Le explicaba a una de sus alumnas como hacer correctamente algunas letras del alfabeto griego, mientras las otras terminaban sus ejercicios.
Ya había pasado otra semana y a pesar de estar tan ocupada, no podía evitar sentirse decepcionada del destino, pues había esperado poder retomar su relación con el Cid. Pero el deber le había llamado y ella maldecía su suerte. Suspiró por enésima vez en la mañana.
Gioca, Serinsa y Agasha miraban a su maestra. Gioca que no sabía nada pensaba que suspiraba por el santo equivocado, Serinsa y Agasha la miraban con pena, pues de lo poco que sabían, ella y el Cid habían tenido una relación estrecha durante la guerra santa y cuando ella tuvo que irse, esperaron mucho para poder reencontrarse. Las tres suspiraron inaudiblemente.
Las clases acabaron y las chicas salían, mientras una hermosa mujer de cabellos negros ingresaba.
-Sabes que no debes sobreesforzarte- dijo la médico.
-Yo lo sé, pero no estoy invalida- se defendió la tabernera.
Izta rió ante su terquedad y la invitó a sentarse.
-¿Como te has sentido?
-Con más sueño, hambre y cansancio- contestó.
-Eso es normal, ya sabes, si te duele algo llamas por mi y corro o vuelo para ir a tu lado.
-Muchas gracias, pero estoy aquí por otra cuestión. Haremos una pequeña fiesta para avisarles a todos que estamos esperando un bebé y estás invitada.
-Pero yo carezco de importancia- exclamó.
-Eres mi mejor amiga eres importante, desde que tu hermano y tú cruzaron la puerta de la taberna de mi padre.
La chica la miró conmovida y se levantó para abrazarla.
-Yo también agradezco nuestra amistad y que siempre te hayas preocupado por mí y por Chimalli.
-¿Entonces vendrás?
-Claro. - respondió entusiasta.
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Se vistió con un sencillo, pero hermoso vestido de lino amarillo, con bordados coloridos, se peinó haciendo dos largas trenzas y se pintó ligeramente los labios. Sin otro accesorio que la medalla que lucia en su cuello.
Subió tranquilamente hasta la octava casa, dentro ya estaban algunos dorados, incluso Albafica, también se encontraba Gioca. Izta les saludó a todos y luego le ayudó a Calvera a repartir bebidas.
Finalmente llegó la diosa Atenea en el menudo cuerpo de Sasha, venía acompañada del Patriarca.
Todos hicieron una reverencia en cuanto cruzaron el umbral de la puerta. Con una seña la joven les indicó que podían erguirse. Kardia y Calvera se tomaron de las manos.
-Gracias por venir- agradeció primeramente el dorado- pues tenemos una buena noticia que darles.
Todos miraban expectantes y fue la diosa quien intrigada habló.
-¿Qué sucede?
La pareja de miró con amor antes de responder al mismo tiempo:
-Seremos padres
Un momento de silencio antes de que todos lanzarán una exclamación de felicidad y se acercaran a felicitar a los futuros padres. Izta se quedó atrás, junto a Albafica. Gioca también miraba todo ajena, pues Manigoldo la había arrastrado a esa pequeña reunión.
Miró como el santo de Cáncer se alejaba del tumulto y se acercaba a su maestra de griego, frunció el ceño cuando el dorado susurró algo al oído de la hispana logrando que la mujer se sonrojara. Gioca desvío la mirada a otro sitio
Izta acaba de pellizcar la mejilla de Manigoldo, pues el idiota le había susurrado que la siguiente sería ella cuando al fin se decidieran ella y el Cid a casarse.
Se fijo en la solitaria figura de Gioca en un rincón y le dijo al dorado de Cáncer que le pidiera que se acercara. Él obedeció y volvió acompañado de la joven.
-Izta- dijo el canceriano - te presento a Gioca.
Izta soltó una ligera carcajada.
-Yo ya la conozco- se explicó. - Soy quien le enseña griego.
-Por ahí hubieras empezado,- reclamó el santo jalando, sin lastimar, una de las trenzas femeninas- así no parecería idiota en este momento.
Ella rió y tomó del brazo de la italiana.
-Yo te enseñaré como se hacen apropiadamente las presentaciones, acompáñame Gioca.
La llevó hasta la pareja, y la presentó, Gioca actuaba tímida al inicio y luego hablaba más animadamente.
Cuando Gioca se retiraba de ahí, luego de que la fiesta terminara, no pudo más que sentirse tonta, ¿Cómo podría ella que no era ni bonita, ni femenina o inteligente, competir con una mujer como Izta?
Se le llenaron los ojos de lágrimas y se metió en la habitación que le habían dado junto a las amazonas. Se acostó en la cama y se durmió después de llorar silente.
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Era la tarde del día siguiente cuando Izta subía por el santuario con la intención de llevarle a Calvera algunas frutas que le habían llevado como agradecimiento y que la médico consideró adecuadas para el estado de su amiga.
Cuando pidió permiso a la cuarta casa, Manigoldo le detuvo, se veía agitado.
-Chiquilla necesito tu ayuda. - le dijo.
-¿Qué ocurre? - preguntó Izta preocupada.
-No sé qué hice, pero Gioca me evade.
La mujer parpadeó varias veces mientras captaba las palabras dichas.
-¿Estás seguro?- Cuestionó.
-Si, lo ha hecho toda la mañana.
-Quizá está ocupada.- Resolvió.
-No sé, hoy me ignoró, pero si pudo hablar con otros. Hubieras visto como me miró.
Izta lo observó acongojada, ¿que podría haber ocurrido? La mujer lo miró con los ojos entrecerrados.
-¿No intentaste nada pervertido? - preguntó sospechando del santo.
-Claro que no- se defendió. La mujer no vio mentira en su interlocutor.
Ambos se quedaron pensativos, sin encontrar las razones por las que la joven sintiera repentinamente aversión por el caballero de Cáncer.
-Quizá es por que espera que la cortejes formalmente- dedujo Izta.
-¿Tu crees?
-Es posible, no se me ocurre otra razón,- pensó unos instantes más antes de sopesar otra posibilidad- o que te haya visto con alguien.
-Pues aunque no lo creas no he salido con nadie desde que ella esta aquí- aseguró él.- la única mujer con la que tengo contacto es contigo.
Ambos se miraron un segundo antes de soltar ambos una sonora carcajada ante lo ridícula que les resultó la idea.
Izta siguió su camino, dejando tras de sí a un pensativo santo, llegó a la casa de Escorpio y la idea de que Gioca creyera que ella y Manigoldo tuvieran una relación ya no le parecía tan descabellada. Pues la italiana no había conocido al Cid y seguramente ignoraba la historia amorosa de Izta.
Pero aquel extraño giro comenzó a maquinar un plan en la mente de Izta. Sonrió maliciosa. Le divertía en sobremanera hacer de celestina.
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Los Caballeros Del Zodiaco TLC: Encontrando El Camino
FanfictionFic de TLC. Una misteriosa joven emprende el camino para encontrar algo sobre su pasado. Llega a Grecia y se ve envuelta en una Guerra Santa. Tal vez en sus manos esté el salvar a más de un caballero dorado. OC y posible Ooc.