Simon y Lucy: "La Llegada"

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Recién amanecía. 

La luz de tres distantes soles brotaba en el desolado horizonte de Corundum, una gigantesca luna desértica, con miles y miles de kilómetros de arena roja escarlata; muchos iluminados le conocían como la Luna de la Arena Roja, o simplemente como la Luna Roja. En aquel páramo inhabitado yacían antiguas construcciones, templos sagrados pertenecientes a una legendaria orden de guerreros y héroes: los Caballeros de Hierro. Ahora se encontraba en silencio, abandonado; el Gran Templo, cubierto por una ligera capa de arena roja debido a las habituales tormentas nocturnas de arena. 

Era casi poético que el Alto Mando haya decidido emplear aquel sitio para la batalla; el sitio que alguna vez vio nacer leyendas... 


En el cielo los tres distantes soles se alzaban, imponentes... Sin embargo, la luz de uno de ellos se fue eclipsando lentamente, oscureciendo parcialmente las arenas de Corundum. Una sombra circular. La Corte Carmesí acercándose, acompañada del siniestro sonido de los motores de su titánica nave. Pronto, el silencio abandonó por completo a la desolada Luna de Arena Roja.



LUCY 

Desde que mamá y papá se fuerón, los problemas en Isla Refugio habían empezado a frecuentar. Era como si el mal pudiese sentir lo desprotegida que se encontraba la isla sin ellos. Claro que, no se encontraba desprotegida tal cual, el resto seguíamos aquí. 

En tan solo unos días ya nos habíamos encargado de mantener a raya cada una de las amenazas: una rebelión de tres vampiros dramaturgos, algunos casos sobre fantasmas y, lo más reciente, un nuevo ataque a Monte Dragón por parte de los gnomos hada. Esas criaturas en realidad que no sabían cuándo darse por vencidas, en ésta ocasión venían acompañadas con varias manadas de lobos triopes, quienes seguramente se habían unido a la causa solo por alguna falsa promesa de comida (ilusos). De cualquier forma, eso no nos intimidaba demasiado, teníamos a Adam, Joy, y su mascota, Grables. Además del apoyo de los deerian, que habían decidido intervenir para ayudarnos con la diminuta invasión.

Puede que los gnomos hada no representen una gran amenaza, ni siquiera son poderosos en realidad. Pero debes creerme cuando digo que son muchos. Esa era su principal ventaja sobre nosotros... 


—¿Pueden creer que todo esto sea por un estúpido libro? —dice Simon, resguardandose tras la trinchera que construimos alrededor de Monte Dragón. 

—Es más que un libro —le contesta Adam, frunciendo el entrecejo—. Y es peligroso en manos equivocadas... aunque sean unas pequeñas manos. Ustedes me entienden. 

Por suerte, Monte Dragón es una fortaleza en sí misma, inmune a cualquier clase de maleficio e impenetrable, con algunos cañones de energía repartidos por toda su estructura. 

—No dejarán de venir —dijo Pavel, justo cuando se alzaba para lanzar un rayo de luz sobre uno de esos gnomos con armadura. 

—Creo que es un buen momento para usar nuestro comodín —sugirió Henry, causando que todos nos volviéramos a él; sacudió la cabeza para quitarse unos escombros del cabello—. Saben lo que quiero decir... 

Sí. Todos lo sabíamos. Pero era arriesgado... y nadie quería preguntarle a Simon si deseaba convertirse en un monstruo para barrer con los gnomos... más que nada porque él no se negaría. Además, yo no estaba dispuesta a dejar que lo lastimaran al transformarse.

Simon y Lucy (en edición♡)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora