Clan Hyuga (Parte I)

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Hinata caminaba pensativa entre las calles de Konoha, no podía sacarse de la cabeza la 'conversación' que había tenido con Sakura hacía menos de una hora.

Flash Back

- ¿En serio? Eso ya lo veremos –sonrió confiada–, no creo que Naruto o tu familia se pongan muy felices luego de saber lo que pasó el día de tu boda con el Kazekage.

Hinata la miró aterrada, si alguien llegaba a enterarse de ese pequeño incidente, seguramente quedaría estigmatizada para siempre y lo que menos quería es que sus hijos, su clan y la aldea pensaran de una manera errónea.

- Sakura-san, eso fue un accidente y lo sabes, además. . .

- Ahórrate las excusas –sonrió altaneramente la pelirosa al interrumpirla–¿a quién crees que le van a creer luego de que todo esto se dé a conocer? ¿A la ex-esposa del Hokage, que seguramente hizo algo para que el héroe del mundo ninja actuara de esa forma?

Hinata la miró asombrada y herida ¿cómo es que habían llegado hasta ese punto luego de haber compartido una muy estrecha 'amistad'? En verdad, le dolía siquiera recordar todos los momentos que lloró en su hombro, todas las risas gastadas, todos esos abrazos y consejos que, según la ojiperla, habían salido de la única mejor amiga que había tenido en toda su vida.

- Espero que hayas comprendido Hinata–comenzó a caminar hacia la puerta y, antes de salir, giró un poco, mirando de reojo a la peliazul–. Tal vez es sólo cuestión de tiempo pero, aun así, será mejor que también mantengas tu distancia de Naruto.

Fin del Flash Back

"Sakura-san" suspiró mientras llevaba la mano derecha hasta su corazón. Tanto dolor, tanta tensión y decepciones en tan poco tiempo, ni siquiera debía ser humanamente posible. "Tu vida, ya no es, tan solo tuya. . ." Hinata paró su andar de golpe, aquellas palabras dirigidas a Naruto ahora resonaban en su cabeza.

Un nudo en su garganta comenzaba a formarse, el simple recuerdo de su tan amado hermano y aquellas últimas palabras estaban siendo la gota que lograría derramar el vaso en su interior, la última gota que tal vez, decidiría el rumbo de su vida. Las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos, la vista se le nublaba debido a ello y poco le importó haberse quedado en medio de la calle, apretando fuertemente sus manos contra su pecho "Neji-niisan, yo. . ."

Ya no lo soportaba, ya no tenía fuerza para seguir fingiendo; el confirmar que Naruto jamás la amó y descubrir que su mejor amiga se había encargado de destruir la poca confianza que tenía en sí misma, terminó acabándola. Se sentía derrotada y estaba dispuesta a dejarse caer pues, según ella, ya no había nada por lo que debía luchar; su vida había terminado de una manera tan abrupta y despiadada que ni siquiera entendía por qué se metió entre Sasuke y Naruto, lo mejor hubiera sido que acabaran con ella en vez de dejarla así, agonizante.

- ¡Mamá! –Hinata se sobresaltó al escuchar un par de voces que, poco a poco, se iban acercando. Giró algo temerosa de que todo aquello fuera una alucinación, un juego bastante sucio por parte de su mente debido al estrés–¡MAMÁ, MAMÁ! –poco le faltó para terminar en el suelo, aquellos niños se habían lanzado contra la peliazul y la habían rodeado con sus brazos, dejándola algo impactada y a la vez, mucho más frágil.

- Mamá, estábamos muy preocupados –se aferraban a la peliazul y ella podía sentirlos temblar un poco por la fuerza que ejercían para no soltarla–¿Por qué Shikamaru no nos dejó regresar a casa 'ttebasa?–ambos, al no recibir respuesta por parte de la ojiperla, levantaron la mirada para saber qué ocurría–¿Ma-mamá?

- Bo-Boruto, Sa-Sarada –susurró con un tono entrecortado y algo débil mientras los observaba, ahora comprendía las palabras de su primo "Mi vida, ya no es tan solo mía, porque. . ." No pudo evitar sonreír y dejarse llevar por el sentimiento de calidez que esos pequeños le generaban, ahora veía las amenazas de Sakura como algo insignificante a lado del amor que les tenía a los tres–. Porque, los tengo a ustedes–susurró mientras se arrodillaba para quedar a la altura de su pequeño rubio y su linda ojinegra, los abrazó con la misma fuerza con la que ellos habían llegado; trató de transmitirles la paz que ahora sentía al tenerlos entre sus brazos y no pudo evitar derramar algunas lágrimas mientras se hundía en los hombros de ambos "Gracias, Neji-niisan"

Lady UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora