Capitulo 36

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Ya caía la medíanoche y Calvera se aferraba con fuerza a las manos de su
esposo, el pobre Kardia ya no sentía las manos.

—Puja cuando yo te diga— ordenó Izta, preparada para recibir al bebé.—Ahora Calvera, puja.

Calvera profirió un sonido ahogado mientras se esforzaba por seguir las indicaciones de su amiga y sintio qur volvia a respirar cuando el potente llanto inundo la habitación.

—Es niño— dijo la diosa cargando al varóncito y cortando su cordón. —un niño sano y fuerte.

Calvera recibió un beso en la frente de parte de Kardia, mientras ella le recordaba que había tenido razón sobre el sexo del bebé. Pero se quejó cuando de nuevo sintió el intenso dolor, llamando la atención de las otras dos féminas.

—Es muy pronto para que salga la placenta— declaró Izta mientas volvía a examinarla.—Mi señora— pidió alarmada— dele el niño a Kardia, viene otro.

La diosa le dio entonces al mencionado el pequeño niño ya limpio y envuelto en una sabana, Kardia tomó al bebé con todo el cuidado del mundo, pero no entendía muy bien que ocurría, el nahuatl aun no sé le daba con tanta fluidez.

Izta repitió el procedimiento con Calvera, recibiendo al segundo bebé, que salió más rápido que su hermano.

—Es una niña— exclamó mientras le cortaban el cordón umbilical.

Kardia reaccionó entonces, miró a la pequeña entre las manos de Izta, niña, había tenido una hija.

— ¡Calvera!— Solamente pudo articular mientras se acercaba a besar a su esposa.

Izta limpio a la bebé y se la pasó a Tozi que la envolvió en una mantita.

—Muy saludable tu hija— resolvio la diosa mientras le entregaba a la cansada madre su bebé. —Mira que han sido bendecidos.

—Los gemelos son una bendición en nuestra cultura— reveló Izta a Kardia. —Los dioses les han bendecido con dos bebés fuertes y sanos.

Ambos padres se miraban contentos, con lágrimas de felicidad, Calvera cogia con amor a ambos bebés.

—La niña se llamará Sophia y el niño se llamará Yul— Anunció Kardia.

—La niña también se llamará Yolotzin es hija de una guardiana, debe tener un nombre mexica— Dictaminó Tozi.

—Así se hará mi señora— dijo Calvera mientras miraba a ambas criaturas. —¿No son hermosos?

—Preciosos— respondió su marido.

—Enhorabuena— felicito Izta mientras se encargaba de limpiar todo.— iré a informar las buenas nuevas.

Se quito el mandil ensangrentado y procedió a salir de la habitación, en la salita de la casa privada de Escorpio, se encontraba toda la orden dorada, así como Athena y el Patriarca.

—Todo ha salido bien— Informó Izta.—Han tenido un niño y una niña saludables.

Un momento de conmoción ocurrió entre todos los presentes.

—Mellizos— exclamó Manigoldo.

—Oh, que buena noticia, —Dijo la diosa del santuario. —¿Como se encuentra Calvera?

—Agotada, pero feliz.

La diosa pasó a la habitación de la pareja mientras Izta aprovechaba para sentarse en una silla, ella también se sentía agotada.

—No falta mucho para que amanezca—Dijo su marido poniendo una silla a su lado y sentándose en ella.

—Aún tengo que hacer la comida de Calvera.

Los Caballeros Del Zodiaco TLC: Encontrando El CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora