Capitulo 14

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Izta sentía el frío viento cortar sus mejillas, a pesar de la ropa térmica que compró llegando y de la capa que le habían regalado, sentía el frío calarle hasta los huesos, Kardia no dejaba de quejarse, mientras que Degel los guiaba tranquilamente.

Las botas de la fémina se hundían en la nieve haciendo un sonidito que le resultaba gracioso, no recordaba haber visto tanta nieve. Subieron una colina encontrándose con un desalentador paisaje. Solo había ruinas de lo que parecía haber sido un pueblo.

Degel estaba visiblemente afectado y se preguntaba si el ejército de Hades tendría algo que ver.

Un sonido silbante se escuchó sobre sus cabezas. Izta sintió como el caballero de Acuario la tomaba por la cintura para esquivar unas lanzas de hielo que salieron de la nada.

Kardia contraatacó a los agresores, descubriendo que no eran espectros, como temían, si no guerreros azules al servicio de Bluegard.

El gobernante de Bluegard llegó entonces, disculpándose por la abrupta bienvenida, pues por ataques recientes se encontraban en alerta máxima.

Degel reconoció al joven regente como su viejo compañero de estudios y su amigo: Unity.

Éste los guió hasta el castillo, mientras les explicaba la situación.

Kardia parecía bastante aburrido por el hecho de que hablaran de libros, Izta aún permanecía en silencio, escuchando atenta.

Entraron a la enorme biblioteca, impresionando incluso al caballero de Escorpio. A Izta le brillaban los ojos de emoción. Degel le había explicado que todo el conocimiento del mundo se encontraba ahí.

-Unity- llamó Degel a su amigo.- puedes permitir que esta joven busque información sobre su antigua cultura. Ella viene de la Nueva España.

Izta hizo una reverencia.

-Por supuesto, - Respondió él - si lo que buscas son datos sobre las culturas del nuevo mundo puedes encontrarla en aquella sección,- dijo señalando un enorme pasillo.

Izta le agradeció y encaminó sus pasos hacia allá.

Los tres varones siguieron con su misión.

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Izta se encontraba sola en la inmensa biblioteca, leyendo algunos libros que encontró que hablaban de las antiguas civilizaciones y el proceso de conquista.

Estaba entretenida, sin ser consiente del tiempo, hasta que la temperatura comenzó a bajar también en aquel lugar.

Se colocó la capa sobre sus hombros. Aún podía detectar el aroma del Cid impregnado en la femenina prenda. Suspiro al recordar lo que había pasado entre ellos y como sentía cierta afinidad con el caballero de la décima casa.

Se preguntó que clase de afecto podía sentir por él. La palabra amor pasó fugaz por sus pensamientos, más ella sacudió la cabeza.

No podía enamorarse, ella tenía un deber. Él tenía un deber. Los caminos de ambos quizá no podrían seguir juntos, una vez que la guerra santa acabará ella debía seguir su viaje o volver a casa.

Se acaricio los labios, pensando en lo mucho que iba a extrañar Grecia, y a todos ahí.

Un dolor en el pecho, como si algo malo fuera a ocurrir, la hizo levantarse de su sitio y se dirigió a donde estaban los sellos de Atenea. Justamente donde los varones habían desaparecido.

Pero no se atrevió a entrar. Simplemente rezó, para que ellos volvieran con bien.

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Kardia luchaba contra Radamanthys   sentía su corazón arder por toda energía usada en la batalla.

Recordó el frasco de Izta, pero el sentía que aún podía seguir con la pelea.

El enfrentamiento terminó con la derrota del juez del infierno y un maltrecho Kardia que sentía como el fuego consumía su corazón. Sacó el frasco de su armadura y bebió de golpe el espeso líquido, sabía raro, pero no de manera desagradable.

Se dejó caer de rodillas mientras sentía como el fuego en su interior se apagaba. Recordó a Calvera, a Sasha y a Izta, definitivamente se desenvolvía entre puras chicas extrañas. Sin más, se dejo llevar por la inconsciencia.

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Degel detuvo sus pasos al sentir que el cosmos de ambos guerreros desaparecía.

Sintió pena por su amigo Kardia, pero debía continuar, para que su muerte no fuera en vano. Grande sería su sorpresa al encontrar el cuerpo inconsciente de Pandora en el piso del palacio de Poseidón.

Más impresionante fue descubrir a su amigo Unity vivo, pues él mismo fue testigo como el Juez de Wyvern le había atravesado el pecho. Pero lo más increíble era el hecho de que portaba una escama de General Marino. La escama del Dragón Marino.

Le pidió explicaciones a su amigo, y este reveló que desde hacía tiempo servia a Poseidón y que pronto gracias al conocimiento y al poder del dios, Bluegard gobernaría sobre toda la tierra.

Degel no reconoció a su viejo amigo en aquel ser ambicioso, miró con horror el recién revelado cuerpo inconsciente y suspendido de la señorita Seraphina.

-Ella será el nuevo receptor de Poseidón una vez que destruyas el sello de Atenea. - Informó Unity.

Con el corazón roto, Degel se dispuso a combatir a su compañero de antaño. La lucha rápidamente se desató, ambos se atacaban con todo lo que tenían mientras intentaban razonar con el otro.

Degel logró vencer, y derrotado Unity reveló como la muerte de su hermana, esa que consideraban el sol de aquellas gélidas tierras, que había sucumbido  en la enfermedad, y que  él al mismo tiempo, buscando como salvarla, se dejó cegar por el poder.

Se disculpó ante el caballero de Acuario y se dispuso a entregar el oricalco de Poseidón, para así lograr salvar la Tierra.

Pero Pandora tomó el objeto entre sus manos e intento destruirlo, logrando solamente desatar la furia de Poseidón que se dispondría a destruir Atlantis y el mundo entero.

Seraphina fue envuelta por el poder del emperador de los mares y comenzó a formar un maremoto, Pandora trató de detenerla, siendo derrotada por el ataque defensivo del cosmos de Poseidón.

Degel le pidió a Unity que llevara al oricalco y a la joven que dejó en la biblioteca hacia el santuario, mientras que él detenía aquel desastre.

Con el pesar de su corazón, Unity se dispuso a cumplir la última voluntad de su amigo de la infancia. Salió de allí dejando al caballero de Acuario para enfrentar su fatídico destino.

Las salvajes olas le alcanzaron, haciéndole estrellarse contra las paredes del palacio submarino, sintió que alguien le ayudaba y lo sacaba de ahí, luego todo se volvió negro.

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Izta paseaba ansiosa por los pasillos de la biblioteca. Se había entretenido un rato con libros de botánica, medicina y astrología. Pero su mente estaba dividida y miraba cada cinco o diez minutos en dirección a la entrada con sellos.

Un fuerte sonido seco y metálico, hizo que dejara los libros y se encaminara a hacia el sitio. Fue grande su sorpresa al encontrarse a dos hombres heridos, Kardia y Unity.

Rápidamente se aproximo a ellos, Kardia la miraba sin su habitual alegría.

-¿Qué sucedió? ¿Dónde está el señor Degel? - preguntó asustada.

-Fuimos atacados, no se que sucedió con Degel, pero no puedo sentir su cosmos.

Izta lo miró llorosa, mientras intentaba hacer reaccionar a Unity. Comenzó a sollozar mientras le daba al regente una fórmula para que recuperará la consciencia.

Los Caballeros Del Zodiaco TLC: Encontrando El CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora