Apariencias

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La mañana llegó con rapidez; Hinata iba a incorporarse pero sintió la presencia de alguien más a su lado y entonces, recordó. Sarada se había quedado con ella lo que restó del día anterior; cenaron juntas y pasaron un momento agradable hasta que, adentrada la noche, notó como la pequeña Uchiha se había quedado dormida con medio cuerpo recargado en la cama.

Flash Back

Esperó un poco, pensando que Sakura llegaría y se llevaría a descansar a su hija pero, pasaron las horas y nadie más que la enfermera entraba a revisarla de vez en cuando. Acarició un poco la cabeza de Sarada y notó como sonreía; su corazón se estrujó, ¿cómo podía Sakura abandonar de ese modo a su hija? Suspiró y pensó en Naruto; una sonrisa llena de amargura apareció en su rostro "Hasta en eso, Sakura-san y Naruto-kun, se parecen" pero, esos pensamientos fueron interrumpidos por unos sonidos provenientes de la pequeña Uchiha.

La miró preocupada; tenía el ceño fruncido y parecía que estaba en medio de una pesadilla pues balbuceaba algunas palabras incomprensibles. Hinata trató de despertarla pero no funcionaba. Como pudo, cargó a la pequeña Uchiha para subirla a la cama y la acomodó junto a ella; en automático, Hinata quedó rodeada por sus pequeños brazos. La expresión de Sarada cambió, se veía más tranquila y aún entre sueños, escuchó un pequeño suspiro: "Mamá"

Por alguna razón, le gustó cómo la pequeña Uchiha la llamó; pensaba que tal vez era porque extrañaba a sus hijos y escuchar un "Mamá" la tranquilizaba un poco pero, no era tonta. Sabía que sus hijos estaban a salvo e incluso, luego de que Boruto se fuera tras Sasuke, Himawari había llegado junto con su padre y Hanabi para ver cómo estaba. La verdad era que Sarada se había convertido en su segunda hija; de hecho, en alguna de las ocasiones cuando llegaba a quedarse en su casa, la consentía igual que a sus hijos. La quería tanto como a sus pequeños, sólo que había una preocupación que la agobiaba, y esa era Sakura.

Suspiró mientras acariciaba suavemente la cabeza de Sarada; se acomodó con cuidado en la cama sin separarla de su lado y la abrazó "Nunca vas a estar sola Sarada, lo prometo" susurró; le dio un beso en la frente y al poco tiempo, ambas cayeron en un profundo sueño.

Fin del Flash Back

Sarada comenzó a moverse pues el sol le estaba dando de lleno en la cara; no recordaba haber vuelto a su casa así que abrió los ojos abruptamente y se encontró rodeada de unos finos brazos. Al principio pensó que era su madre, ya que el calor que desprendía y la seguridad que la rodeaba sólo la hizo pensar en ella pero, al levantar un poco la mirada, se encontró con una cabellera azulada.

- ¿Hi-Hinata-san? –susurró, sorprendida.

- Buenos días Sarada –sonrió pero la pequeña Uchiha la miraba algo intrigada, por lo que deshizo el abrazo y dejó que se incorporara, no quería que se molestara con ella y mucho menos hacerla sentir incómoda–. Pe-perdona Sarada-chan, e-es que anoche te notabas incómoda y n-no quería dejarte así –Hinata se sorprendió por el modo en que contestó, hace años que no tartamudeaba de esa manera.

La pequeña Uchiha negó con la cabeza y sonrió, algunas lágrimas comenzaron correr sobre sus mejillas; estaba confundida, pues ese sentimiento de calidez no emanaba de su madre sino de la esposa del Hokage aunque, a la vez estaba feliz porque, por un momento sintió el amor desinteresado así como la atención de una madre.

Hinata se asustó al ver a Sarada derramar lágrimas, se acercó algo temerosa pero la reacción de la pequeña Uchiha la sorprendió; le había abrazado nuevamente pero ahora totalmente consciente. Su corazón se llenó de felicidad al sentir que Sarada, muy en el fondo, la apreciaba.

- Gracias Hinata-san –susurró mientras se aferraba a ella.

Hinata se sentía plena hasta que ese íntimo momento fue interrumpido por la persona a la que había estado esperando desde antes de que todo se volviera un completo caos.

Lady UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora