último trabajo y con una sonrisa amable le pidió a la extranjera que la siguiera.

Apenas habían dado un par de pasos cuando una lluvia de pétalos rojos y un fuerte sonido las hizo detenerse y mirar hacia atrás.

Algunas casas, incluida una de las paredes de la florería se habían derrumbado. Ambas chicas miraban atónitas aquel desastre. Agasha devolvió sus pasos hasta su padre e Izta le siguió de cerca, encontraron al hombre debajo de unos escombros, entre ambas mujeres intentaron liberarlo.

Los Caballeros Del Zodiaco TLC: Encontrando El CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora