Capítulo 24: "Templo Lunario"

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SIMON 

Tras un fuerte estallido ensordecedor que rompió el cielo en una explosión de luces, mi cuerpo se fragmentó, y reapareció en otro lado. En algún otro punto en el universo. 

Seguido de eso empecé a sentirme mareado. Nunca antes había sido transportado a través del espacio de esa forma, al menos no recordaba algo así; me tomó unos minutos volver a la normalidad, retomar el equilibrio para caminar, y buscar respuestas a todo lo que Keobard había dicho. 

Según las notas del Grimorio, me encontraba en Nerra, la segunda luna de Avalon

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Según las notas del Grimorio, me encontraba en Nerra, la segunda luna de Avalon. Un paraje inhóspito, y frío, ajeno a la luz de los iluminados. Era un lugar en realidad frío, ni siquiera el suéter de The Beatles podía protegerme. Aún así, era mejor que nada.

Entre kilómetros de eriales rocosos y oscuros, una estructura piramidal prominente, de piedra negra brillante, se alzaba por pocos centímetros sobre el nivel del suelo, y se mantenía ahí, suspendida, girando muy lentamente sin apartarse del sitio en el que la habían construido. Aquella estructura era el Templo Lunario. 

Al aproximarme dando grandes saltos pude observar de mejor forma el intrincado diseño que poseía el templo; finos gravados decoraban a cada uno de las negras piedras que conformaban la pirámide invertida. No era escritura de los iluminados. Era algo distinto.

Antes de entrar al templo me aferre con fuerza a la empuñadura de la espada de Lucy; ella había conseguido otra, así que no le importaría que la tomara. O eso pensé al momento de tomarla.   


El interior parecía ser menos oscuro que el exterior, se valía de la tenue luz del sol para ilumiarse por dentro ; el suelo era una lisa piedra rojiza, la cual se extendía por todo el lugar formando extraños símbolos con la variedad de tonos; en las paredes yacían grandes rombos de vidrio polarizado con los que se podía tener una vista perfecta al gran planeta de Avalon. 

Una fina capa de polvo cubría todo el lugar. Un templo lunar de miles de años abandonado, sin nadie para limpiar. El Grimorio no me ofrecía más información, se limitaba a marcar la ruta del gran salón, en el centro del templo. Solo eso. Y, mientras me dirigía hacía allá, no paraba de preguntarme las razones por las que alguién construiría un templo en la oscura luna de Avalon. No puedo imaginarme a nadie meditando para conectarse con la luz en un sitio como este. En realidad, parece haber sido utilizado para hacer todo lo contrario... 

El gran salón, o salón principal, era una habitación de forma triangular (como todos los demás cuartos). El techo estaba opacado por un gran vitral de colores vivos, que proyectaba una resplandeciente luz gracias a un elaborado mecanismo de reflexión. Cuando digo "un gran vitral" hablo de, en verdad, un gran vitral. En él se formaban distintas figuras de personas y sucesos que, imagino, son parte de la historia de Avalon. Sin embargo, en el centro de todas esas figuras estaba un chico joven, sentado en un trono rojo, con una corona de tres diamantes; en una de sus manos tomaba el Grimorio, y con la otra, se aferraba a la mano de otro sujeto que permanecía a su lado. 

Simon y Lucy (en edición♡)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora