Lady Uchiha

Paseo

Por un instante, la ojiperla pudo olvidar todos los problemas que la habían estado agobiando. Sólo se concentró en disfrutar de la compañía de aquellos en los que, de verdad, podía confiar. Kiba y Shino eran más que sólo amigos; Hinata los consideraba, al igual que a Neji, sus hermanos.

- Ehm, Kiba-kun ¿cómo está Akamaru? –preguntó la ojiperla, luego de darle un pequeño sorbo al té que le habían llevado.

- ¡Bien! Se lastimó durante la misión pasada pero ahora está mejor –contestó aún con la boca llena.

- Kiba, deberías ser más atento a esos malos modales que tienes –decía Shino mientras ajustaba sus gafas.

Hinata reía divertida por las pequeñas peleas en las que se veían envueltos Kiba y Shino. Los tres estaban disfrutando de un rato agradable cuando, de la nada, Hinata sintió un escalofrío recorrer su espalda. Era como si alguien estuviera mirándola de una manera tan intensa que podía sentir sus ojos clavados en la espalda.

Rápidamente, giró un poco su cuerpo para mirar detrás de ella; se sentía agitada y nerviosa pero, se dio cuenta de que no había nadie mirándola.

- ¿Pasa algo Hinata? –preguntó Shino al ver la manera en la que su amiga había volteado, parecía asustada.

- ¡¿Eh?! No, no Shino-kun –decía mientras trataba de controlar a su agitado corazón, respirando lentamente–. Fue sólo mi imaginación.

- ¿Imaginación? –repitió curioso, eran pocas las veces en que Hinata había demostrado miedo ante su "imaginación". Para ellos, Hinata siempre se la pasaba "en las nubes" pero Shino jamás la había visto reaccionar de esa manera luego de que alguien, o algo, la sacaran de sus ensoñaciones– ¿estás segura?

- Shino, deja de molestarla, ya sabes cómo es –decía Kiba mientras pasaba un brazo por sus hombros para abrazarla–. Siempre en las nubes ¿no, Hinata? –Hinata rió algo nerviosa pero, ahí estaba otra vez, ese sentimiento agobiador.

- Déjala ya, la estás incomodando –suspiró Shino.

- Nada de eso –la atrajo más hacia él y depositó un beso en su cabeza– Hinata es –el ambiente tranquilo del lugar se vio interrumpido por el abrupto sonido de objetos cayendo.

Los tres giraron para ver qué era lo que había sucedido pero sólo notaron que, fuera de aquel establecimiento, algunas personas se encontraban recogiendo un puesto que "accidentalmente" había colapsado.

Kiba y Shino no le dieron mucha importancia pero Hinata se encontraba aún más nerviosa, acaso ¿la persona que la observaba, se encontraba oculta ahí?

- Uff~ Bueno chicos, tengo que irme –dijo Kiba mientras se levantaba y dejaba su parte en la mesa.

- ¿Vas con Tamaki? –preguntó Shino haciendo que Kiba se sonrojara de la misma manera que Hinata solía hacer.

- ¡Oh! Dale mis saludos a Tamaki-san –sonrió Hinata.

- Sí, sí ¡no-nos vemos! –decía el Inuzuka, completamente sonrojado y agitando su mano en forma de despedida mientras salía del local.

Shino y Hinata rieron al ver el comportamiento de su amigo y, luego de un rato más, ambos salieron también del lugar.

- Parece que Kiba no está muy bien enterado de lo que pasa en la aldea últimamente –comenzó a hablar Shino, mirando de reojo a su amiga. Hinata se tensó un poco–, pero yo sí y, creo que sabes a lo que me refiero ¿no, Hinata? –la ojiperla asintió con la cabeza, sin mirarlo– ¿Todos están bien? El día del atentado fui a ver a Shikamaru pero me dijo que, por ahora, deberíamos ignorarlo porque no era nada grave pero, te conozco y sé que algo no anda bien.