Lady Uchiha

Búsqueda

- Hinata –dijo, tratando de recuperar un poco el aliento al estar frente a la puerta de la ojiperla.

- ¡¿Sasuke-kun?! –se alarmó un poco al verlo tan agitado, pensó que estaba herido o que buscaba desesperadamente a Naruto por algún asunto importante–Sasuke-kun, disculpa pero si buscas a Naruto-kun, debe estar aún en la Torre del Hokage.

- No, no vengo por él –decía mientras tomaba una gran bocada de aire y se recomponía. Se tranquilizó un poco ante la mirada expectante de Hinata pero, al observarla más atentamente, se dio percató de que la ojiperla había estado llorando pues aún tenía rastros de lágrimas sobre sus mejillas–¿dijiste que Naruto no está aquí?

- No, él sigue en la Torre del Hokage pero, si no vienes a verlo ¿en qué puedo ayudarte? –dijo Hinata algo confundida por el cambio del Uchiha.

- ¿Por qué llorabas? –preguntó en el mismo tono monótono que lo caracterizaba pero, por sus gestos, la ojiperla notaba que el azabache se había ¿preocupado?

- ¡¿Eh?! –en el rostro de Hinata apareció un gesto de sorpresa y retrocedió un poco, limpiando las posibles lágrimas que la delataron– No, no es nada, no te preocupes –le contestó y trató de desviar la atención a la razón por la que el Uchiha estaba frente a su puerta–. Sasuke-kun, si no hay nada en lo que pueda ayudarte –se acercó a la puerta, dando a entender que la cerraría mientras hablaba con la poca fuerza que tenía pues no le gustaba ser descortés con nadie.

- Yo no te pregunté eso, ahora responde ¿por qué llorabas Hyuga? –decía Sasuke, golpeando un poco la puerta para que Hinata la soltara y desistiera de la idea de cerrarla, además de que su tono de voz subió un poco, sorprendiéndola aún más.

- No es, no e-es de su incumbencia U-Uchiha-san –le contestó la pequeña Hyuga, quien se encontraba nerviosa y evitaba la mirada del azabache "¿Por qué me pasan estas cosas a mí?" pensó la ojiperla mientras trataba de armarse de todo el valor para encarar al Uchiha, imponente y molesto frente a ella–. Si me disculpa, mi-mis hijos me esperan.

- Mientes, todas las luces de la casa están apagadas menos esta, si hubiera alguien despierto no me hubiera acercado –Hinata se sorprendió más ante la contestación del Uchiha ¿acaso estaba esperando precisamente este momento?–. Sino vas a contestarme sobre lo primero que te pregunté al menos respóndeme esto ¿ha estado contigo Sarada? –preguntó el Uchiha, tratando de ocultar su molestia.

- ¿Sarada? –susurró Hinata y sintió como una fría corriente le recorría el cuerpo, todo el dolor que había sentido antes de que el Uchiha apareciera estaba siendo sustituido por una creciente y muy fuerte preocupación, cosa que no pasó desapercibida por el azabache–No, no la he visto desde que se fue contigo.

- Mierda –susurró el Uchiha ante la contestación de la Hyuga, tenía la leve esperanza de que estuviera con ella al no encontrarla, luego de que lo dejó en aquella cafetería; quería darle tiempo y espacio pero, cuando pasó el primer día sin verla ni sentir su presencia, comenzó a preocuparse. 

Se giró e iba a emprender de nuevo su búsqueda pues no era normal no sentir la presencia de Sarada, y por muy buena que fuera en el manejo de chakra, no podía esconderse del Sharingan. Apenas dio el primer paso, sintió una mano sobre su antebrazo que lo hizo girar y darse cuenta de la preocupación que emanaba la Hyuga, además de una mirada que pintaba un poco de molestia.

- Uchiha-san ¿cómo es que no sabe dónde está Sarada? ¿Qué pasó?

- No es de tu incumbencia Hyuga –dijo molesto y soltándose de su agarre de manera brusca.

- Claro que es de mi incumbencia además, sino la has encontrado entonces debe ser grave–creó un clon de sombra, le dio indicaciones de quedarse y cuidar de sus hijos mientras salía de su casa–, iré contigo –le dijo al Uchiha, mirándolo decidida.

- Sólo serás un estorbo –le espetó, tratando de detenerla pero, falló.

- No lo seré además, soy una de las mejores rastreadoras del mundo ninja. Nadie mejor para encontrar a Sarada que yo –dijo, tratando de defenderse ante el desprecio del Uchiha, además de darse ánimos a sí misma.

El Uchiha suspiró y dándole la espalda sólo soltó un "Espero que me sigas el paso porque no voy a detenerme por ti" Hinata asintió y se fueron saltando sobre los techos; mientras él activaba el Sharingan, ella ya estaba buscando a la pequeña Uchiha con el Byakugan.

Pasaron algunas horas y la desesperación de ambos portadores de diferentes Kekkei Genkai iba en aumento, ninguno lograba encontrar a la pequeña Uchiha. Sasuke pensaba en alguno de sus enemigos que lo quisieran ver muerto aunque, con su historial, no sabía ni por dónde comenzar; por otro lado, Hinata  pensaba en algún enemigo o simple caza recompensas que estuviera en busca de Kekkei Genkai únicos que pudiera intercambiar o vender en alguna otra aldea, por lo que era más fácil pensar en alguna aldea enemiga como la del Sonido, que antes la había atacado.

- ¿Aún nada Hyuga? –preguntó impaciente el azabache.

- Desde donde nos encontramos, en un radio de 1km, no hay nada –contestó, viendo hacia todos lados–. No está en ninguna parte de la aldea.

- Mierda ¿en dónde te metiste Sarada? –maldecía el Uchiha. Sin embargo, a Hinata se le ocurrió un lugar donde ni siquiera se habían acercado a buscar.

- Sasuke-kun ¿hay algún lugar donde no se nos ha ocurrido buscar? –preguntó Hinata, tratando de meterle alguna idea al desesperado Uchiha que tenía a lado.

- No, ya revisé toda la jodida aldea desde ayer y no la encontré, incluso salí y rodeé algunos puntos donde ella solía entrenar y no hay nada –decía al borde de la ira y desesperación–¿por qué, tienes alguna idea? 

- Pues –contestó dudosa–, no hemos ido al bosque.

- ¿Qué parte de recorrí toda la estúpida aldea no entendiste? 

- No me refiero a eso ¿recuerdas dónde entrenábamos? Ese lugar está bastante lejos de la aldea, e incluso para alguien que conoce bien el bosque, puede llegar a perderse –lo miró entre temerosa y algo esperanzada de que esa idea no le sonara absurda al Uchiha.

Y al parecer no fue así pues Hinata pudo notar en su rostro un atisbo de esperanza lo que le sugería que no se había adentrado bien en el bosque pensando que a los chicos de esa generación, al igual que los de la suya, no se acercaban a ese tipo de lugares y que preferían los campos de entrenamiento. Se comunicaron a través de una mirada y desaparecieron a una velocidad sorprendente ante la ansiedad de poder encontrar en ese lugar a la pequeña Sarada.

Al comenzar a acercarse al bosque, Hinata volvió a activar su Byakugan, obligándose a sí misma a superar aún más su visión hasta que, a no más de un kilómetro y medio, logró divisar varias redes de chakra asumiendo que había algún tipo de lucha por la velocidad con la que se movían. Su gesto se distorsionó a uno de desesperación y angustia aún mayor, cosa que no pasó desapercibida por el Uchiha.

- ¿Que pasa Hyuga, la encontraste? –le preguntó Sasuke, preocupado.

- No estoy segura, a un kilómetro y medio puedo ver varias redes de chakra pero no puedo distinguir muy bien de quién se trata, parece una pelea –contestó con algo de angustia en su voz.

Sin dudarlo, Sasuke se acercó hasta Hinata y, tomándola por la cintura, activó su rinnegan para transportarse más rápido hasta ese lugar que ya conocían muy bien.