Simon y Lucy (en edición♡)

Capítulo 30: "Deckard y los Beyonders"

Después de una corta vida de atracos y aventuras espaciales llenas de peligros, tesoros, locura y música cool, el Capitán Deckard, alguna vez conocido como Kerouac y aún más recordado como el Niño Brujo, toma la decisión de unirse a la guerra que atormenta sus sueños... No sin antes tener una breve batalla en contra de la Corporación HEX que sigue sus pasos por la "vandalización" de uno de sus androides... Ridiculo. 

Pero el Capitán Deckard no está solo... Lo acompaña su leal tripulación: 

Topher, un mapache obeso con la voz de Benedict Cumberbatch, mascota, amigo, y el mejor piloto de toda la galaxia. Experto en maniobras evasivas y el lenguaje soez. 

Chiro 17, un ex ingeniero de la Corte Carmesí, y realmente solo está ahí para reparar la nave, operar las armas, y añadir uno que otro gadget, como el portavasos. Es el más inútil y prescindible de la tripulación. 

Ahora la tripulación del Beyonder, los Beyonders, se dirigen a un remoto planeta llamado Karsus, donde se encuentra el mercado negro más grande en más de seis sistemas solares. Su misión es reparar la nave de los daños sufridos en la batalla, conseguir armas y municiones, y finalmente unirse a la guerra para vengar a su planeta natal...

—¿Puedes dejar de hablar mientras miras por la ventanilla? —le pregunta Chiro a Deckard—. Estamos a punto de arribar a Karsus con un 70% de daños, y aún nos siguen cientos de naves de la Corporación HEX. No es momento para tus locuras, Deckard. 

—Tengo que hacer una introducción —se excusó, encogiéndose  de hombros—. Pero por más que odie admitirlo, tienes razón. Es mejor una entrada con una gran canción de fondo... Gran idea. 

Dijo Deckard y después activó la música con el reloj gadget que había creado Chiro. 

Al descender a la superficie del planeta se sorprendieron con la altura y magnitud de las edificaciones. Una gran corriente de naves que sobrevuelan de un punto a otro, siguiendo todas algún camino imaginario.   

—Dime que sabes dónde aterrizar —le preguntó Chiro a Topher, mientras observaba el tránsito de naves espaciales. 

—Sé dónde aterrizar —respondió—. En realidad no. Estoy mintiendo. 

—Es un planeta de maleantes —dijo Deckard—. Podemos aterrizar donde sea.

Al final dejaron la nave en un callejón mugriento sin salida, lleno de basura y ratas alienígenas que vomitan ácido azul; Deckard queda tan fascinado con esas criaturas que decide llevarse una y guardarla en su bolsillo.

—¿Crees que está segura la nave ahí? —preguntó Chiro no muy convencido con el callejón—. Si la Corporación HEX la encuentra no podremos salir del planeta...

—Podemos robar otra nave —respondió Topher.

—Tienes que confiar en tu Capitán —le dijo Deckard, alzando el cuello de su rimbombante capa—. O te arrojaremos por la borda...