Clan Hyuga (Parte II)

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Boruto y Hinata evitaron tener el mayor contacto posible con la gente pues, sabían que si los veían con Himawari y Sarada en brazos, se empezarían a crear demasiados rumores que sólo lograrían empeorar su situación. Optaron por ir entre los tejados hasta llegar al barrio Hyuga donde descendieron y caminaron más tranquilamente hasta la mansión principal.

- ¡Hinata-sama! –se acercó preocupada la persona que los había encontrado frente al portón de la mansión.

- Ko-kun, buenas tardes –Hinata giró un poco para recibirlo y hacer una leve reverencia.

- ¡Hinata-sama ¿se encuentra bien?! –decía alarmado– Disculpe que no la haya saludado apropiadamente –se disculpó, haciendo una marcada reverencia–. Escuché sobre el incidente en su casa, de hecho, vengo de hablar con Shikamaru-san para saber acerca de su paradero pero me dijo que no me preocupara –decía con angustia en su voz.

- Gracias Ko-kun pero, no debiste molestarte –decía apenada–. Estamos bien, sólo hubo daños materiales así que, todo está bien –sonrió algo culpable por mentirle de esa forma a su antiguo protector.

- Pero ¿qué dice? Usted y sus hijos son muy importantes para nosotros –le sonrió, más tranquilo–. A propósito ¿dónde están Boruto y Himawari-sama?

- Ko-san, ya te había dicho que no fueras tan formal con nosotros, 'ttebasa –decía Boruto, saliendo detrás de su madre y con la pequeña Hima en su espalda.

- Di-Discúlpeme Bo-Boruto ¿kun? –sonrió nervioso. Boruto suspiró y Hinata rió por el hecho de que todos en la mansión Hyuga fueran tan formales aunque, gracias a la intervención de Hanabi y por supuesto de Naruto, Boruto y Himawari, las cosas habían logrado cambiar poco a poco.

Hinata dejó de reír al sentir como Sarada se removía en sus brazos y, fue hasta ese momento que Ko prestó mayor atención a la persona que estaba en brazos de la peliazul. Al inicio creyó que se trataba de la pequeña Himawari, pero entonces, notó el gran símbolo que portaba en su espalda.

- Hinata-sama –llamó la atención de la peliazul– ¿por qué trae a la hija del Uchiha en brazos? –preguntó en tono duro y desaprobatorio.

- Ko-kun por favor, no te dirijas a ella de esa manera –miró a Sarada y luego a su hijo que no comprendía porqué Ko había cambiado tan drásticamente de actitud. Hinata suspiró pero sonrió volviendo la mirada a su antiguo protector–. Su nombre es Sarada y quisiera que la trataras como a uno de mis hijos.

- Co-como ordene –decía confundido y algo contrariado mientras hacía una reverencia–. Le informaré a Hiashi-sama que están aquí.

- Gracias –sonrió mientras Ko se incorporaba– ¡Ah! Podrías también avisar a. . .

- ¡NEE-SAMA! –gritó desde el otro extremo de la calle la, no tan pequeña, Hanabi.

Hinata, Ko y Boruto giraron para poder ver a Hanabi quien, sin dudarlo, y al ver a su hermana y sobrinos adorados frente a su casa, emprendió carrera hacia ellos. Antes de siquiera poder reaccionar, Hinata ya tenía sobre ella a su pequeña hermana, la había abrazado sin importarle quién era la persona que llevaba en brazos pues supuso que se trataba de su pequeño y consentido girasol.

- ¡Nee-sama, estaba muy preocupada! –decía mientras se aferraba a la peliazul– Dijeron que había sido grave, apenas me enteré corrí hasta tu casa pero ya no había nadie, más que un clon de Shikamaru –Hanabi estaba notablemente preocupada, Hinata suspiró y sonrió.

- Estamos bien Hanabi-chan –decía en el mismo tono maternal con el que se dirigía siempre a su pequeña hermana.

- Nee-sama~ –susurró Hanabi mientras levantaba el rostro para ver la sonrisa que siempre lograba tranquilizarla aunque, en ese instante, lo único que hizo fue ponerla aún más sensible pues se había preocupado de sobremanera por la seguridad de su adorada hermana y sus preciosos sobrinos. Sin poder evitarlo, Hanabi derramó algunas lágrimas– Ne-Nee-sama ¿qué fue lo que pasó? ¿Dónde está el tonto de Naruto? –decía mientras limpiaba con su antebrazo las lágrimas que había derramado.

Lady UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora