Sorpresa

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Hinata comenzó a abrir los ojos, estaba algo desorientada; sentía cómo su cabeza no paraba de dar vueltas y su cuerpo se sentía algo adormecido. Talló sus ojos con letargo y trató de incorporarse pero una fuerte punzada en el abdomen hizo que cayera rendida de nuevo sobre la mullida cama.

"¿Qué?" pensó confundida por el dolor. Nerviosamente, pasó su mano por la parte que lo había provocado y sintió el vendaje rodear su cuerpo "¿Qué pasó?" se preguntaba ansiosa y, como si de una palabra clave se tratara, aquel pensamiento hizo que recordara todo lo anteriormente sucedido.

"¡Niños!" susurró desesperada, trató de volver a incorporarse cuando sintió un peso extra sobre su hombro que la obligó a volver a su posición inicial. Suspiró sorprendida por el dolor, haciéndola posar su mirada sobre lo que lo había provocado.

- No te muevas Hyuga –escuchó y confundida, trató de enfocar su mirada sobre la persona que la había detenido y llamado por su antiguo apellido–. Estás en el hospital.

- ¡Sa-Sasuke-kun! –exclamó sorprendida de verlo en la habitación. Él se encontraba de pie, a lado de la cama, mirándola seriamente– ¡Sasuke-kun, ¿dónde están mis hijos?! ¡¿Dónde está Sarada?! –comenzó a cuestionar impaciente pues lo último que recordaba era que dos ninjas iban acercándose a ellos y no quería imaginar lo que les pudo haber sucedido si ella no había ido en su ayuda.

- Ellos están bien, los envié a la Torre del Hokage para que no molestaran aquí –dijo con su tono serio y monótono de siempre.

- ¿Y el ataque? ¿Qué pasó con los ninja? –preguntó angustiada, pensando que la aldea seguía en peligro.

- El ninja con el que luchaste está siendo interrogado –contestó sin mayor interés el Uchiha.

- ¿Y los demás? –insistió Hinata

- Muertos –soltó como si nada.

Su respuesta tan tranquila la sorprendió aún más; no cabía duda de que lo que ella había tardado en vencerlos, seguramente el Uchiha lo había hecho en segundos. No sabía si sentir alivio o angustia; estaba feliz de que sus hijos y Sarada estuvieran a salvo pero, ¿cómo había llegado ella hasta ahí? ¿Quién la salvó? ¿Esa persona estaba bien? Estaba dispuesta a seguir interrogando al Uchiha para saber más acerca del enemigo y de la persona que la salvó cuando irrumpieron abruptamente en el pequeño cuarto.

- ¡¡MAMÁ!! –gritó Boruto al verla despierta, corriendo hasta ella– ¿Cómo estás? ¿Te duele mucho? –preguntaba muy angustiado.

- Estoy bien Boruto –acarició maternalmente su rostro haciendo que comenzaran a brotar lágrimas de los grandes ojos azules del pequeño rubio que, aliviado, subió a la cama y abrazó fuertemente a su madre. Hinata correspondió a pesar de sentir algo de molestia por las heridas pero, soportaría cualquier tipo de dolor por sus hijos–. Cariño, ¿dónde están Hima y Sarada-chan?

- Aquí estoy Hinata-san –respondió la hija de Sasuke, acercándose un poco a la cama mientras Boruto se movía para que su madre pudiera ver a la pequeña Uchiha–, disculpe que la...–fue interrumpida por el abrazo repentino que le brindó Hinata.

- Que bueno que ambos están bien –susurró bastante aliviada pues había estado muy preocupada por los tres. Hinata consideraba a Sarada como su hija ya que, debido a las largas ausencias de Sasuke y Sakura, ella pasaba gran parte del tiempo en su casa– ¿Hima está con tu papá, Boruto? –preguntó al no sentir la presencia de Hima cerca mientras soltaba poco a poco a Sarada sin dejar de acariciar su cabeza.

- No; ella está con el abuelo y la tía Hanabi en el complejo Hyuga porque, cuando llegamos a la Torre del Hokage, el Viejo no estaba.

- Bueno, pero está a salvo y eso me tranquiliza –suspiró, observando cómo Boruto ya se encontraba tranquilo y con su gran sonrisa de siempre; sin embargo, Sarada mantenía la cabeza inclinada. Aquel gesto hizo que la preocupación de Hinata volviera– Sarada, ¿qué pasa? ¿Estás lastimada?

Lady UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora